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(CNN Español) – El expresidente Jimmy Carter, un agricultor de maní de Georgia que prometió restaurar la moralidad y la verdad en la política después de una era de escándalos en la Casa Blanca y que redefinió el servicio postpresidencial, murió el domingo a la edad de 100 años.

Cuando Carter, el trigésimo noveno presidente de Estados Unidos, ganó el Premio Nobel de la Paz, ello representó la culminación de una carrera increíble, como líder mundial y como ciudadano.

James Earl Carter nació el primero de octubre de 1924. Su padre tenía una tienda de artículos agrícolas en Plains, Gergia. Su madre era enfermera.

Su inteligencia y resistencia le ganaron un lugar en la Academia Naval. Después de egresar en 1946, se casó con Rosalynn Smith. Su carrera naval lo llevó de buques de guerra al nuevo programa de submarinos nucleares.

Pero cuando su padre falleció en 1953, dejó las fuerzas militares y volvió a Georgia, donde pasó veinte años administrando la plantación familiar de cacahuetes.

Para muchos, Jimmy Carter fue el ejemplo clásico de un hombre reflexivo.

El expresidente estadounidense Jimmy Carter y la ex primera dama estadounidense Rosalynn Carter asisten al funeral del expresidente George H. W. Bush en la Catedral Nacional de Washington, el 5 de diciembre de 2018. Crédito: MANDEL NGAN /AFP vía Getty Images

Hasta que se postuló y ganó como gobernador de Georgia, su única experiencia política había sido en una junta escolar. Su amigo y asociado más cercano fue el portavoz de la presidencia Jody Powell, quien murió en 2009.

“Le gustaba la gente, hablar con la gente. Disfrutaba de aquellos primeros días de campaña cuando había mucha más interacción con los votantes, más que al final, cuando era una serie de discursos programados ante muchedumbres”, dijo Jody Powell.

En 1976 Jimmy Carter derrotó al presidente Gerald Ford. El día de su juramentación, decidió salir de la limusina a prueba de balas y caminar desde el capitolio hasta la Casa Blanca.

“Salimos del auto. Hacía mucho frío, pero yo no sentía nada por la emoción. Nunca me di cuenta de que hacía frío al caminar por la avenida Pensilvania. Fue fantástico”, contó Rosalynn Carter, su esposa.

No todos en Washington se alegraron de verlo.

“En Washington hay aun más esnobismo que en Nueva York. Y Carter y los oriundos de Georgia fueron tratados muy mal, con condescendencia y hostilidad. Si hay que encontrarle un defecto, él les respondió con la misma hostilidad”, dijo Tom Oliphant, quien cubría Washington para el periódico Boston Globe.

Esta foto, tomada en 1978, muestra al entonces presidente estadounidense Jimmy Carter en la Casa Blanca en Washington. Crédito: AFP vía Getty Images

Al principio hubo acusaciones de una gestión excesiva, de demasiada atención al detalle. “Jimmy Carter se hacía experto en un tema y lideraba con mucha eficacia, debido a su conocimiento en detalle”, dijo Oliphant.

Esos mismos detalles presidenciales llevaron a la firma de los acuerdos de paz de Camp David. Y al tratado del canal de Panamá. A la desregulación de las aerolíneas y los bancos. Al levantamiento del control de precios del petróleo.

Sus más difíciles días como presidente fueron, sin duda, cuando militantes iraníes tomaron a decenas de estadounidenses como rehenes en Teherán a fines de 1979. Los mantuvieron secuestrados durante más de un año. Y ocho soldados estadounidenses murieron cuando Jimmy Carter ordenó una tentativa de rescate.

Después de su derrota a manos de Ronald Reagan, los rehenes fueron liberados el día de la juramentación. Y Jimmy Carter emprendió otro gran camino.

“Lo que se hizo claro a lo largo de los años es que este es un hombre que tiene un compromiso único con el servicio público. Es claramente su misión”, cuenta Jody Powell.

Carter pasó el resto de su vida promoviendo la paz, la democracia, los derechos humanos y el desarrollo económico y social en todo el mundo.

El expresidente estadounidense Jimmy Carter ofrece conferencia sobre la erradicación del gusano de Guinea el 3 de febrero de 2016 en Londres. Crédito: Eddie Mullholland-WPA Pool/Getty Images

Supervisó elecciones para garantizar la imparcialidad.

Fue a lugares y se encontró con personas normalmente ignorados por los líderes estadounidenses: los Kim en Corea del Norte, Fidel Castro en Cuba.

Y en Medio Oriente se reunión con representantes de Hamás, la organización palestina que tanto Estados Unidos como Israel califican como organizaciones terroristas.

Un escritor productivo, en 2006 Carter publicó lo que habría sido su libro más polémico: Palestina, paz no apartheid.

Carter siguió viajando, escribiendo y construyendo para Hábitat para la Humanidad.

Siempre ocupado.

Siempre un poco apartado.

“Dios nos da la capacidad de elegir: podemos elegir aliviar el sufrimiento, podemos elegir trabajar juntos para la paz, podemos realizar esos cambios, debemos hacerlo”, dijo Carter.

Descanse en paz.