(CNN Radio Argentina)- Mundo UBA habló con el docente e investigador de la Facultad de Ciencias exactas de la UBA, sobre el funcionamiento de la memoria.
Este sábado por la noche, el conductor de CNN Radio, Ricardo Braginski entrevistó a Alejandro Delorenzi, director del laboratorio de Neurobiología de la Facultad de Ciencias exactas de la UBA. En este sentido, para hablar del cerebro y de algunas de las cuestiones que ocurren cuando se activa en nosotros esta actividad, el especialista advirtió desde el principio: “Nosotros trabajamos con los cangrejos para saber qué pasa cuando en estos animales ocurre la llamada re-consolidación”.
“Antes se pensaba que la memoria estaba fija. Luego, hace veinte años la historia giró abruptamente y hoy sabemos que, en los animales que somos, nuestra memoria, es mucho más lábil”. En este sentido, el especialista aclaró: “Hay mucha historia respecto del tema, pero podemos decir que usamos modelos y animales diferentes para poder entender los fenómenos de consolidación incluso para los casos psiquiátricos”.
Por qué se estudia “La memoria” del cangrejo
“Hay una larga tradición en la facultad de exactas en cuanto a la investigación con estos animales. La misma fue generada por Héctor Maldonado, quien hace treinta y cinco años empezó a trabajar con estos invertebrados. Así fue que nosotros fuimos heredando esto para trabajar en la memoria y en este punto, hubieron muchos avances”, contó el especialista respecto del trabajo en el laboratorio que dirige.
La memoria, blanda
“Las memorias pueden ser modificadas cuando el evento, por ejemplo, tiene una sonrisa. Cada vez que recordamos, lo que sucede es que hay una actividad reconstructiva que hace que muy probablemente la memoria se ablande y se generen otros recuerdos. Algunos de esos recuerdos dependen de cómo fueron guardados”, explicó el Delorenzi al tiempo que añadió: ”Nosotros hoy sabemos que las emociones se pegotean a los recuerdos y esto hace que un recuerdo muy probablemente se vea alterado cada vez que viene a la memoria”.
Hipótesis de la memoria
“Nuestra hipótesis de trabajo es: Tenemos evidencia de que es muy posible que podemos pegotear la emoción a una memoria neutra (es decir, una memoria sin emoción previa)”, contó el especialista. Además puntualizó: “No es que la memoria está siempre con una emoción, sino que existe una memoria emocional que también se da”.
En relación a lo que ocurre con aquello que creemos olvidar o aquello que pareciera que jamás olvidamos, Delorenzi justificó: “Hay memorias que tienen más fuerza porque duran más tiempo, son aquellas que vemos que tardan en diluirse”. Por otra parte, aclaró: “Si ponemos un recordatorio emotivo con un hecho, junto con la memoria vuelve una emocionalidad. Esto quiere decir que un recuerdo neutro, sin emocionalidad, puede volver pegoteado por una emoción, y eso hace que el recuerdo cambie, porque la emocionalidad del mismo se ha visto modificada”.
Nada se olvida? Todo se transforma
En el marco de la entrevista y al se consultado por los recuerdos que se olvidan o quedan como guardados en algún espacio de la memoria, el especialista aseguró: “Nada se olvida porque existen determinados elementos emotivos que permite que se puedan rescatar los conocimientos”.
En otro orden de cosas, Delorenzi contó: “Una de las cosas de trabajar con la memoria es que no sabemos bien que es; por eso usamos metáforas”. Además agregó: “Siempre hay algo que aparece, hay cosas que no recordamos en determinado momento de tensión (por ejemplo un momento de exámen) porque el stress lo que hace es que no podamos acceder fácilmente a ciertos conocimientos que están en la memoria”. Asimismo, el científico concluyó: “Esto explica porqué tantas veces, luego del exámen, cuando ya pasó la tensión, nos ocurre que recordamos todo lo que estudiamos”.