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10 fotografías del lado de la muerte que no conocemos
En la primavera y el verano de 2012, la fotógrafa danesa Cathrine Ertmann se propuso documentar la muerte y lo que les sucede a las personas después de morir. Su proyecto, llamado "About Dying", busca romper el tabú sobre la muerte al verla más de cerca.
Durante su estancia en la morgue, Ertmann aprendió que en el crematorio, los ataúdes son quemados. Quitan las flores, pero los dibujos, cartas y fotos los acompañan en el gran horno y son quemados a 850 grados. Ella dice que lleva de 60 a 90 minutos transformarse en cenizas.
Una persona muerta es vestida para el funeral. Algunas personas planifican qué ropa quieren usar cuando son colocadas en el féretro, pero la mayoría de las veces es la familia quién escoge. Si no se toma ninguna decisión, la capilla proporciona una camisa para el muerto. La prenda se recorta en la parte de la espalda y detrás de los brazos para que así sea más fácil colocársela al fallecido.
En la "Sixhour Room" (Sala de las seis horas) yace un hombre bajo una manta. Ertmann dijo que antes de que pasaran seis horas desde el momento de su muerte, un doctor examinará el cuerpo, buscando señales de muerte clínica, tales como contusiones o rigidez. El cable rojo que se ve en esta foto nunca se ha utilizado en la capilla en Aarhus, pero está allí de todos modos, por lo que la persona bajo la tela puede pedir ayuda en caso de que despierte.
Ertmann acordó con el Instituto conservar el anonimato de los que salían en las fotografías: ninguna marca de nacimiento, joyas o algo que los parientes pudieran reconocer.
Durante el tiempo que estuvo en la morgue, Ertmann fue testigo de muchas cosas: cuerpos en varios estados de descomposición, gente con pérdidas de extremidades, el resultado de las agresivamente resistentes bacterias y rostros jóvenes a los cuales la muerte había llegado demasiado pronto.
La rigidez muscular inicia luego de 4 a 12 horas de la muerte. Inicia en el cuello y hace que sea imposible mover las extremidades. Cuando alcanza el cuero cabelludo, podría hacer que el vello corporal se eleve. Ertmann comparó esto con la piel de gallina de los vivos.
"Solo es difícil cuando entran personas que aún son demasiado jóvenes para morir. Aquellos que deberían haber vivido mucho más. Aquellos que dejan a niños pequeños. De lo contrario, en realidad es algo tan natural como nacer y que nosotros no escondemos", dice Michael Petersen, quien dirige el trabajo en la capilla.
Una etiqueta que es colocada alrededor de los dedos de los pies contiene información esencial sobre la persona fallecida. Si la etiqueta es de color verde, como la de la foto de arriba, proviene de uno de los departamentos del hospital. Indica cuándo ocurrió la muerte, si se debe realizar una autopsia, el nombre de la persona fallecida y su número de Seguro Social.
Cuando se realiza la autopsia, la mesa y el piso se lavan con agua y jabón. "Luego de trabajar en la morgue, estaba caminando por la calle y realmente me abrumé al ver que toda la gente simplemente caminaba, charlaba y reía", dijo Ertmann. "Quería gritar: '¡ESTÁN VIVOS, APROVÉCHENLO!"