El Doctor Rabinovich, distiguido con más de un título, abocado a la cura del cáncer. Foto: (CONICET).

(CNN Radio Argentina)- Bioquímico e investigador superior en el Instituto de Biología y Medicina Experimental, el IBYME de la UBA y el CONICET, Gabriel Rabinovich, fue recientemente nombrado como miembro de la Organización Europea de Biología Molecular, uno más de los tantos reconocimientos internacionales que ha logrado a lo largo de su carrera.

Este sábado el conductor de Mundo UBA, Ricardo Braginski, conversó con el prestigioso científico e investigador quien al hacer referencia a propósito de este flamante nombramiento personal y a su trabajo, dijo con orgullo: “Estamos todos muy animados con noticias como esta, no solo yo, sino el equipo completo porque dentro de lo difícil que es trabajar en la ciencia, cosas como estas estimulan y motivan a la gente joven a seguir adelante”.

El agradecimiento

“Uno sería injusto si no tuviese en cuenta el equipo que desde los primeros momentos le dio lugar a uno para ser parte; esto es por ejemplo recordar que uno integró un trabajo colectivo en la Universidad de Córdoba para, tras llegar a Buenos Aires, pasar a integrar el equipo del Hospital de Clínicas y luego, ser uno más del IBYME (donde estoy desde el 2007)”, dijo el científico, al tiempo que agregó: “El tema es una sumatoria de gente trabajando duro para concretar un proyecto de muchas redes, con trabajos y esfuerzos que van aportando y poniendo todo para que la investigación sea posible”, dijo Rabinovich en gratitud a la tarea colectiva con colegas y trabajadores de otras áreas a lo largo de su recorrido profesional.

El descubrimiento: La Galectina 1

Al hacer referencia a la investigación que Rabinovich lleva adelante con su equipo respecto de la posible cura del cáncer, el científico explicó: “Lo que pasó con este trabajo, empezó en la década del noventa. Por aquel entonces logramos un descubrimiento inesperado que fue el hallazgo de una proteína (que ahora sabemos  que se llama Galectina1) capaz de poner freno a la respuesta inmunológica del cuerpo”. Asimismo advirtió: ” En ese momento lo que sucedió es que nos preguntamos el por qué de su existencia y nos dimos cuenta que esta proteína estaba exponencialmente aumentada en tumores”.

GALECTINA 1: El villano a bloquear por la ciencia para la cura del Cáncer

“A todo esto, al llevar adelante la investigación, advertimos que esta proteína le hacía la vida fácil al tumor, y que los tumores, a partir de ella encuentran maneras de reproducirse y esparcirse, escapándose así  a cualquier respuesta inmunológica”, dijo el científico al explicar los pasos que fueron dando en el desarrollo de la investigación. En esta misma línea, Rabinovich agregó: “Con todo, a cada paso íbamos confirmando que la galectina 1 era como un villano dentro del ambiente tumoral”.

Por otra parte, luego de trabajos y ensayos de laboratorio, la ciencia argentina dió cuenta que lo que funcionó para dar freno a esta posibilidad de que la proteína pueda continuar su tarea maliciosa era el uso de unos anticuerpos monoclonales (que lograban frenar su malignidad)”. A todo esto, el investigador puntualizó: “En esta etapa del trabajo lo que funcionó fue este anticuerpo capaz de neutralizar a esa proteína; fue allí cuando caímos en la cuenta que, cuando eso funcionaba, los linfocitos no se morían, llegaban al tumor y lograban una respuesta inmunológica para ganar la pelea”.

El villano convertido en héroe, para las enfermedades autoinmunes

Cabe destacar que, por otra parte, la investigación incluyó otra fase que consistía en saber cómo era posible utilizar  a favor la proteína descubierta; en este sentido, el bioquímico argentino aseveró: “Fue en esa instancia en la cual supimos que el trabajo a desarrollar implicaba lo contrario a lo que hicimos para el cáncer, ya que justamente debíamos ir contra la respuesta dañina que el propio organismo utiliza en las enfermedades autoinmunes e inflamatorias (y otras más, como la arterioesclerosis). De modo tal que, agregamos la galectina 1, y tuvimos los resultados cercanos a los que proyectamos”.

Fases a fase

Por último, al hacer referencia respecto de lo que actualmente se está trabajando en función de las etapas que estos descubrimientos deben alcanzar hasta llegar a ser aprobados por todos los organismos intervinientes que corresponden, Rabinovich explicó: “Por el momento, hemos empezado a trabajar con muestras de pacientes, es decir en las muestras de sangres y de tumores de pacientes que están padeciendo estas enfermedades”. Asimismo agregó: “Estamos recientemente finalizando una etapa de toxicidad que, si bien vamos paso a paso, estamos en un proceso donde estamos poniendo bien prolijas las fases para llegar a la fase clínica uno”.

Cabe destacar que el tema de las patentes del trabajo y la propiedad intelectual (un tema nada menor) han sido cuidadas por CONICET y por la Fundación Sales fundamentalmente, y que ahora la investigación se encuentra además en un proceso de continuar sus esfuerzos en avanzar en otra serie de aprobaciones. A todo esto y, como dato muy alentador, Rabinovich destacó: “Hasta el momento de las investigaciones no se han visto altas dosis de toxicidad, lo cual resulta muy bueno”.

Cabe destacar que la Organización Europea de Biología Molecular es una organización profesional integrada en 2020 por más de 1 800 científicos, cuyo objetivo es promover la investigación en las ciencias de la vida y permitir el intercambio internacional entre los mismos. En este sentido, el científico  confesó que la EMBO agrupa a científicos de biología molecular, y que siempre admiró a todos los que participaban”.

La ciencia hoy y mañana (una toma de conciencia)

Para concluir, Rabinovich se refirió a aquellas cosas que resultan indispensables para el desarrollo y el aliento a los científicos de nuestro país y en este sentido opinó: “Cuando hay un entorno económicamente favorable, los científicos argentinos funcionan de una manera brillante, tal como en cualquier lugar del mundo, habría que ver cómo se logran mejores salarios, tal vez con mecanismos de complementación a fin de que sea más alentador dedicarse a la ciencia que a las carreras netamente tecnológicas (que cuenta con mejores ingresos)”.

En esta misma línea, el especialista aseveró: “Me preocupa que los jóvenes hoy no se aboquen (como aporte sustancial) a la ciencia básica, porque allí arranca toda la proyección y la real generación de conocimiento a largo plazo”. Además, agregó: “Los tratamientos fuertes implican procesos largos; sería importante que los jóvenes de la ciencia sepan que el crecimiento siempre es colectivo, que el camino no es lineal, que nada es instantáneo y que hay muchísimo campo para hacer. En este mismo sentido, Rabinovich concluyó: “Creo que hoy resulta muy necesaria la generación de buenas redes para hacernos más fuertes entre todos los miembros de la comunidad científica; la pandemia dejó mucho dolor y muchas necesidades”.