Investigadores de una expedición en Perú descubrieron 27 especies animales nuevas para la ciencia, entre ellas un “pez de cabeza extraña” y un tipo de ratón semiacuático.
El estudio fue realizado por la organización ambiental sin fines de lucro Conservation International. Se llevó a cabo durante una expedición de 38 días en 2022 por un equipo que trabajaba en los paisajes de Alto Mayo en el noroeste de Perú, una zona que abarca más de 760.000 hectáreas de bosques y áreas agrícolas y contiene una amplia gama de ecosistemas.
Aunque la región está densamente poblada, se sabía relativamente poco sobre su biodiversidad y la salud de sus ecosistemas, y los investigadores esperaban recolectar nuevos datos de cosas que desconocían hasta ahora.
Sin embargo, no esperaban descubrir tantas especies nuevas para la ciencia entre las que había cuatro mamíferos, ocho peces, tres anfibios y 10 especies de mariposas.
Un descubrimiento es considerado nuevo para la ciencia cuando nunca antes pasó por el proceso científico formal a través del cual se le da un nombre científico a una nueva especie.
“Nos sorprendió mucho encontrar tanta biodiversidad en un paisaje con tanta influencia humana”, dijo Trond Larsen, uno de los investigadores que dirigió la expedición y que dirige el Programa de Evaluación Rápida en Conservation International.
Entre las especies nuevas más sorprendentes se encontraba un ratón anfibio con dedos palmeados, adaptado a la vida en el agua. El grupo de roedores semiacuáticos al que pertenece este ratón es “extremadamente raro”, dijo Larsen, agregando que son “increíblemente difíciles de encontrar y se sabe muy poco sobre la vida de estas criaturas”.
Los investigadores encontraron esta especie particular de ratón en solo una pequeña parte de bosque pantanoso actualmente amenazado por prácticas agrícolas, lo que lo convierte en una alta prioridad para la conservación.
Los otros nuevos mamíferos que el equipo descubrió fueron un ratón espinoso, un murciélago frugívoro de cola corta y una ardilla enana.
También se describió por primera vez un pez de “cabeza extraña”, que recibe su nombre por su cabeza agrandada y de aspecto extraño. Los expertos en peces involucrados en el estudio nunca habían visto una característica como esta antes.
“El pez de cabeza extraña tiene una cabeza increíblemente rara que parece casi una nariz gigante hinchada”, dijo Larsen a CNN. “Los científicos nunca han visto algo así, y no sabemos cuál es la función de esta extraña estructura similar a un bulto”. Una posible teoría es que el bulto ayuda al animal a detectar alimentos, dijo, pero “sigue siendo un misterio”.
En general, el estudio registró 2.000 especies en el paisaje que se extiende desde los Andes hasta el Amazonas y cruza territorios indígenas, pueblos y ciudades. De esas especies, 49 están en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que significa que están en riesgo de extinción.
Los investigadores esperan que conocer más sobre la biodiversidad de la región haga posible implementar medidas de conservación efectivas frente a las amenazas que plantea la deforestación y la expansión agrícola.
Y aunque los descubrimientos pueden haber sido “nuevos para la ciencia”, eso no significa que fueran completamente desconocidos. La expedición contó con la ayuda de investigadores indígenas locales y continúa colaborando con comunidades indígenas en labores de conservación.
“Esta evaluación rápida permite a los Awajún (comunidad indígena) proteger nuestra cultura, recursos naturales y nuestro territorio, ya que tenemos una conexión profunda con la naturaleza”, dijo Yulisa Tuwi, una mujer Awajún que asistió en la investigación de reptiles y anfibios del estudio.
“Ser parte de esta investigación me ha permitido comprender mejor cómo las plantas, los animales y los ecosistemas interactúan entre sí, y cómo esto es parte de nuestra cosmovisión Awajún”, dijo en un comunicado de prensa.
“Nuestro objetivo principal es proporcionar el conocimiento científico necesario para avanzar en la conservación de una manera que funcione para la naturaleza y para las personas”, dijo Larsen, quien agregó que el tiempo es limitado para cumplir con los objetivos globales de conservación de la biodiversidad.