(CNN Radio Argentina) – Su presencia provoca admiración. Nadie le puede quitar la mirada ni, más aún, pasar por alto su inconfundible voz con total atención. “Cacho” Fontana, el invitado especial para celebrar los dos meses de El Espectador, llegó a los estudios de CNN Radio minutos antes de las 14.
“Estoy bien. No estoy en otra juventud, pero me siento muy bien. Hice un tratamiento de recuperación y eso me hace pensar que uno cuando dice que quiere trabajar, no dice solo que quiere ganar dinero. El trabajo va completando un ideal que uno tiene registrado en su vida”, afirmó este viernes uno de los conductores más emblemáticos de radio y televisión.
En este sentido, con las palabras justas y una cuota de humor, Cacho agregó: “Estoy aprendiendo lo que es la vida. No es lo mismo cuando tenés 40 que 87. Tendrían que ser generosos y evitar que siga cumpliendo años”.
“Estando bien físicamente, se allanan muchas cosas que me hace muy bien”, expresó.
Pinky, quien había sido internada por un cuadro de neumonía, recibió el alta y volvería al hogar donde se hospeda con Cacho Fontana. “No hubo ninguna igual a Pinky. Tiene una personalidad muy particular y es muy difícil decirle algo que ella no lo haya pensado. Es esa gente que puede tener tu propia idea. No está pasando por un buen momento, pero de cualquier manera recibió un golpe muy grande como la muerte de un hijo”.
El cariño de la gente
“Lo que me dice la gente es conmovedor. Me saludan todos. Me preguntan por mí y quieren saber cómo está Pinky, también”, afirmó uno de los pioneros de la radio.
El medio es el mensaje
“El medio es hermoso y es cruel”, dijo Cacho, al tiempo que reconoció que “tiene la entrada y salida. Es apasionante ver cómo uno puede dar vuelta la noticia y el mundo. Las distancias no existen”.
“Es una pasión muy linda”, añadió.
Cacho, de todas formas, prefirió bajarse del podio de los influyentes del medio. Y afirmó: “El número uno para mi ha sido Antonio Carrizo. El cambió la historia de la radio”.
¿Qué sintió la primera vez que conoció una radio?
“La primera vez que entré más o menos que me acobardó, pero sí tuve una sensación de respeto. Fue con Riverito, que tenía un programa. Sentí una sensación de estar enviando a través de un micrófono un mensaje que podía ser cierto o no. Fue lo suficientemente importante como para que me encariñe. De chiquito ya quería ser locutor”, expresó sobre su primera experiencia en el medio.
La televisión
La televisión también fue su lugar en el mundo. “La tele me dio algo que es el conocimiento de la gente cuando yo iba por la calle. La popularidad. La palabra tiene un gran valor. Una sola puede dar en el clavo donde necesita el cliente”, indicó el conductor en el programa que conduce Ángel de Brito junto a Pía Shaw y Pilar Smith.
“No me gusta que me reconozcan como un maestro. Me da vergüenza. Obviamente que uno lo agradece, pero no vivo de eso. Es un mimo, pero uno sigue compitiendo y va por más”, cerró.