Buenos Aires ha sabido cómo cautivar a sus visitantes, en parte gracias a su gran cultura gastronómica y su maravillosa cocina. Ubicado en la esquina de la Plaza Dorrego, en pleno corazón de San Telmo, el tradicional Café Dorrego está lleno de personajes degustando expresos. Como ellos, podrás probar una tradición muy argentina: café con medialunas (o croissants). Es el mejor lugar para ver a la gente pasar los domingos cuando la cuadra se llena de vida con el ajetreo de 200 puestos de antigüedades.
La Cabrera — Este restaurante es muy conocido por tener un “bistec tan tierno que puedes cortarlo con una cuchara”. Pero allí, incluso con una reserva, tendrás que esperar en fila antes de acceder a una mesa. Una vez adentro, los meseros con relucientes camisas blancas y boinas te llevan a la mesa enormes porciones de carne a la parrilla en tablas de madera. Si quieres tener una experiencia argentina por excelencia, nada mejor que el bifé de chorizo acompañado por una botella de Malbec… y si te queda espacio, pide un volcán de chocolate de postre.
Astrid & Gastón — Colonial romántico y peruano por excelencia. En Astrid & Gastón, originalmente peruano y con sedes en otros siete países, la experiencia completa incluye pisco sours seguido de un menú de siete pasos que va desde los clásicos de la comida peruana como el ceviche y el cuy, pasando por mariscos, sopas, carne y, finalmente, una manzana cocida al horno con dulce de leche.
Casa Saltshaker — La pechuga de pato con puré de berenjena ahumada y conserva agridulce de mango es uno de los platos de Casa Saltshaker. Los restaurantes a puerta cerrada, como este, son un éxito en Buenos Aires. Y en Casa Saltshaker el concepto es simple: haces una reserva en línea y llegas a la casa del chef Dan Perlman para una comida cinco pasos en familia. El concepto de Perlman es “Comida y Conversación”, una buena opción si viajas solo o si tienes ganas de conocer gente nueva.
Casa Coupage — Este es otro restaurante underground, pero aquí la especialidad son las catas de vino. Hay mesas separadas, así que es más como estar en un restaurante que en la casa de alguien. Y para la experiencia gastronómica hay disponibles dos sumilleres que guían a los invitados por los sabores de los vinos y comida argentinos, por lo que es una gran opción para los amantes del vino.
Faena Hotel — La renovación de Philippe Stark de una tienda de ladrillos de 1900 en el Faena Hotel incluye no menos de seis restaurantes y bares. Entre ellos está El Bistro, con su menú macrobiótico (de granos, verduras y pescados); El Mercado, con su patio de ladrillos y tradicional comida argentina; y el siempre seductor El Cabaret, donde la cena es ambientada por el Rojo Tango show.
Elena, Four Seasons — Los domingos en el Four Season son los mejores para hacer brunch, y la experiencia en el Elena —el nuevo restaurante del hotel— está a la altura de su reputación. Es difícil imaginar carnes, quesos, pasta, sushi, panqueques, chocolates, dulces y helado adornado un solo bufete… es como combinar Whole Foods con la Fábrica de Chocolates de Willy Wonka. Y no es solo para turistas: los porteños también disfrutan este lugar.
The Argentine Experience — ¿Buscas una introducción a la próspera escena gastronómica de Buenos Aires? No busques más. En The Argentine Experience los clientes aprenden cómo hacer sus propias empanadas y cómo ordenar los mejores e impresionantes filetes que sirven aquí. Varios usuarios de TripAdvisor califican el lugar como lo más destacado de su viaje por la capital argentina.
El Obrero — Este restaurante ofrece un trato justo: un bodegón argentino tradicional que exhibe los ingredientes locales tradicionales y platos deliciosos. Y fíjate en la decoración: fotos de visitantes famosos de antes y de ahora (como Bono de U2 y Francis Ford Coppola, solo por nombrar dos) adoran sus paredes. ¿Qué es lo llamativo de aquí? La carne —muy barata y siempre riquísima) y el ambiente.
i Latina — El elegante i Latina de Buenos Aires es también una buena opción para los vegetarianos. Fantásticos vinos complementan los brillantes sabores, por no mencionar su presentación de primera.