La escritora Camila Sosa Villada y su nueva  novela: "Soy una tonta por quererte".

(CNN Radio Argentina)- En el marco del programa Aduana de Palabras, sus conductores, Bobby Flores y Mariana Mactas, entrevistaron a la escritora y actriz transgénero argentina, Camila Sosa Villada, quien habló, entre otros temas, de su oficio, de su actual lugar entre las letras como vehículo capaz de ser usado para construir un mensaje que llegue a otros, de su historia con la literatura, su vínculo materno que la lleva a sus comienzos literarios y de su último trabajo: “Soy una tonta por quererte.

Camila Sosa Villada, con su novela Las malas (2019) que narra las historias de un grupo de travestis que ejercen la prostitución callejera logró establecerse como una de las escritoras más originales de la literatura argentina contemporánea.​ Aquel trabajo se convirtió en un éxito de crítica, público y ventas y fue traducido a los idiomas francés, inglés, alemán y croata, entre otros, además de ganar numerosos premios literarios. Esta tarde de sábado, luego de varios títulos publicados con muchísimo éxito, un romance casi continuo con el teatro y mucho recorrido por andar aún, se permitió, al aire de CNN Radio, poner en palabras ideas que van mucho más que del oficio de publicar libros.

El deseo que persiste

Camila Sosa Villada ​ escribe cuando quiere. Bastará decir entonces que su trabajo no tiene la lógica de la oficina, porque no conlleva un horario reglamentado para hacerlo, lo hace cuando la mueven las ganas; es que el deseo de la escritura en ella, según sus propias palabras, “está casi todo el tiempo”. En este sentido, la hacedora de mundos literarios maravillosamente narrados, destacó: “Para aprender a escribir se necesita de cierto un rigor, como sucede también en la actuación”.

Soy una tonta por quererte

Sosa Villada hizo referencia a uno de los cuentos que forman parte de este puñado de historias que conforman su último título publicado: Soy una tonta por quererte; un libro que logra mostrar mucha de su genialidad y la impronta distintiva que atraviesa su obra. Al respecto, la escritora expresó: “Hay un cuento de este libro que lo escribí todo a mano, de un tirón. Como una práctica antigua que solía hacer hace tiempo”. Asimismo, al referirse a algunos de los modos que implementa para la escritura, la autora de Las malas, dijo: “Me manejo mucho con la ideas, pero ahora, para recordarlas, tengo un cuadernito. Solía tener muy buena memoria, pero cuando me di cuenta que tal vez no podía hacerlo con la misma eficacia de antes, tomé la libreta, y desde ahí, la tengo a mano”.

Escribir es darse un lujo

Al ser consultada por cuestiones puntuales de la escritura, Sosa Villada opinó: “Las mejores clases de escritura se obtienen en un taller periodístico”, para agregar: “Escribir bien no es fácil, es como un lujo que no mucha gente tiene. El periodismo, al economizar en palabas para explicar un hecho, nos demuestra que la poesía sigue siendo un accesorio, no es innecesaria, pero es un lujo al fin”. En este mismo sentido, la autora de La malas, puntualizó: “Creo que en un texto corto, podemos todavía adquirir un carácter, profundizar en una ironía, ser seductora, y eso es algo que también tiene la poesía;  lo que pasa es que su lenguaje ya es de un derroche que en el periodismo no podes ejecutar”. Por último, Camila, selló esta idea, al tiempo que agregó: “Me parece que los periodistas son los que mejor escriben, aunque tengan el alma un poco entregada”.

Siempre fue primero la escritura; aunque el teatro también es escritura

En 2009 estrenó su unipersonal en el teatro, y como actriz, Camila también hizo su paso en más de una oportunidad por el cine. A este respecto, al referirse a estas dos profesiones, Sosa Villada, dijo: “Siempre fue primero la escritura. Igual, el tipo de teatro que yo hago, siempre surge de la improvisación a partir de las ideas que quedan escritas en mi cabeza, por esto digo que cada función es diferente”.

En este mismo sentido, la escritora destacó que, en el único momento en el cual se ajusta a un texto de manera rigurosa es en ocasiones en las cuales el texto le es ajeno. Como cuando le tocó protagonizar la obra Vienen por mi (de la autora chilena Claudia Rodríguez a quien la entrevistada dijo considerar la mejor escritora viva). A propósito de aquella experiencia en las tablas, Sosa Villada puntualizó: “Se trató de una obra poética, una cosa tan pero tan genial, era buenísima”.

El fulgor literario

“Aprendí a leer con la Biblia. Después por aburrimiento con mi mamá, con un criterio absolutamente humano, para pasar el tiempo y esperar que venga el sueño, leyendo”, contó Sosa Villada, al tiempo que agregó: “En algún momento, cuando tenía ocho años, mi mamá me regaló cuatro libros: Colmillo blanco, Jerry de las islas  (de Jack London), Cuentos de la selva (Horacio Quiroga) y Bajo las lilas (Louisa May Alcott); estos textos, las dos los fuimos leyendo durante todo ese año hasta que nos agarraba el sueño. Cuando yo me cansaba, ella me seguía leyendo”. En este contexto, Camila, agregó: “Ese recuerdo aún perdura en mí con seguridad, porque luego de treinta y dos años, yo sigo escribiendo acerca de los perros; de modo que algo de esa lectura ha quedado incrustada en mi cabeza”. Para finalizar, al abrir la ventana de la intimidad de ese vínculo con su madre más allá del específicamente biológico, la autora confesó: “Tengo con mi mamá una relación muy sincera; podemos hablar de cualquier cosa con honestidad y también con una crueldad, (porque somos una familia muy cruel), que eso también hizo que nunca tengamos reparos en las palabras”.

Cuando hay espacio para todas las voces

“Estuve hace poco en la Feria del libro de Bogotá, en el Barrio de Los Mártires (donde la prostitución no es ilegal)”, contó casi al final de esta nota a través del aire de CNN Radio, Camila Sosa Villada. Al tiempo que puntualizó: “Allí estuve con trabas más grandes que yo, y otras más chicas. Fue la primera vez en mi vida que, frente a todas ellas, durante más de dos horas, de lo único que se habló fue de la literatura”. Sosa Villada, con holgada emoción describió: “Ellas leyeron poesía, algunos comienzos de libros; incluso se hacían en voz alta la pregunta (tan honda) como: De qué temas se suponía que ellas debían escribir?”. En este sentido, la autora del reciente libro, Soy una tonta por quererte, destacó: “Esta fue una clara demostración de que la literatura no pertenece a la elite que piensa que la tiene como un objeto a disposición…ni el lenguaje. Sino que la literatura es de quien precisa el lenguaje para comunicarse con otros, porque necesita imponer una idea, porque en algún punto, necesita que el mundo sea diferente”.