El ala militar de Hamas, las Brigadas Qassam, publicó un video de propaganda de la liberación de tres rehenes israelíes el domingo por la noche, en el que se podía apreciar un detalle sorprendente.
Cuando Romi Gonen, Doron Steinbrecher y Emily Damari subieron a un todoterreno de la Cruz Roja en la ciudad de Gaza, un combatiente de Hamas les entregó a cada una una bolsa de papel con el logo de las Brigadas Qassam, una especie de “bolsa de regalo”.
El combatiente enmascarado levantó entonces un certificado que, en hebreo y árabe, decía “decisión de liberación”.
En las imágenes publicadas el domingo por las Fuerzas de Defensa de Israel, se aprecia que cada una de las tres mujeres cargaba la bolsa, aunque esta vez con el logotipo de las Brigadas Qassam borroso.
Un representante de la familia de Gonen le dijo a CNN este lunes que la bolsa que recibió contenía el certificado, un collar y fotos, y dijo que la Agencia de Seguridad Interna de Israel (Shin Bet) había confiscado los materiales.
No entraron en detalles sobre las fotografías, pero los medios israelíes informaron que las fotos retrataban el tiempo que las mujeres estuvieron en cautiverio.
Durante la entrega, se le pidió a un representante de la Cruz Roja que firmara un documento en árabe: “Confirmación de recepción de prisioneros israelíes”, decía el documento. “Yo, el representante de la Cruz Roja Internacional, confirmo que he recibido de las Brigadas Izz Eddin al-Qassam, el ala militar del Movimiento de Resistencia Islámica Hamas, un total de tres prisioneras, que son…” y luego los nombres de los rehenes.
Después de 471 días de cautiverio forzado, la idea de que un rehén reciba una bolsa de regalo es, sin duda, extraña.
En esencia, Hamas intenta presentarse como un órgano de gobierno serio e invicto. Quince meses después de llevar a cabo su audaz y devastador ataque contra Israel en octubre de 2023, Hamas sabía que este sería un gran momento para el grupo extremista.
El mensaje fue claro para los israelíes, para los habitantes de Gaza y para quienes observaban en todo el mundo: somos un órgano de gobierno legítimo, que todavía está en el poder, que tiene protocolos serios y legales, incluso si se refieren a civiles israelíes sacados por la fuerza de sus hogares.
También se exhibió en la intersección Al Saraya de la ciudad de Gaza. Una fila de combatientes de Qassam se alinearon en la calle: un mensaje al público israelí, cuyo gobierno se ha comprometido a destruir al grupo.
La reunión de unas cuantas decenas de militantes en la ciudad de Gaza no constituye ninguna prueba de una amenaza militar seria.
Pero las imágenes alimentarán tanto a la extrema derecha en Israel, que cree que el cese del fuego es una capitulación, como a los que están a favor del diálogo, que argumentarán que si 15 meses de guerra implacable no lograron desalojar a Hamas, un mayor derramamiento de sangre es una locura.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, admitió el domingo que Israel “no había cumplido el objetivo” de desmantelar el ejército y el gobierno de Hamas. “Hemos logrado un avance”, afirmó.
Las Fuerzas de Defensa de Israel y el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, que representa a las familias, se negaron a hacer comentarios sobre el vídeo.
Mientras tanto, el secretario de Estado EE.UU. de la administración de Biden, Antony Blinken, advirtió que Israel está lejos de cumplir su objetivo.
“Consideramos que Hamas ha reclutado casi tantos militantes nuevos como los que ha perdido. Esa es una receta para una insurgencia duradera y una guerra perpetua”, dijo Blinken recientemente.
Abeer Salman y Mostafa Salem contribuyeron a este informe.