Los puestos que venden el tradicional vino caliente, adornados con luces navideñas y oropel, están vacíos y cerrados.
En la calle del mercado navideño en el centro de Magdeburgo, ahora acordonada, la policía alemana hace guardia mientras, según dijo un oficial a CNN, los equipos forenses examinan cuidadosamente la escena del crimen antes de limpiar las manchas de sangre de la carretera.
El horrible ataque con auto eneste mercado navideño el viernes por la noche dejó al menos cinco personas muertas, incluido un niño de 9 años, sumiendo a esta ciudad provincial en estado de shock.
A la entrada del mercado, los afligidos lugareños han encendido velas y dejado flores para mostrar su respeto; muchos de ellos sienten una profunda sensación de pérdida.
“He visto mucha miseria, mucha gente que buscaba ayuda. Muchas lágrimas, desconcierto y estados de shock extremos”, dijo Corinna Pagels, una consejera psicológica de emergencia que ofrece ayuda a los afectados.
En medio del dolor, se revivió el recuerdo en Alemania de un ataque similar ocurrido en 2016, cuando más de una docena de personas fueron atropelladas y asesinadas en un mercado navideño en Berlín.
En aquel entonces, fue un hombre tunecino de 24 años, que no había conseguido asilo en Alemania y había jurado lealtad a los yihadistas radicales de ISIS, quien arrolló con un camión a la multitud festiva, alimentando la ira y la sospecha en toda Alemania hacia una reciente afluencia de inmigrantes, principalmente musulmanes, procedentes de Medio Oriente.
Esta vez, el sospechoso es muy diferente.
Taleb Al Abdulmohsen, de 50 años, era originario de Arabia Saudita, pero vivía en Alemania desde 2006, trabajando como médico psiquiatra consultor en una clínica local.
También es un ateo declarado y antiislamista, y años atrás se describió a sí mismo en una entrevista con un periódico en 2019 como “el crítico más agresivo del Islam en la historia”.
En las redes sociales, Abdulmohsen expresó su apoyo al partido alemán antiinmigración AfD y repitió sus propias frustraciones con lo que consideró una línea blanda del gobierno alemán sobre la inmigración, así como lo que creía que era la relación excesivamente cordial de Berlín con el régimen saudita.
Los mensajes recientes incluían amenazas. En agosto, Abdulmohsen dijo que si Alemania “quiere matarnos, los masacraremos, moriremos o iremos a prisión con orgullo”.
Una constante en sus publicaciones era su enojo contra el Islam. Alemania, afirmaba Abdulmohsen, quería “islamizar Europa”.
Pero para muchos alemanes de Magdeburgo, el hecho de que este último atacante del mercado navideño no se ajuste al perfil de seguridad esperado simplemente no importa.
“Nuestros políticos son responsables de esto”, dijo a CNN una mujer local, Barbara, mientras presentaba sus respetos fuera de los cordones policiales.
“Creo que debería haber una limpieza de la gente que hace estas cosas”, añadió.
“Ahora es el momento de cerrar nuestras fronteras”, dijo Tom, un hombre local que estaba cerca.
Políticos alemanes de extremos opuestos del espectro político han aprovechado los ataques con vehículos para atacar al gobierno de coalición.
Ambos comparten una oposición a la migración masiva: la líder del partido de extrema izquierda, Sahra Wagenknecht, preguntó a la ministra del Interior, Nancy Faeser, “por qué se ignoraron tantos consejos y advertencias de antemano”.
Mientras tanto, el partido de extrema derecha AfD, que ha ganado mucho terreno este año, está organizando una manifestación en Magdeburgo el lunes por la noche, y el jefe parlamentario del partido ha exigido a X que se convoque una sesión especial para discutir cuestiones de seguridad tras el ataque.
Parece que este horrible y mortal ataque al mercado navideño, a pesar de haber sido cometido presuntamente por un islamófobo confeso, está alimentando el enojado sentimiento antiinmigratorio de Alemania.