Uno de los grupos armados de minorías étnicas más poderosos que luchan contra el Ejército de Myanmar reivinicó la captura del último puesto avanzado del Ejército en la estratégica ciudad occidental de Maungdaw, obteniendo así el control total de la frontera de 271 kilómetros (168 millas) con Bangladesh.
La captura por parte del Ejército de Arakán completa el control del grupo sobre la parte norte del estado de Rakhine y marca otro avance en su intento de lograr el autogobierno allí.
Rakhine se ha convertido en un foco de la guerra civil nacional de Myanmar, en la que guerrillas prodemocráticas y fuerzas armadas de minorías étnicas que buscan la autonomía luchan contra los gobernantes militares del país, que tomaron el poder en 2021 después de que el Ejército derrocara al Gobierno electo de Aung San Suu Kyi.
Khaing Thukha, portavoz del Ejército de Arakán, dijo a The Associated Press, mediante un mensaje de texto desde un lugar no revelado este lunes por la noche, que su grupo había tomado el último puesto militar restante en Maungdaw el domingo.
El comandante del puesto de avanzada, el general de brigada Thurein Tun, fue capturado cuando intentaba huir de la batalla, dijo Khaing Thukha.
No se pudo confirmar de forma independiente la situación en Maungdaw, ya que el acceso a Internet y a los servicios de telefonía móvil en la zona están prácticamente cortados.
El Gobierno militar de Myanmar no hizo comentarios inmediatamente.
Maungdaw, a unos 400 kilómetros (250 millas) al suroeste de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar, ha sido el objetivo desde junio de una ofensiva del Ejército de Arakán. El grupo capturó Paletwa y Buthidaung, otras dos ciudades en la frontera con Bangladesh, a principios de este año.
Desde noviembre de 2023, el Ejército de Arakán ha obtenido el control de 11 de los 17 municipios de Rakhine, junto con uno en el vecino estado de Chin.
Ann, una ciudad en Rakhine que alberga el cuartel general militar de importancia estratégica que supervisa la parte occidental del país, parece estar al borde de caer completamente en manos del Ejército de Arakán.
El grupo dijo en un comunicado publicado en la aplicación de mensajería Telegram el viernes por la noche que había tomado más de 30 puestos militares, excepto el comando occidental del Ejército, que controla Rakhine y la parte sur del vecino estado de Chin, así como las aguas territoriales del país en la bahía de Bengala.
Los recientes combates en Rakhine han suscitado temores de un resurgimiento de la violencia organizada contra miembros de la minoría musulmana rohinyá, similar a la que llevó al menos a 740.000 miembros de su comunidad en 2017 a huir al vecino Bangladesh en busca de seguridad.
El Ejército Arakán, que es el ala militar del grupo étnico budista Rakhine en el estado de Rakhine, donde son mayoría y buscan autonomía del Gobierno central de Myanmar, niega las acusaciones, aunque testigos han descrito las acciones del grupo a AP y otros medios.
Los rohinyás viven en Myanmar desde hace generaciones, pero muchos miembros de la mayoría budista del país, incluidos los miembros de la minoría rakhine, consideran que han emigrado ilegalmente de Bangladesh. Los rohingyás se enfrentan a una gran cantidad de prejuicios y, por lo general, se les niega la ciudadanía y otros derechos básicos.
La frontera entre Myanmar y Bangladesh se extiende desde la tierra hasta el río Naf y mar adentro en la bahía de Bengala.
El Ejército de Arakán dijo este domingo que había ordenado la suspensión del transporte a través del río Naf porque la Policía y los musulmanes locales afiliados al Ejército estaban intentando escapar en barco a Bangladesh.
El grupo rebelde ha sido acusado de graves violaciones de los derechos humanos, en particular por haber tomado la ciudad de Buthidaung a mediados de mayo, cuando se le acusó de obligar a unos 200.000 residentes, en su mayoría rohinyás, a marcharse y de haber prendido fuego a la mayoría de los edificios. Se le acusó de atacar a civiles rohinyás que huían de los combates en Maungdaw en agosto.
El Ejército de Arakán también es parte de una alianza étnica armada que lanzó una ofensiva en el noreste de Myanmar en octubre del año pasado y ganó territorio estratégico a lo largo de la frontera con China.