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Los dibujos que recuerdan el horror de la bomba atómica en Hiroshima
Hideo Kimura estaba en la escuela; varios de sus compañeros murieron aplastados o cayeron al río tras sufrir quemaduras por la bomba.
El dibujo de Akira Onogi muestra a una mujer atrapada bajo un pilar, mientras las llamas se acercan. Algunos hombres se acercan, pero no logran rescatarla.
Chisako Sasaki dibujó a una niña en la ventana de una casa en llamas. "Nunca podré olvidar" su llanto, dijo.
Mitsuko Taguchi todavía es perseguida por la imagen de una madre y su hijo, muertos por quemaduras. La mujer estaba acostada sobre el niño, protegiéndolo.
Otra ilustración recuerda a los soldados, llevando cadáveres de niños a un crematorio improvisado luego del bombardeo.
Asako Fujise ilustró un refugio usado como sanatorio. Estaba "lleno de gemidos, olía a óxido de zinc mezclado con sudor".
Una madre gritaba el nombre de su hijo junto al río, cuando los cuerpos de varios estudiantes aparecieron flotando.
Hiroharu Kono buscaba a su familia; fue al sitio donde estaba su casa y encontró los huesos de sus dos hermanos mayores junto a los de un recién nacido.
No todos recordaron las cosas malas. Masaru Shimizu dice haber recibido mandarinas por parte del Ejército; se las dio a sus familiares heridos.
Los soldados creían que dar agua a los quemados empeoraría su condición, por lo que nadie tenía permitido ayudarlos a saciar su sed.
El recuerdo de dos niñas con cara morada impactó tanto a Torao Izuhara que nunca lo olvidó. Estaban tan heridas que no supo si tenían los ojos abiertos o no.
Las personas heridas fueron colocadas en vagones de tren y sacadas de la ciudad.
Sumie Sasaki recuerda haber visto las estrellas, luego de todo el horror que vivieron. "Estaban hermosas", dijo.