(CNN Radio Argentina)– (Por el enviado especial Hernán Castillo)
Una de la mañana: BROOOMMM. Bomba de estruendo que hace temblar los vidrios…
Tres de la mañana: BROOOMMM. Ahí va otra.
Hasta ahí lo normal, la Copa Libertadores trasladada a un partido de Copa América con el local. Pero hay más. Porque en las habitaciones del hotel en donde se alojan los futbolistas de la Selección Argentina hay relojes despertadores eléctricos. Y a las 6.30 en algunas habitaciones y de las 6.45 en otras sonaron sin que nadie hospedado en ese cuarto los programara…
¿Qué pasó? Aparentemente alguien se pasó de pillo y se tomó el trabajo de poner esa hora para que sonaran y despertara a los jugadores.
La delegación argentina no pasó una buena noche entonces. Habrá tiempo de siesta y eso no debería afectar al rendimiento. Pero la práctica resultó extraña y de antaño. Incluso para muchos podrá servir de incentivo para salir a comerse la cancha.
Veremos. Lo cierto es que lejos de amedrentar, a esta hora las bombas y las prácticas non santas parecen servir más para motivar que para asustar. Después de las 23.30 sabremos el final de la historia.