Son las 3 a.m. del viernes en Jerusalén. Itzik Horn da vueltas en su cama mientras intenta conciliar el sueño. Hace 15 meses que repite la misma rutina: se prepara para dormir, lo intenta, pero solo lo consigue en breves períodos. Desde que dos de sus tres hijos —Iair y Eitan — fueron secuestrados por Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023 junto con cerca de 250 personas, Itzik no recuerda haber dormido una noche completa.
Sin embargo, esta madrugada es distinta. Los medios dieron a conocer el acuerdo de cese del fuego y entrega de rehenes entre el grupo extremista islámico e Israel, y ya empezaron a circular entre los familiares listas extraoficiales de quiénes podrían ser los liberados. Itzik aún no ha recibido confirmación oficial, pero el nombre de uno de sus hijos está incluido como una posibilidad en esos listados y solo puede pensar en él.
El jueves por la noche, Itzik había repetido aquellos pasos que ya se habían convertido en ritual. Había pasado algunas horas junto a otras familias de secuestrados en una de las movilizaciones que repiten en la explanada frente al Museo de Arte de Tel Aviv, ahora conocida como “Plaza de los rehenes” por albergar manifestaciones, instalaciones artísticas y otros actos relacionados con los secuestros de Hamas. Intercambió mensajes de esperanza y apoyo, pero también trató de no emocionarse. “Hasta el día de hoy no se sabe de esa lista de 33 quién está con vida y quién no”, dice a CNN. El Gobierno de Israel ha señalado que cree que al menos 34 de los 94 que siguen secuestrados desde el 7 de octubre están muertos.
Son las 3 a.m. del viernes y en la habitación de Itzik Horn suena el teléfono. Del otro lado de la línea, la voz del funcionario israelí de contacto que su familia tiene asignado le dice lo mismo que sabe de los rumores: su hijo mayor, Iair, será uno de los 33 rehenes que Hamas liberará próximamente. No le dice en qué estado está su hijo, pero sí que lo volverá a ver pronto. Al parecer, Eitan no forma parte de la supuesta lista. Esa noche, Itzik ya no intentará conciliar el sueño.
Iair y Eitan Horn son dos de los 98 rehenes que Hamas todavía tiene en cautiverio (se estima que cuatro de ellos están en manos del grupo desde 2014). Ambos son argentinos, por lo que están entre los nueve latinoamericanos que siguen en Gaza, secuestrados desde aquel día, cuando los combatientes además mataron a cerca de 1.400 personas, desatando la actual guerra en el territorio palestino.
El pasado 7 de octubre, Eitan estaba visitando a Iair en el kibutz Nir Oz, cerca de la frontera con Gaza, cuando Hamas irrumpió en el lugar y los secuestró. Desde entonces, Itzik tuvo pocos datos sobre sus hijos. “La única información que tuve fue de las mujeres que liberaron en el único acuerdo que hubo en noviembre de 2023, que me contaron que los vieron y que no estaban heridos, pero es una información de noviembre de 2023”, dice.
Mientras sigue dando vueltas intentando dormir, Itzik repasa cuáles serán los próximos pasos de la entrega de uno de sus hijos. Cuenta que su funcionario de contacto le informó esta liberación será distinta a las anteriores y no se prevé que haya gente externa al operativo esperando en la frontera. Un funcionario de las Fuerzas de Defensa de Israel le dijo a CNN que lo primero será recibir a los rehenes, darles atención primaria y luego trasladarlos a varios hospitales. Dice Itzik que su funcionario de contacto los llamará apenas pueda con la información de a cuál hospital debe ir.
CNN no ha verificado quiénes son exactamente los rehenes que Hamas liberará en esta ocasión. El primer ministro Benjamin Netanyahu advierte que el cese del fuego no comenzará hasta que no reciba de Hamas la lista.
Itzik imagina el encuentro con Iair. “Lo único que quiero es abrazarlo y decirle que lo quiero mucho. Esta es una película que circula hace 15 meses por mi cabeza. Esta va a ser una recuperación larga para ellos y para nosotros, porque en definitiva nosotros también estamos hace 15 meses secuestrados”, dice.
Itzik tiene insuficiencia renal, tres veces por semana se hace diálisis y está en una lista para recibir un trasplante de riñón. Hace poco le confirmaron la buena noticia: finalmente consiguieron un riñón para él, pero la fecha del trasplante podría coincidir con la liberación de su hijo. Por eso posterga esta intervención que lo ayudará a mejorar su salud hasta no tener novedades de Iair.
“Uno está con el alma en la mano porque no sabés qué puede pasar en el pacto con una organización terrorista. Hasta que no reciba un teléfono que me informe a qué hospital tengo que irlo a buscar y no vea por la televisión que los suben a la camioneta blanca de la Cruz Roja, yo no voy a estar tranquilo”, explica con la voz entrecortada.
La espera de los familiares de los rehenes que no están en la lista
Rebeca González es la esposa de Elkana Bohbot, ―hasta donde se sabe― el único rehén colombiano que permanece secuestrado por Hamas. Como Itzik, ella también lleva 15 meses esperando una buena noticia y también recibió el llamado cuando se dio a conocer la liberación este domingo. Sin embargo, del otro lado de la línea no le confirmaron lo esperado. Por ahora, su esposo no está entre quienes serían liberados en las próximas horas.
“Ha sido como vivir en el mismo 7 de octubre por más de 469 días. Me alegro mucho por las familias que recibieron esa noticia, pero también es una frustración que él no esté”, dice a CNN.
Elkana trabajaba en el festival Supernova cuando fue secuestrado. Rebeca recibió información de varios testigos que aseguran que su marido ayudó a muchas personas a evacuar el lugar aquel 7 de octubre. La última información que recibió sobre su esposo fue un video que dio a conocer Hamas poco después del secuestro. Como Itzik, desde 2023 no sabe en qué condiciones está su ser querido.
Rebeca dice que “la esperanza es lo último que se pierde”. “La segunda etapa de liberación es donde van a liberar el resto de los secuestrados. En esa segunda etapa está mi esposo. El temor es que pase lo que pasó hace un año que hubo el cese del fuego, empezaron a liberar rehenes y luego se rompió el cese del fuego y empezó de nuevo la guerra”, señala.
Itzik Horn se esperanza por el regreso de su hijo Iair, pero no deja de mencionar que Eitan no está en esta primera lista: “Para mí, la lucha no termina con la liberación de estos rehenes, sino cuando estén todos de vuelta en casa. Hasta que todos no vuelvan, la lucha no termina”, enfatiza.