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FOTOS| Los inventos que no pudieron escapar del Museo del Fracaso
Trump: El Juego – Lanzado en 1989, fue un juego de mesa al estilo Monopoly en el que los jugadores compraban y vendían propiedades. El juego vendió 800.000 ejemplares, mucho menos de lo que tenía previsto el fabricante que esperaba 2 millones de unidades en ventas, como mínimo. Según el fundador del Museo del Fracaso, Samuel West, el problema de esta pieza fue su diseño. "Era demasiado complejo y nadie podía entender el manual de instrucciones", sostuvo.
Máscara del rejuvenecimiento (Rejuvenique Mask) – Lanzada (y descontinuada) in 1999, la Rejuvenique era una máscara eléctrica que, afirmaron sus fabricantes, podría tonificar los músculos faciales. La pesadilla del producto de belleza fue promocionado por la actriz Linda Evans y debía usarse por 15 minutos cada sesión. "Se siente como si mil hormigas me estuvieran mordiendo la cara", asegura una reseña citada en la exhibición del Museo del Fracaso.
El fundador Samuel West – Samuel West es el fundador y curador del Museo del Fracaso en Suecia. Es un psicólogo clínico y organizacional, que busca acabar con el estigma de discutir las fallas. En la imagen aparece sosteniendo la salsa de tomate verde de Heinz y a Iridium, un teléfono satélite de finales de la década de los 90.
Perfume Harley-Davidson– En la década de 1990, el fabricante de motocicletas Harley-Davidson trató de explotar la marca con nuevos productos de estilo de vida, incluyendo este perfume. Las fragancias distanciaron a los fanáticos de la imagen machista de la marca, y la gama fue finalmente descontinuada.
Apple Newton – Puede que Apple esté viviendo una racha de victorias, pero su "asistente digital personal" Apple Newton llegó hasta el Museo del Fracaso. Lanzado en 1993, la función de reconocimiento de escritura a mano del dispositivo no cumplió con las expectativas. Además de ser criticado por su alto precio. Steve Jobs canceló la plataforma en 1998: "Al cerrarla, liberé a algunos ingenieros buenos que podrían trabajar en nuevos dispositivos móviles. Y finalmente lo hicimos bien cuando pasamos a iPhones y el iPad”, confesó años más tarde.
Kodak DC40 – La inclusión de esta cámara Kodak destaca la amplia definición del museo para la palabra "fracaso". Como una de las primeras cámaras digitales del mundo, la DC40 fue un éxito comercial. Pero, según el fundador del museo Samuel West, este producto ayudó a liderar una revolución tecnológica que terminaría en la bancarrota de Kodak. "Kodak insistió en usar un modelo de negocio que ganaba dinero cuando la gente desarrollaba o imprimía sus imágenes", explicó. "Entonces en 2012 se declararon en bancarrota porque la gente dejó de imprimir sus fotos. Ellos (Kodak) estaban por delante de todo el mundo, pero fueron rígidos con su modelo de negocio".
Millennium Dome – Este modelo representa el Millennium Dome de Londres. Inaugurado el 1 de enero de 2000, el edificio fue criticado por sus elevados precios y sus exposiciones de museo poco originales. Considerado una vergüenza para el gobierno de Tony Blair, el edificio fue vendido posteriormente al sector privado.
Teleguide – Un precursor de las computadoras con internet activado, TeleGuide ofreció una gama de servicios de información y una simple forma de correo electrónico. Aunque 10.000 unidades de este producto fueron distribuidos entre los hogares suecos, el proveedor de telecomunicaciones estatal del país no pudo alcanzar un acuerdo con los gigantes informáticos del mundo, haciendo que el dispositivo fuera en gran medida obsoleto.
Orbitz – Orbitz fue un refresco de corta vida que contenía pequeñas bolas comestibles. Su textura inusual y las combinaciones experimentales de sabores derivaron en cifras de ventas decepcionantes. La bebida desapareció en 1997 después de menos de un año en el mercado.
Coca-Cola BlāK – Este fue el intento fallido de Coca Cola por capitalizar el auge del café a mediados de los años 2000. Lanzado en Estados Unidos y en Europa, el refresco con sabor a café fue descontinuado en 2008 después de dos años.
Ship Happens – El Museo del Fracaso, en la ciudad sueca de Helsingborg, exhibe alrededor de 80 ejemplos de ideas, productos y negocios fallidos. Su colección resalta la tecnología olvidada, los productos mal concebidos y otros bienes de consumo descontinuados. El museo también considera los efectos de la comercialización fallida y los fracasos de la ingeniería, como el Titanic.
Coca Cola II – Creyendo que los consumidores deseaban una versión más dulce de su bebida original, Coca Cola lanzó este producto en 1985. Pero el público prefirió la receta original, que pronto fue traída de vuelta y se nombró como Coca-Cola Classic.
TwitterPeek – TwitterPeek era un dispositivo portátil de 200 dólares que ofrecía acceso a Twitter…y únicamente a Twitter. Los teléfonos inteligentes ya estaban en el mercado en ese momento, lo que hizo que la decisión de lanzar un dispositivo de mano independiente fuera aún más desconcertante.