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FOTOS | La Gran Muralla Verde que busca frenar el desierto más grande del mundo
Para frenar el desierto del Sahara, la iniciativa de la Gran Muralla Verde espera restaurar 100 millones de hectáreas de tierra en el norte de África para 2030. Mira en esta galería algunas imágenes de este ambicioso proyecto.
Jane Hahn/Redux
Lanzado en 2007, el proyecto abarca 11 países de la región del Sahel, una zona que se encuentra justo a los pies del desierto del Sahara, lo que la hace muy vulnerable a la desertificación. La iniciativa no solo espera combatir décadas de degradación de la tierra y sequías relacionadas con el cambio climático, sino que también pretende educar y emplear a los más afectados. En Koyly Alpha (Senegal), se paga a las mujeres para que cuiden de decenas de miles de plántulas plantadas en el marco del proyecto de la Gran Muralla Verde.
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Se aplicarán diversas técnicas de preservación, desde la reforestación hasta la gestión del agua. El objetivo es crear un mosaico de árboles, vegetación, praderas y plantas de 15 kilómetros de ancho y 8.000 kilómetros de largo.
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Además del objetivo de la Gran Muralla Verde de restaurar la tierra, también está el de crear 10 millones de puestos de trabajo en las zonas rurales. Hasta ahora se han creado 335.000, y el cultivo de frutas y productos forestales ha generado US$ 90 millones, según la ONU.
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Restaurar la tierra y aumentar la fertilidad creará oportunidades económicas para las comunidades locales. Aquí, en Senegal, miembros de la Asociación de Mujeres de Koyly arrancan las malas hierbas de los plantones como parte de su trabajo.
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En todo el continente africano, más de la mitad de los 375 millones de jóvenes que se incorporarán al mercado laboral en los próximos 15 años vivirán en zonas rurales. La iniciativa de la Gran Muralla Verde podría contribuir a evitar la emigración masiva de la región y a restablecer la estabilidad política en los países que han sufrido conflictos.
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A nueve años de su finalización, la Gran Muralla Verde aún tiene un largo camino por recorrer. Hasta el momento se han restaurado 4 millones de hectáreas de terreno, aunque esta cifra se eleva a casi 20 millones de hectáreas si se cuentan las áreas fuera de las zonas oficiales de la Gran Muralla Verde.
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Se espera que la reciente financiación de más de US$ 14.000 millones de Francia, el Banco Mundial y otros donantes acelere el proyecto, aportando casi la mitad de los US$ 33.000 millones que la ONU estima necesarios para alcanzar el objetivo de 2030.
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Países como Senegal (en la foto) han introducido sus propios proyectos de restauración y comunitarios, con distintos niveles de éxito. Hasta el momento, Etiopía es el país que lleva la delantera, ya que ha producido más de 5.000 millones de plantas y plántulas.
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En Senegal, Penda Diery Ba, de 13 años, y Hawa Ka, de 12, riegan un huerto comunitario como parte de la "Nanandiral Antent Koyly", que significa Asociación de Mujeres de Koyly.
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Otro proyecto en Mbar Toubab, Senegal, ha plantado 150.000 variaciones de plántulas de acacia como parte de la Gran Muralla Verde.
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Ibarhima Diawara, de 36 años, director de la Escuela Primaria de Mbar Toubab, camina por el huerto de la escuela, que se ha cultivado para educar a los alumnos sobre la importancia del medio ambiente y la vegetación en el Sahel. Una vez que cosechan las frutas y verduras, los productos se venden en el mercado, que también enseña a los niños sobre matemáticas y comercio.
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El Haji Gouebiaby, jefe de la base de la Gran Muralla Verde en Senegal, se encuentra junto a un limonero en crecimiento, un experimento en marcha para ver si la fruta sobrevive en condiciones áridas.
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El medio ambiente de la región ha cambiado drásticamente como consecuencia del cambio climático. Moussa Sy, un habitante de 71 años de la aldea de Kliaf Dack, en Senegal, habló del deterioro de la tierra desde su juventud y de la necesidad de que los árboles crezcan para que llueva más, lo que permite alimentar bien a sus animales y ganar más dinero para mantener a su familia.
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La familia de Sy corta la corteza de un árbol baobab para alimentar a sus animales en agosto de 2019. La corteza del baobab retiene la humedad y puede utilizarse para hidratarse cuando el agua escasea.