(CNN Radio Argentina) – César Sanabria tiene 37 años, es vecino del Barrio 31 y hace pocos días se recibió de Arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Este sábado habló con Ricardo Braginski en Mundo UBA y contó cómo fue su historia de vida.
“Yo trabajaba en la construcción, mi padre era albañil y así comencé a sentir el amor por la profesión, pero mi papa falleció cuando yo era adolescente y tuve que hacerme cargo de la economía familiar”, señaló César en CNN Radio.
“Parecía un sueño incursionar en la universidad, a mediados del 2012 empecé con este camino académico que hace algunas semanas logré terminar, luego de un largo trayecto y un camino con altibajos, me siento muy orgulloso de haberlo hecho en la UBA”, dijo.
“Me costó nueve años, es una carrera que lleva tiempo y es cara porque tenés que comprar materiales, tener una buena computadora. En el medio trabajaba en la construcción y también hice changas. Al principio me costó adecuarme al ámbito académico”, sostuvo el joven.
“Quiero poner en funcionamiento todo lo que aprendí y trasladar el conocimiento al proceso de urbanización del Barrio 31 y de otros barrios, amo a la facultad porque da la posibilidad de tener un acceso gratuito a una educación superior. Yo siempre les digo a los jóvenes que sigan sus sueños y que si tienen ganas y metas las cumplan, sobre todo si tienen ganas de estudiar, nunca es tarde, la edad no debe ser impedimento”, señaló.
“Hice un esfuerzo enorme, tuve la ayuda de mi familia con recursos económicos y emocionales. Mi madre estuvo en todo momento, económicamente en los primeros años de la carera porque yo no tenía trabajo, ella es empleada doméstica de manera informal y me compraba los materiales en el CBC; además en algunos momentos se siente la pesadez en la carrera y muchas veces quise dejarla y ella estuvo para decirme que continúe”, cuenta César que además relata que sus padres no terminaron la escuela primaria: “Ellos no tuvieron la oportunidad de estudiar, mi mamá no sabe leer”, resalta. Y sostiene que si su padre estuviera vivo, “se emocionaría muchísimo de tener un hijo profesional”.
“Al principio me veían como un bicho raro pero siempre trato de conversar con los jóvenes. En los barrios vulnerables hay una gran deserción en el nivel secundario porque suelen tener familia muy tempranamente y deben buscar trabajo, yo trato de insistirles que sigan en el secundario”, sostiene.
En cuanto a su futuro profesional, César asegura que quiere continuar con los trabajos en el barrio: “Tengo muchos proyectos, quiero generar proyectos colectivos para el barrio, quiero trabajar en la integración social urbana de mi barrio, formé un equipo de profesionales que viven acá y queremos generar un trabajo en conjunto con el Estado para que se le brinden las msimas posibilidades a los profesionales que viven en la villa de emergencia. Tenemos que tener más profesionales en los barrios humildes”, resalta.
“El Barrio 31 tiene 80 años de historia, estamos dialogando, tenemos una ley de urbanización hace varios años, se empezó por trabajos de infraestructura, después se va a poner foco en la apertura de calles y tercero en la calidad de viviendas de cada vecino. Se cambió la postura política, antes era con una topadora, ahora podemos dialogar. Esto es muy positivo”, finalizó.