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Atrapados en la violencia sin fin
Un joven llamado Alejandro es fotografiado en su casa al norte de Monterrey, México, en junio del 2014. Él no está afiliado a ninguna pandilla, dijo el fotógrafo Tom King, pero ha perdido a varios amigos a causa de la violencia. King pasó dos años y medio en el área de Monterrey, intentando aprender más acerca de sus jóvenes y de la brutalidad que los rodea.
La montaña El Cerro de la Silla sirve como el telón de fondo para Monterrey en esta foto del 20 de julio de 2013. El barrio de San Rafael que aparece en primer plano contiene proyectos de vivienda públicos e informales, dijo King.
De izquierda a derecha, Samuel, Tony y Lams imitan un secuestro en julio de 2012.
Un hombre llamado Balta, quien King dice pertenece a la banda callejera "Los Pokos Lokos" grabó su nombre en su propio brazo. Donaldo posa para una foto en su casa en julio de 2014. King dijo que él ha perdido a varios amigos a causa de la violencia. "Quería entender por qué estos jóvenes eran tan vulnerables a esta violencia", dijo King. "¿Qué estaba pasando en su mundo? ¿Quiénes eran? ¿Cuál era su realidad?"
Donaldo posa para una foto en su casa en julio de 2014. King dijo que él ha perdido a varios amigos a causa de la violencia. "Quería entender por qué estos jóvenes eran tan vulnerables a esta violencia", dijo King. "¿Qué estaba pasando en su mundo? ¿Quiénes eran? ¿Cuál era su realidad?"
A Kaly le quitan las cejas después de perder una apuesta en abril de 2012.
En el pecho, Samuel tiene un tatuaje de su hermano que fue asesinado. El tatuaje se basa en una foto que King tomó.
Esta bala de ametralladora fue encontrada afuera de una casa en Monterrey luego de que el ejército mexicano entrara en enero de 2012, dijo King.
Shaky ha perdido a varios amigos a causa de la violencia, dijo King. "Es importante mostrar que, en mi opinión, son jóvenes vulnerables que se encuentran en el límite entre la adolescencia y la edad adulta y están tratando de resolver qué es lo que se supone que deben hacer en la vida", dijo King.
Alejandro es fotografiado en su casa al norte de Monterrey, México, en junio de 2014. Él no está afiliado a ninguna pandilla, dice el fotógrafo Tom King, pero el ha perdido a muchos amigos a causa de la violencia.
King pasó dos años y medio en el área de Monterrey, tratando de aprender más acerca de los hombres jóvenes y de la brutalidad que los rodea.