El Consejo Nacional Electoral de Venezuela le dio la victoria en las elecciones presidenciales del 28 de julio a Nicolás Maduro sin presentar los resultados desglosados por mesa y centro de votación. La oposición no reconoce los resultados y varios líderes internacionales pidieron transparencia. El 10 de enero está previsto que comience un nuevo periodo de gobierno y con él, que Maduro inicie su tercer mandato. ¿Cómo ha sido su recorrido hasta llegar a ejercer el más alto poder en Venezuela?
En los inicios de su vida profesional fue conductor de autobús en el Metro de Caracas y dirigente sindical.
Maduro conoció a Hugo Chávez luego del golpe de Estado de 1992, cuando hizo campaña por la liberación del entonces teniente coronel tras el intento de golpe de Estado para derrocar al presidente de la época, Carlos Andrés Pérez.
En 1999, fue elegido diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, la instancia que se encargó de redactar una nueva Constitución, finalmente aprobada en diciembre de aquel año y que derogó la Carta Magna de 1961. Entre 2005 y 2006 ejerció como presidente de la Asamblea Nacional.
Entre 2006 y 2012, durante el segundo mandato de Chávez, Maduro fue ministro de Relaciones Exteriores. Su mayor desafío llegó en octubre de 2012 cuando Chávez, después de ganar las elecciones de octubre de aquel año, lo seleccionó como su vicepresidente.
A finales de ese año, el 9 de diciembre, Hugo Chávez anuncia que viajará a La Habana para continuar su tratamiento contra el cáncer. En una cadena nacional, el entonces presidente pide a sus seguidores que apoyen a Maduro en caso de que no pudiera asumir su nuevo período en enero de 2013.
La Constitución venezolana establece que en caso de muerte o incapacidad del presidente, habrá una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes.
Por eso Chávez pidió que, en esos comicios, el pueblo apoye a Maduro.
“Si pasa algo que me inhabilite para continuar al frente de la presidencia, Nicolás Maduro debe concluir el periodo”, dijo el jefe de Estado.
“Mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido”, agregó Chávez con un ejemplar de la Constitución venezolana en la mano.
Al morir Chávez el 5 de marzo de 2013, Maduro asumió el rol de presidente interino hasta que el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a elecciones, que se celebraron el 14 de abril de 2013.
Por esos tiempos su figura estaba fuertemente ligada a la del expresidente y encarnó su legado. “No soy Chávez, pero soy su hijo”, dijo Maduro en un acto de presentación de su campaña, el 11 de marzo de 2013. “Y todos juntos, el pueblo, somos Chávez”, agregó.
En su campaña, dijo que seguiría con el proyecto político de Chávez para construir el “socialismo del siglo XXI”. En ese momento, muchos se preguntaban si el chavismo sobreviviría y si Maduro lograría afirmarse en el poder después de 14 años del liderazgo de su antecesor.
Con una participación electoral cercana al 80% —la segunda más alta de los últimos 30 años—, Maduro obtuvo en las elecciones de 2013 el 50,61% contra el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Henrique Capriles, que sumó el 49,12%.
Las tensiones por los ajustados resultados aumentaron, y tanto Capriles como sus partidarios reclamaron un conteo manual de votos. Capriles dijo ante sus seguidores que no reconocería el resultado “hasta tanto no se cuente cada voto”, y hubo protestas en Caracas y otras ciudades del país que dejaron al menos siete muertos y decenas de heridos.
El CNE, por su parte, sostuvo que los resultados eran “irreversibles”. Cinco días después, el 19 de abril, Maduro juró ante la Asamblea Nacional para ejercer su mandato hasta 2019.
En 2018, Maduro se presentó nuevamente a elecciones por un segundo mandato consecutivo, y ganó frente al candidato de la oposición, Henri Falcón, en unos comicios en los que la participación electoral cayó al 46%.
La oposición y muchos países de la comunidad internacional desconocieron el triunfo. El 10 de enero de 2019, el presidente venezolano comenzó otros seis años en el poder, mandato que completará el 10 de enero de 2025.
La contracción de la economía entre 2013 y 2019, reconocida por el propio Banco Central de Venezuela, generó una caída sin precedentes del PIB en el país de alrededor del 75%, según cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas. Si bien esa situación parece haber frenado su retroceso a partir de 2022, hay indicadores de que aún está lejos de la recuperación.
En un contexto de deterioro de las condiciones de vida en Venezuela, con más de 7 millones de ciudadanos que dejaron el país, según cifras de la ONU, Maduro volvió a presentarse en las elecciones presidenciales de 2024.
El CNE lo proclamó ganador de los comicios del 28 de julio con más del 51% de los votos en medio de cuestionamientos por la credibilidad de los resultados.
“No pudieron con las sanciones, no pudieron con las agresiones, no pudieron con las amenazas. No pudieron ahora y no podrán jamás con la dignidad del pueblo de Venezuela”, dijo el presidente de Venezuela un día después de los comicios, y agregó que “el fascismo en Venezuela, la tierra de Bolívar y Chávez no pasará ni hoy ni nunca”.
Esto generó en las semanas posteriores múltiples manifestaciones de protesta y represión poselectoral. Maduro dijo en agosto que más de 2.000 personas habían sido detenidas, a las que vinculó con presuntos actos de terrorismo. Entre ellos había casos de más de 100 adolescentes, según registró la ONG Foro Penal. La totalidad de los menores fueron excarcelados en diciembre. El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, dijo el 6 de enero que, de la totalidad de las personas detenidas en las protestas, más de 1.500 habían sido excarceladas.
Desde las elecciones, los principales líderes de la oposición, González Urrutia y María Corina Machado, denunciaron persecución política. El líder opositor pidió asilo político en España en septiembre pasado y Machado está en la clandestinidad. Además, varias organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles han denunciado desde entonces la restricción del espacio cívico en el país mediante la aprobación de leyes que limitan su trabajo.
A fines de noviembre, Maduro promulgó la polémica Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y en Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, que establece castigos para los venezolanos que apoyen sanciones del extranjero contra el Gobierno.
Ante estas situaciones y la nueva toma de posesión de Maduro, la ONU pidió a las autoridades de Venezuela respetar los derechos humanos y permitir que sus ciudadanos se manifiesten sin represalias. Dijo además que la represión violenta que se desató tras las elecciones es una de las crisis más agudas de derechos humanos en la historia reciente del país.
Las autoridades de Venezuela insisten en que hay “acciones de desestabilización” contra el Gobierno de Maduro, anunciaron la detención de más de 100 personas supuestamente vinculadas con dirigentes opositores, y amenazan con pedir la detención de González Urrutia si regresa al país. Todo esto en un contexto de tensión en el país de cara al 10 de enero, con un recrudecimiento de operativos de fuerzas de seguridad en las calles y una oposición que denuncia amedrentamientos.