La primera dama Melania Trump regresa al ala este de la Casa Blanca reforzada por las lecciones de cuatro años en un puesto no electo que, según ha reconocido en privado, fue un torbellino de responsabilidades de las que en gran medida no era consciente.
Esta vez, dice, será diferente.
El presidente Donald Trump y su equipo regresan al cargo con un conocimiento más profundo de cómo utilizar los resortes del gobierno federal para poner en marcha su agenda. Del mismo modo, la primera dama está señalando que ha aprendido de su primer mandato y de los cuatro años posteriores, y que se está preparando para asumir un papel más destacado.
Melania Trump pasó los dos meses entre el día de las elecciones y el de la toma de posesión inmersa en una intensa preparación para su regreso a la Casa Blanca, según dijeron fuentes a CNN, estudiando asuntos exteriores, preparándose por su cuenta y uniéndose a su marido para cenas con personalidades en su club Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida.
Esta semana, volvió a la escena mundial, diciendo poco y viendo todavía menos con un sombrero de ala ancha mientras su marido juraba el cargo.
“Está claro que tiene una confianza que no necesariamente vimos la primera vez. Entiende no solo lo que está en juego para esta administración, sino lo que está en juego para ella”, dijo Kate Bennett, autora de “Free, Melania” y experiodista que cubrió extensamente el primer mandato de la primera dama.
La notoriamente reservada Melania Trump ha demostrado un reconocimiento implícito de la curiosidad del público sobre ella, y de que responder podría resultar lucrativo y estratégico.
Su autobiografía, publicada en octubre, sigue siendo un éxito de ventas en Amazon y fue número 1 en The New York Times cuando salió a la venta. Poco después de las elecciones, Amazon firmó un acuerdo multimillonario con Melania Trump para filmar un documental que se estrenará este año. Hubo señales de equipos de rodaje alrededor de la primera dama durante las festividades inaugurales. Y en vísperas de la toma de posesión de su marido, la nueva primera dama presentó un “meme oficial” que se podía comprar, un objeto no fungible con una foto sonriente de Trump, con las manos tapándole parcialmente la cara.
No es raro que las primeras damas modernas se beneficien del cargo, a menudo publicando memorias y dando charlas públicas después de dejar Washington. Pero los recientes movimientos de Trump —antes y durante el segundo mandato de su marido— suponen una ruptura con los precedentes.
Trump también ha participado en múltiples entrevistas amistosas con Fox News en los últimos meses, lo que subraya a una primera dama más dispuesta a saciar el interés público y quizá a disfrutar de su popularidad.
Se espera que la primera dama, que estuvo prácticamente ausente de la campaña electoral de 2024, divida su tiempo durante los próximos cuatro años entre Washington, Palm Beach y Nueva York, y esté presente en la Casa Blanca para los actos importantes. Tendrá su propia plataforma y sus propias prioridades, y ha declarado a Fox News que planea relanzar su iniciativa “Be Best”. También seguirá siendo una voz constante al oído de su marido.
“Más vale enviar un mensaje de: ‘Esta vez voy en serio, no me ando con tonterías… y vamos a ello’”.
Las cosas también pueden ser diferentes para la primera dama esta vez porque su hijastra mayor, Ivanka Trump, ya no tendrá un despacho en el ala oeste de la Casa Blanca ni el título de asesora principal, despejando parte de la ambigüedad dentro de la primera familia durante el primer mandato. Ivanka Trump ha expresado su intención de abandonar por completo la política en busca de una vida más privada en Miami, aunque sigue asesorando a su padre entre bastidores.
“Con la ausencia de Ivanka, Melania puede sentirse más capacitada para ser la figura femenina de esta administración”, dijo Bennett.
Kaitlan Collins de CNN contribuyó con este reporte.