(CNN Radio Argentina) – Cristian Garay, Subsecretario de Investigaciones del Observatorio de Psicología de la UBA, habló este sábado en Mundo UBA sobre un estudio realizado sobre las secuelas psicológicas de las personas que padecieron la enfermedad: “Encontramos niveles muy elevados de sintomatología depresiva, ansiosa e incluso riesgo suicida incrementado”, dijo.
“Es compatible con depresiones clínicas o trastornos de ansiedad. Al comparar las personas por el tiempo de infección, no observamos diferencia significativa, pero vimos que la variable que atenuaban los síntomas fue la actividad física, esto es un dato muy interesante para poder recomendar una caminata para la mayoría de la gente”, agregó el docente de la Facultad de Psicología de la UBA en diálogo con Ricardo Braginsky.
“Evaluamos el impacto de memoria y de tensión y la actividad física mejora la salud global de la persona. Impacta en el estado de animo y en los pensamientos”, sostuvo.
“Hay estudios de las mejores maneras de comunicar y relacionarse con la información, donde se recomienda mantener un contacto pero estar atentos a la calidad de la información, con fuentes confibales y al tiempo de exposición, se recomienda no sobreinformarse al dormir o apenas comienza el día a la mañana”, aseguró Garay.
El profesional aseguró que los consultados afirmaban la necesidad de concurrir al psicólogo: “Un número alto de las personas infectadas con covid está en tratamiento psicológico, y de aquellos que no lo están el 67% nos dijo que consideraba necesitarlo, lo que nos pareció un indicador muy importante del malestar que experimentan. También detectamos el problema de la automedicación”.
“La parte neuropsicológica vio afectado nuestro cerebro, la pérdida de olfato tiene que ver con el efecto del virus sobre el sistema nervioso central, puede incidir en la memoria, pero sabemos que la depresión altera nuestras funciones ejecutivas de la capacidad de nuestro cerebro de regular la memoria”, aseguró.
“Las personas que requirieron en terapia intensiva tuvieron peor sintomatología, se convirtió en un trauma porque está en riesgo la vida. Esas personas tienen pesadillas o miedo a lo relacionado al trauma y requieren mayor tratamiento”, señaló.
“Las personas con menos recursos económicos tuvieron peor sintomatología, al igual que los jóvenes y personas de menor recurso educativo, la explicación que tenemos tiene que ver con el acceso al sistema de salud en situaciones más precarias. Suelen estar relacionadas las situaciones socioeconómicas”, afirmó el psicólogo.
“Nos llamó la atención que con los jóvenes hubo mayor impacto, especulamos con la situación económica y una mayor precariedad laboral”, sostuvo.
En cuanto a la manera de cómo encarar un nuevo confinamiento, el profesional aseveró: “Las recomendaciones son mantener las rutinas, la actividad física, el cuidado del sueño, cuidar la salud y no exigirse. No es momento para nuevos planes y nuevos desafíos. Estamos todos sometidos a un momento desafiante y de stress. Es un momento para bajar el nivel de autoexigencia, cuidando el ocio y el momento del descanso”, finalizó.