El gobierno del presidente Nicolás Maduro detuvo el 8 de diciembre a Nahuel Agustín Gallo, un gendarme argentino que había viajado a Venezuela para visitar a su pareja y a su hijo, denunciaron las autoridades de Argentina.
Gallo, nacido en la provincia de Mendoza, es cabo primero de la Gendarmería Nacional Argentina y ejerce sus funciones en su provincia natal, situada al este de la Cordillera de Los Andes. Antes, trabajó en Buenos Aires y en Chubut, de acuerdo con el relato que hizo su hermano Kevin Gallo a CNN en una entrevista.
El suboficial inició su viaje a Venezuela dos días antes de ser detenido. Quería aprovechar sus vacaciones laborales para reencontrarse con su pareja, la venezolana María Gómez, y su hijo de casi dos años, que estaban hace alrededor de siete meses en ese país por asuntos familiares, consta en la denuncia que difundió la Cancillería de Argentina.
Gallo salió de su país hacia Chile en su auto personal, según el testimonio de su hermano, y desde allí abordó un avión hacia Bogotá. La familia del suboficial dijo que optó por un itinerario alternativo por razones económicas. Una vez en Colombia, intentó cruzar a Venezuela por el paso fronterizo terrestre, utilizando un taxi para atravesar el Puente Internacional Francisco de Paula Santander que conecta Cúcuta con Ureña, en el estado Táchira.
Sin embargo, las autoridades venezolanas le retuvieron tanto los documentos como su teléfono personal y luego lo detuvieron, según su hermano, quien además dijo que solo llevaba una maleta con algo de ropa y juguetes.
El canciller de Venezuela, Yván Gil, afirmó que el suboficial argentino “se quiso infiltrar” en el país y acusó al gobierno del presidente Javier Milei de dejar en el camino innumerables pruebas físicas que, afirma, los comprometen en un plan terrorista. Esta versión ha sido categóricamente rechazada tanto por la familia de Gallo como por el Gobierno argentino, que niegan las acusaciones.