La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, participa en una conferencia en la Ciudad de México.
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México abrió el viernes la posibilidad de recibir a migrantes no mexicanos deportados por Estados Unidos, luego de que inicialmente dijo que presionaría al presidente electo Donald Trump para que enviara a otras nacionalidades directamente a sus países de origen.

La presidenta Claudia Sheinbaum dijo durante su conferencia de prensa diaria que en los casos en que Estados Unidos no devolviera a los migrantes a sus países “podemos colaborar a través de distintos mecanismos”.

No ofreció detalles, pero México podría limitarlo a ciertas nacionalidades o pedir una compensación a EE.UU. para trasladar a los deportados de México a sus países de origen.

“Ya habrá momento para hablar con el Gobierno de Estados Unidos si realmente ocurren estas deportaciones, pero aquí los vamos a recibir y los vamos a recibir bien, y tenemos un plan”, dijo. Sheinbaum había adelantado sus comentarios diciendo que México no está a favor de ellas.

Trump ha prometido comenzar deportaciones masivas. Los críticos han observado que habrá desafíos logísticos para aumentar significativamente los ya altos números de deportaciones.

Las deportaciones se sentirían inmediatamente en las ciudades fronterizas del norte de México, que luchan contra altos niveles de crimen organizado y donde los migrantes no mexicanos serían blancos fáciles para el secuestro y la extorsión.

Eso ocurrió durante el primer mandato de Trump, cuando miles de personas que buscaban asilo en Estados Unidos se vieron obligadas a esperar en México para que se resolviera el proceso. Muchos otros miles de migrantes que cruzaron a Estados Unidos fueron devueltos a México en virtud de una disposición de salud pública que se mantuvo vigente desde la pandemia de covid-19.

En diciembre, Sheinbaum dijo que planeaba pedir a Trump que deportara a los no mexicanos directamente a sus países de origen.

México, como cualquier otro país, no está obligado a aceptar migrantes no mexicanos, pero ha accedido a hacerlo en el pasado reciente, especialmente de países como Cuba y Venezuela, que a menudo rechazan vuelos de deportación de Estados Unidos, pero pueden aceptarlos de México.

México detuvo temporalmente las deportaciones en diciembre de 2023 por falta de fondos y se redujeron sustancialmente durante 2024 en comparación con 2023 y 2022.

México quiere ser anfitrión de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la región este mes para discutir la inmigración.