Como millones de adolescentes estadounidenses, Kailey Corum es consciente de los peligros de TikTok, pero también de los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos por cerrarla.
Esta estudiante de secundaria de Virginia utiliza la plataforma para ponerse al día con las noticias, escuchar música y descubrir trucos de cocina. Elige cuidadosamente sus palabras cuando describe si confía en que la Corte Suprema decida el destino de una aplicación que el 17% de los adolescentes dice usar “casi constantemente”.
“No confío plenamente en ella”, dijo Corum, estudiante de penúltimo año, a las puertas de la Corte Suprema tras una reciente visita al edificio con sus compañeros de clase. “Pero personalmente no puedo hacer mucho”.
En los próximos meses, la Corte Suprema decidirá una serie de casos de gran repercusión que podrían transformar significativamente las vidas de los adolescentes de la nación: limitar potencialmente el acceso a los productos de vapeo, mantener la prohibición de la atención transgénero para menores y decidir si la controvertida ley TikTok puede cuadrar con la primera enmienda de la Constitución.
Las apelaciones llegaron a los jueces —entre ellos dos que todavía tienen hijos adolescentes— en un momento en que los legisladores están librando una feroz guerra cultural sobre la prohibición de libros en las escuelas, los estudiantes transgénero deportistas y la enseñanza de la historia de Estados Unidos, lo que ha generado una avalancha de litigios que ya se está abriendo camino en los tribunales federales.
Las disputas recrudecen incluso cuando hay indicios de que los jóvenes están especialmente desilusionados con Washington en general y con la Corte Suprema en particular. Una encuesta realizada la semana pasada por la Facultad de Derecho de Marquette reveló que la aprobación del alto tribunal entre los estadounidenses de 18 a 29 años se sitúa en el 44%, por debajo de cualquier otra categoría de edad.
“Parece que los casos más importantes son los que afectan directamente a los intereses de los niños”, dijo Aaron Tang, profesor de Derecho de la Universidad de California en Davis, especializado en Derecho Educativo. “No creo que deba sorprendernos que cada vez lleguen más casos a la corte que impliquen directamente a los jóvenes, cuando tantos legisladores estatales y locales están legislando pensando en la moralidad y en los jóvenes”.
La Corte Suprema se sumó a su “plazo adolescente” el miércoles al aceptar escuchar los argumentos en el rápido desafío a la prohibición ampliamente bipartidista de TikTok que el presidente Joe Biden firmó en abril. La ley se promulgó tras años de preocupación por que la empresa matriz china de TikTok suponga un riesgo para la seguridad nacional. La ley permitiría a TikTok seguir operando en Estados Unidos si su filial con sede en ese país se desvincula de la propiedad china.
Afectados pero sin voz
Los pediatras y otros expertos llevan años advirtiendo de los posibles perjuicios de las redes sociales para los adolescentes, pero fue la seguridad nacional —no la ciencia social— lo que aparentemente impulsó al Congreso a aprobar la prohibición de TikTok. Por eso, las cuestiones pendientes ante la Corte Suprema no tienen que ver con la forma en que los jóvenes interactúan con la aplicación, a pesar de que serán los más afectados por la decisión de la corte.
La prohibición entrará en vigor el 19 de enero.
“No creo que la corte esté pensando en esto en términos de niños”, comentó Leslie Y. Garfield Tenzer, profesora de Derecho de la Universidad de Pace que se centra en las redes sociales.
“Todos pensamos en TikTok como algo esencial para los adolescentes y la creación de contenidos —y Ariana Grande haciendo el baile de ‘Wicked’ y todo el mundo imitándolo—, pero la razón por la que la prohibición está en vigor no es por ese tipo de contenido”, dijo Tenzer. “Es por el miedo a que la República Popular China pueda manipularnos”.
Esa desconexión entre las cuestiones jurídicas planteadas en el caso y el impacto potencial en los jóvenes y sus padres es un tema que recorre varios de los principales casos de esta legislatura. La mayoría de los jueces de la Corte Suprema señaló este mes que está dispuesta a respaldar una ley divisiva de Tennessee que prohíbe la atención de afirmación de género para los menores. Gran parte de la discusión del 4 de diciembre se centró en si los tribunales deben ceder ante los legisladores estatales a la hora de tomar esas difíciles decisiones. Se dedicó mucho menos tiempo a los menores transgénero que han descrito la atención como esencial.
En particular, la corte se negó a considerar una cuestión sobre si los padres tienen derecho al cuidado directo de sus hijos.
Mientras tanto, un caso pendiente sobre el esfuerzo de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) por retirar de las estanterías los productos de vapeo tiene menos que ver con los riesgos para la salud de los jóvenes que con si la agencia siguió los protocolos legales adecuados cuando intervino para regular esta industria multimillonaria. Según la FDA, el 19% de los estudiantes de secundaria vapearon en 2020, un porcentaje muy superior al de los fumadores.
En el centro de ambas disputas está la cuestión de si los legisladores y organismos estatales se extralimitaron al promulgar políticas que consideran necesarias para proteger a los jóvenes. Al menos un conservador —el juez Clarence Thomas— pareció potencialmente persuadido por el argumento de Tennessee de que su prohibición de la atención transgénero se aplica a las personas en función de la edad y no del sexo y de sus opciones médicas, una distinción que facilitaría al estado defender la ley en un tribunal federal.
“Entonces, ¿por qué no se trata simplemente de un caso de clasificación por edades en lo que respecta a estos tratamientos, en lugar de una prohibición?”, preguntó Thomas al abogado del Gobierno de Biden.
Texas esgrime argumentos similares en un caso que la corte tiene previsto ver el mes que viene en relación con una ley estatal que exige la verificación de la edad para los sitios web de contenido sexual explícito. Los detractores, entre los que se encuentra la industria del porno, afirman que la ley viola la primera enmienda al dificultar a los adultos el acceso a contenidos para mayores en internet. Pero los partidarios dicen que la ley trata ante todo de salvaguardar a los menores.
“Texas trata de proteger a los niños de algunos de los contenidos sexuales más impúdicos imaginables”, escribieron los abogados del estado en los documentos judiciales. “Texas se ha dirigido solo a los sitios web dedicados a la pornografía, les ha permitido cumplir utilizando tecnología común de verificación de edad, y no ha impuesto sanciones penales. Una ley tan modesta pero importante satisface cualquier nivel de escrutinio”.
Desilusión con la Corte Suprema de EE.UU.
Debido a la forma en que las demandas se mueven a través de la judicatura federal, la Corte Suprema está limitada en cómo enmarca sus casos y a quién escucha. Aunque los jueces no admitieron una apelación separada a los menores transgénero y sus familias afectados por la prohibición de Tennessee, la corte permitió a su abogado presentar argumentos a principios de este mes.
Aún así, los expertos dicen que los casos que afectarán a los adolescentes y que ahora están pendientes solo prestan atención a los jóvenes de forma secundaria.
“La corte no está evaluando directamente lo que cree que será mejor para los jóvenes”, dijo Tang. “La corte está evaluando si los legisladores estatales —o la FDA, en el caso vapeo— acertaron en su evaluación de lo que sería mejor para los jóvenes”.
Eso preocupa a los defensores que trabajan con adolescentes, que temen que algunas de las luchas más polémicas que se están librando en el Congreso y en las cámaras estatales de todo el país tengan más que ver con la política que con la protección de los menores. Una encuesta de Gallup-Walton Family Foundation realizada este año reveló que el 44% de los miembros de la Generación Z en edad de votar afirmaba confiar “muy poco” en la Corte Suprema, mientras que el 20% decía confiar “bastante” o “mucho”.
“Lo que hemos oído de ellos es un aumento de la desconfianza y un aumento de la desilusión con las instituciones gubernamentales”, dijo Diana Thu-Thao Rhodes, vicepresidenta de Advocates for Youth, una organización de derechos reproductivos y sexuales.
“El impacto es directo en los jóvenes”, dijo, “y sin embargo no necesariamente escuchamos las voces de los jóvenes”.
Spencer Rahim, también estudiante de secundaria de Virginia, dijo que la mayoría de los adolescentes que conoce se las arreglan para encontrar maneras de evitar las preocupaciones que muchos tienen acerca de TikTok. Algunos, por ejemplo, simplemente evitan publicar material personal.
“Para mí”, dijo, “no es realmente una preocupación tan grande”.
No obstante, para Rahim es menos seguro cómo abordarán la cuestión los jueces.
“Tienen que escuchar un poco más a la gente”, agregó.