Ecuador atraviesa un momento de alta incertidumbre política rumbo a las elecciones presidenciales del 9 de febrero.
En ese escenario, 16 candidatos a la Presidencia de la República se presentaron este domingo al “debate obligatorio” organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). ¡Sí, 16 candidatos! Una cifra que demuestra nuevamente que los movimientos y partidos políticos no pudieron ponerse de acuerdo para consolidar alianzas o simplificar las opciones para el electorado.
La noche del domingo, los candidatos tuvieron la oportunidad de presentar al país sus ideas sobre el Ecuador que desean construir. Sin embargo, el formato del encuentro planteado por el CNE y que duró casi cuatro horas, generó otra vez críticas de ciudadanos, académicos y analistas que sostienen que “el debate no es debate”, pues los moderadores no pueden preguntar y se limitan a leer preguntas preestablecidas y dar paso a las interpelaciones entre candidatos, que tienen pocos segundos para responder.
Aunque la estructura del evento lucía como una camisa de fuerza, sirvió para detenerse a mirar, escuchar y asimilar cada una de las breves intervenciones de los candidatos que combinaron ataques personales, preguntas sin respuestas, ideas sueltas, poco o nulo desarrollo de argumentos y alusiones a su pasado político.
Con el aumento de las medidas de seguridad para los candidatos, el debate se desarrolló en las instalaciones del canal estatal Ecuador TV, bajo un fuerte resguardo de unidades especiales de la Policía y Fuerzas Armadas, que incluyó cierres viales en varias cuadras a la redonda. CNN cubrió el debate y atravesó tres controles de seguridad para ubicarse en el sitio asignado a la prensa dentro de la televisora. En el canal había decenas de militares fuertemente armados, algunos con el rostro cubierto.
Los 16 aspirantes a la presidencia fueron divididos en dos grupos de 8, cada uno tras un sorteo público realizado por el CNE. Esto impidió que la candidata del correísmo, Luisa González, y el presidente Daniel Noboa, que llegan como los más fuertes contendores, se enfrentaran cara a cara. Un momento que el electorado esperaba, pero que no pudo ser por cuestión del azar.
Una tragedia que condicionó el debate
Uno de los puntos de tensión durante el debate fue cuando el candidato Francesco Tabacchi (Movimiento CREO) le pidió al candidato-presidente Daniel Noboa (Movimiento ADN) que mencionara los nombres de los cuatro niños que desaparecieron tras un operativo militar en el sector Las Malvinas y cuyos cuerpos fueron encontrados calcinados en diciembre en la zona de Taura, provincia de Guayas. Un hecho que conmocionó al país y por el que están detenidos y bajo investigación 16 militares, quienes han negado la existencia de un caso de “desaparición forzada” y han apelado la prisión preventiva. “Decida si le pide perdón al país”, exhortó Tabacchi a Noboa.
“No hubo ninguna pregunta ahí”, dijo Noboa y evitó responder sin que los moderadores pudieran exigirle que desarrollara una idea al respecto. La candidata Luisa González (RC5) intentó capitalizar el momento: “Ismael, Nehemías, Steven de 11 años, la misma edad de mi hijo, y Josué el mismo nombre de mi hijo, esos eran los nombres de los niños”, precisó la candidata correísta. Pero más adelante, su contrincante Andrea González Nader (PSP) la cuestionó por “politizar la tragedia para atraer la atención”.
Para la investigadora y analista política Caroline Ávila, esquivar los nombres de los menores incinerados es indolente. “No es un simple olvido, es un silencio que duele. Un silencio que nos recuerda que la empatía no puede ser opcional en un líder”, precisó.
Propuestas huérfanas de argumentos
En materia de seguridad, Tabacchi planteó la cadena perpetua, mientras que Víctor Araus la pena de muerte o que el Estado pueda, literal y directamente, matar a los delincuentes. Ninguno explicó en detalle cómo lo lograrían. Otros como Jimmy Jairala (CD) y Leonidas Iza (Pachacutik) insistieron en la necesidad de cerrar fronteras para contener el tráfico de drogas, aunque a la vez defendían la inversión extranjera sin preguntarse si un cierre de fronteras podría generar el efecto contrario.
Fue la oportunidad para presentar propuestas con nombres particulares como el “Plan Hocico” para atacar la corrupción, “Tren Bala” para unir la sierra con la costa o el “Plan Celular” para que las empresas telefónicas cubran los costos de los teléfonos robados. Ninguno de los tres candidatos que propusieron estos planes pudo precisar los mecanismos, costos y estudios técnicos al respecto.
La inteligencia artificial como solución a los problemas del país también fue planteada por varios candidatos, que vieron en este tema un mecanismo para mostrar innovación o vanguardia para sus planes de gobierno.
Exceso de candidatos
Los aspirantes se desviaban constantemente del tema, aprovechaban para hacer proselitismo y se estancaban en declaraciones políticas. La causa está en la cantidad de participantes, Ruth Hidalgo, decana de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de las Américas.
“Demasiados candidatos. Obviamente, respuestas flojas, poco contenido y mediocridad. Han deslucido un debate que debía ser otra cosa. Urge una reforma al sistema de partidos”, enfatizó Hidalgo.
La misma consideración planteó el constitucionalista André Benavides. “Una reforma constitucional que sustituya nuestro sistema electoral para que no haya 16 binomios presidenciales”, propuso.
Uno de los comentarios frecuentes de los periodistas que siguieron el debate en una sala ubicada dos pisos más arriba del set de televisión es que cada candidato “habló lo que quiso y como quiso”. En algo que hubo acuerdos es que el candidato Jorge Escala (UP) hizo un esfuerzo por interpelar a los candidatos que pudo y les exigió respuestas.
Constantes alusiones al pasado político
Fue inevitable para los dos grupos de presidenciables traer a colación al expresidente Rafael Correa o referirse a los que consideran fracasos de su Gobierno. “Vamos a extraditar a Rafael Correa Delgado”, advirtió el aspirante Henry Kronfle (PSC). Mientras que Luis Felipe Tillería, Henry Kronfle y Andrea González Nader cuestionaron en varias ocasiones al correísmo. En su cuenta de X, Correa descalificó y lanzó críticas a los candidatos que lo nombraron durante el debate.
El presidente Daniel Noboa no estuvo exento de críticas a su gestión en materia de seguridad y por la crisis energética que desencadenó una serie de apagones en Ecuador el último año. Pese a ello, dijo que es difícil concretarlo todo en ese tiempo y, por eso, apela a la continuidad de su Gobierno. Insistió en que él representa “el nuevo Ecuador” sin dar mayores detalles sobre su plan de gobierno. Hay quienes consideran que Noboa no logró ser arrinconado por sus contendores.
Temas pendientes e impacto del debate
El efecto de este primer debate en las preferencias electorales se podrá medir en los próximos días, sobre todo porque Ecuador está viviendo un momento de alta polarización cuando faltan pocos días para las elecciones del 9 de febrero.
Quedan varios temas en el tintero como la situación de los derechos humanos, la igualdad, la violencia contra la mujer, la lucha contra la desnutrición crónica infantil, la reinserción escolar, la falta de oportunidades, entre otros temas que no se pudieron desglosar en este encuentro.
Por ahora, el país empieza a procesar y reflexionar su voto. Seguramente en las conversaciones familiares o entre amigos el debate todavía tendrá tela por dónde cortar. Algunos candidatos dicen que ganaron el debate, otros creen que lo hicieron muy bien. Lo cierto es que serán los ciudadanos los que definan el día de las elecciones el destino de Ecuador y a quien le darán ese voto de confianza.