En el inicio de su programa Digamos Todo por CNN Radio, el periodista Nacho Girón realizó su habitual editorial, en este caso enfocado en los conflictos sociales del país.
“Argentina, aunque muchas veces nos de la impresión de que se dobla pero nunca se termina de partir, es por estas horas una verdadera olla a presión. Pero esa presión social que el gobierno siente por su propia impericia, por su autoinflingido desgaste interno, por su ausencia de un plan orgánico y por, digamos todo, un ataque especulativo de sectores del mercado que se benefician de la inestabilidad; se suma la presión ahora de sectores que hasta hace poco cerca de Alberto Fernández contaban como propios”, comenzó.
“Un ejemplo: los gobernadores más cercanos al presidente dicen cada vez menos por lo bajo que la situación no da más. Al principio se cuidaban con las definiciones, ahora en cambio dan definiciones contundentes y en paralelo se empiezan a replegar en las gestiones de sus propias patrias chicas”, agregó Girón.
El periodista señaló que “esta semana tuve un para mí dramático mano a mano off the record con uno de esos gobernadores, un hombre muy poderoso en su provincia, y con buen vínculo con el polo albertista y el polo cristinista. Sus análisis, antes cautos, ahora son oscuros. ‘¿Qué le dirías a Alberto si te llama y te pide un consejo sobre el rumbo que hay que tomar?’, le pregunté esperando un plan salvador. ‘Que se suicide’, me respondió en seco. Espere la risa irónica final, pero nunca llegó. La verdad, por lo duro, dude en contar esto o no. Pero no por exagerada, la frase deja de ser sintomática de los tiempos que corren en el Frente de Todos, aún cuando sobreactúan una tregua”.
“El hombre, insisto, de trato habitual con la Casa Rosada y el Instituto Patria, siguió: ‘El gobierno está terminado, solo hay que empujar para que llegue a diciembre del año que viene’. Y arrancó una larga explicación que pasó por puntos como que Alberto debería haber mostrado autonomía cuando pudo. Me dijo que no quiso romper cuando Wado De Pedro presentó la renuncia, aún cuando todos los gobernadores apoyábamos para que lo haga; y también incluyó un capítulo sobre su falta de autoridad: me dio el ejemplo del cumpleaños ilegal en Olivos durante la cuarentena más estricta. Ahí hasta se permitió un sincericidio: ‘El error no fue la fiesta’, dijo, ‘sino que el peor error es haber permitido que alguien haya sacado la foto’”, continuó.
Girón comentó que “aunque para muchos gobernadores y funcionarios peronistas las ultimas medidas económicas son a todas luces un ajuste, aunque no quieran admitirlo, también coinciden que con eso no va a alcanzar. Este cacique del interior me dijo en las ultimas horas que él y sus colegas opinan que cualquier persona que entienda de esto sabe que, tarde o temprano, hay que tomar medidas realmente dolorosas para encauzar el cambio del país. Pero los cambios había que hacerlos al principio, para echarle la culpa a Hernán Lacunza y a la gestión anterior. Nosotros boludeamos demasiado y nos dormimos, no aprovechamos el envión lógico de todo gobierno cuando recién asume”.
“Hasta acá, un pincelazo de la presión que llega desde la dirigencia política. Y en los últimos días se agregó un factor clave a la olla hirviendo: la presión del sindicalismo y los movimientos sociales. La CGT puso primera y anunció una movilización masiva para el 17 de agosto. En rigor, va a ser una manifestación en contra de los pobres resultados del gobierno de Alberto en materia económica, aunque la central diga que se manifiestan contra la inflación y la van a usar para llamar a un gran consenso”, añadió.
“El único que fue más fuerte es Pablo Moyano, que salió duro a cruzar a Batakis. Suspicacias de la política, en la previa Cristina se juntó con Héctor Daer, uno de los titulares de CGT; y luego con el líder de UPCN, UOCRA y Obras Sanitarias. ¿Habrá influido en algo la vice?”, siguió.
“Paréntesis: pobres los trabajadores, tal vez estemos en presencia de la CGT más débil y blanda de las últimas décadas. Una CGT con doble vara, que hace paro rápidamente con unos y estira los tiempos con los otros, casi pidiendo perdón por salir a las calles. Parafraseando: Si Evita los viera, mamita…” expresó Girón.
Para el final, el periodista aseguró que “la renovada presión no llega solo por el sindicalismo. Esta semana los movimientos sociales empezaron a copar las calles con más fuerza que antes, y el gobierno logró movilizar a pocas cuadras de distancia a la UTEP de Grabois con la Unidad Piquetera y la agrupación Barrios de Pie-Libres del Sur, que en menos de 20 horas pasaron de sentarse con el Presidete en Casa Rosada a copar el microcentro con los piqueteros más duros. Estas orgaizaciones paraoficialistas preparan para el 7 de agosto su movilización más fuerte de los últimos años”.
“La cosa se está poniendo espesa. Y decir esto no es de agitador, es de realista. La gente no aguanta más, y se está notando mucho”, cerró.