Muchos búhos tienen la parte inferior blanca, un rasgo que, según sugieren los investigadores, podría permitir a las aves imitar eficazmente la luna como una forma de camuflaje.
CNN  — 

Los búhos comunes, que vuelan lenta y silenciosamente por el cielo nocturno, son majestuosos cazadores nocturnos que atrapan con éxito a los roedores que corretean por el suelo.

Los científicos llevan mucho tiempo debatiendo sobre una característica que parecería perjudicar a esta ave durante sus cacerías nocturnas. El plumaje de su vientre y de sus alas es de un blanco brillante, un rasgo inusual que, en teoría, debería dificultarle acercarse a su presa sin ser detectado.

A diferencia del búho nival, el búho común vive en latitudes donde no nieva con regularidad. El plumaje paradójicamente brillante del búho común desconcertó al biólogo Juanjo Negro y a sus colegas, quienes pensaron que el intrigante fenómeno biológico ameritaba una investigación más profunda.

“Partimos de la intuición de que la blancura tan llamativa del búho común es tan impactante que debería implicar alguna ventaja adaptativa”, dijo Negro, profesor de investigación de la Estación Biológica de Doñana y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Sevilla, España, por correo electrónico.

Investigaciones anteriores de septiembre de 2019 habían sugerido que la coloración blanca brillante era esencialmente una forma de conmoción y asombro, que explotaba la aversión de los roedores a la luz brillante. Al hacer que el depredador fuera más visible para las presas roedoras, que se quedaban paralizadas de miedo, la blancura de los búhos hizo que los ratones fueran más fáciles de matar, según el estudio anterior.

Las últimas investigaciones de Negro y su equipo sugieren, en cambio, que el brillante plumaje blanco del búho es en realidad una forma de camuflaje nocturno o contrailuminación que proporciona al cazador un elemento de sorpresa.

La coloración blanca del búho común le permite al ave acercarse a su presa sin ser detectado, según un nuevo estudio.

Las plumas del búho combinan con la luz de la luna

De acuerdo con el nuevo estudio que describe los hallazgos del equipo y que se publicó el lunes en la revista PNAS, la parte inferior blanca reflectante del ave imita eficazmente la luz de la luna. El plumaje brillante permite que su silueta se mimetice con el cielo nocturno y hace que sea más difícil para los ratones u otros roedores detectar al búho.

“Cuando la luna es visible, el cielo tiene un brillo que varía según la dirección de observación. En estas condiciones, un pájaro oscuro sería visto por su presa potencial como una silueta negra contra el cielo”, dijo Negro, autor principal del estudio. “Pero, si la parte ventral del pájaro es lo suficientemente reflectante, en otras palabras, si es lo suficientemente ‘blanca’, reflejaría una buena parte de la luna”.

Según los cálculos de los investigadores, el contraste entre las partes inferiores blancas y reflectantes de los búhos y amplias áreas del cielo nocturno iluminado cae por debajo del umbral de detección de la agudeza visual de los roedores, lo que permite a los búhos acercarse a sus presas a pocos metros desde una amplia gama de direcciones sin ser detectadas.

“Esta explicación no se había propuesto antes para justificar la blancura de los búhos”, añadió Negro.

Un fenómeno similar existe en el océano, donde los peces a menudo tienen la parte inferior de color claro para combinar con el agua iluminada por el sol y hacerlos menos visibles para los depredadores que rondan en las profundidades.

Sin embargo, no todos los búhos tienen el vientre blanco; algunos tienen en cambio un plumaje de color marrón rojizo.

Negro dijo que el estudio no investigó la eficacia de la caza en relación con el color del plumaje, pero investigaciones anteriores habían sugerido que los búhos más blancos eran cazadores más eficientes que sus contrapartes más oscuras durante la luna llena.

Un búho posado de noche bajo un cielo estrellado en Suffolk, Reino Unido.

Impacto del blanco brillante o sombrío ocultamiento

Alexandre Roulin, experto en búhos comunes y profesor de biología en el departamento de ecología y evolución de la Universidad de Lausana, quien dirigió la investigación anterior que sugería que la coloración blanca de la especie conmocionaba e inmovilizaba a sus presas, dijo que no estaba completamente convencido por la nueva explicación. Sin embargo, dijo que no podía descartarla.

“No queremos descartar por completo la hipótesis de los autores. De hecho, puede que sea complementaria a la nuestra. Tal vez a grandes distancias el plumaje blanco ayude al camuflaje, mientras que a distancias más cortas, puede servir para hacer al búho más visible”, dijo por correo electrónico.

Un aspecto clave que, según Roulin, necesita mayor explicación es el comportamiento de los ratones bajo la luz de la luna.

“Observamos que los topillos permanecían inmóviles durante más tiempo cuando el búho que se acercaba era blanco en lugar de rojizo. Investigaciones anteriores han demostrado que esta inmovilización es una respuesta antidepredadora”, dijo Roulin. “Basándonos en esto, podríamos afirmar que los topillos reconocieron al búho blanco como un depredador, lo que sugiere que el búho era visible, en lugar de estar camuflado”.

Negro dijo que la capacidad del búho de volar en completo silencio, una característica que le permite acercarse sigilosamente a sus presas, no concuerda con la idea de que el depredador quiera hacerse más visible. No obstante, estuvo de acuerdo en que la nueva hipótesis no desmiente por completo la teoría anterior.

El camuflaje suele considerarse un fenómeno diurno basado en la luz y la sombra. Negro dijo que es probable que existan otras formas de coloración animal que sirvieron como camuflaje nocturno, que no han sido tan bien estudiadas como las tácticas de ocultamiento diurnas.

“La ecología nocturna es un campo emergente y, considerando que la mitad de los animales del planeta son esencialmente nocturnos, las adaptaciones a los ciclos naturales de la Luna seguramente están muy extendidas”, dijo.