(CNN Radio Argentina) – El argentino Matías Litvak, investigador sobre los beneficios del cannabis radicado en Israel, manifestó este domingo en CNN Radio que se dedica al “desarrollo de genética en cruza y selección: para decirlo en criollo, es más o menos lo que se hace con los perros, pero con las plantas”.
En el programa CNN Aire de mañana, el entrevistado contó que se fue hace tres años del país a Tel Aviv y señaló que “trato de encontrar la genética más eficiente para la industria y hago el desarrollo de los protocolos para cultivar esas diferentes genéticas en forma óptima”.
“Siempre fui un militante y cultivador solidario en la Argentina, con el estigma de drogadicto y narcotraficante, cuando jamás vendí un solo gramo”, indicó.
En diálogo con Guillermo Panizza, Litvak subrayó que “fue una lucha constante contra los estigmas, que hoy en día seguimos representándola. Lamentablemente tengo que estar en una universidad (Bar-Ilan), como ahora, para que mi voz tenga más importancia cuando hablo del cannabis” y la marihuana para uso medicinal.
“Es un honor muy grande estar destruyendo los prejudicios del consumidor y dignificando al cultivador solidario para ayudar. Hay muchos que en la Argentina no tuvimos la posibilidad y el coraje de ir por este sueño”, añadió.
“Junto con socios y colegas de la Argentina presentamos un proyecto en San Juan, donde están empezando a plantar para investigación y desarrollo. Además, trabajo como consultor en Uruguay, Ecuador y Colombia”, relató.
“La ley que está promoviendo Matías Kulfas (ministro de Desarrollo Productivo) en la Argentina es muy buena. Esperemos que avance porque va a dar posibilidades de un marco. Son importantes la reglamentación y las regulaciones, que tienen que estar claras porque si cada provincia hace algo distinto se genera un problema a largo plazo”, enfatizó en otro tramo de la entrevista.
“Eso me da esperanza de que la Argentina puede hacer las cosas bien”, reforzó.
“Me fui del país porque, aunque tenía un trabajo en el que me iba bien, no estaba contento. Me había dado cuenta de que mi vida estaba en esta planta. Quería ser profesional en esto. Y la Argentina me criminalizaba. Aun siendo un cannabicultor solidario que nunca vendió nada, si me agarraban iba a ser un criminal al que iban a meter en la cárcel con asesinos y violadores”, observó.
“Mi país no me daba las condiciones para desarrollarme profesionalmente en algo que es muy digno y me vine un país que sí me las dio”, sostuvo.
“En los últimos años hubo un gran avance gracias a organizaciones que impulsaron una ley para que en la Argentina la gente pueda cultivar en su casa, algo que en Israel no se permite. En ese aspecto estamos muchos más avanzados, porque se le da el derecho a cada persona de que cultive su propia medicina”, cerró.