(CNN Radio Argentina)- De este tema tan actual, entusiasta y preocupante a la vez, habló en el aire de CNN Radio, Flavio Calvo, Doctor en psicología cognitiva, sistémica y neurociencias; Docente universitario, investigador y autor.
En esta entrevista con CNN Redes y Noticias, el psicólogo dió a conocer muchos de los síntomas que padecen quienes pasan muchas horas del día conectados a las pantallas. La ansiedad y la depresión se encuentran encabezando la lista de efectos colaterales provocados por no poner en práctica las herramientas que nos permitan medir nuestra conducta y autogestionar nuestro accionar. Estamos en automático? Ponemos el cronómetro a ver cuánto tiempo pasamos en redes?
La naturalización del uso de redes y pantallas
Este domingo por la tarde, al ser consultado por el conductor, Francisco Salmain a propósito de cuáles son las mayores dificultades que él observa en relación al uso de las redes y el tema de la interacción permanente con el mundo virtual (casi hasta confundir uno con otro) el entrevistado dijo: “Es cierto que el uso sin control algún problema generan; y no se trata de si las redes sociales son buenas o malas, porque todo depende de cómo nos relacionemos con ellas, del uso que le damos y la cantidad de horas que estamos conectados”.
Una real adicción
En relación a los efectos nocivos propios del abuso de pantallas, redes, etc… Calvo explicó: “Tenemos un problema en cuanto a que no son pocas las veces que no nos damos cuenta cuántas horas del día pasamos mirando redes, por ejemplo”.
Las redes sociales, el uso de las aplicaciones, la cantidad de posibilidades que el mundo virtual hoy nos brinda constituyen una gran herramienta pero como la gran mayoría de las cosas que nos gustan, esto también tiene un doble filo. Para Calvo, es importante saber que depende de nosotros poder estar alertas y discriminar hasta dónde nos ayudan a hacer nuestra propia vida más fácil y práctica, y hasta dónde nos la complican sumando problemas antes inexistentes.
En otro orden de cosas, en relación a todo un abanico de síntomas (como desencadenantes) que genera el abuso de las pantallas, Calvo puntualizó: “Acá el tema gira en torno al uso en exceso que hacemos en las redes; la ansiedad y la depresión que vemos (esto sucede más en jóvenes) es muy significativa; el tema básicamente se genera porque, al mirar lo que otros postean (por supuesto que este recorte siempre va a ser fantástico y mejor que lo mío), sienten que, en comparación, su vida no tiene valor…Y esto ocurre porque no logran separar la realidad de los contenidos que conforman las redes”.
Cómo saber si estamos excediendo los límites tolerables
Al ser consultado a propósito de cómo podemos detectar si estamos padeciendo ansiedad en relación al uso o abuso tecnológico y virtual, Calvo explicó: “Puedo advertir que me genera ansiedad cuando yo experimento que necesito estar viendo qué pasa con los otros en las redes; es decir, necesito chequear qué están subiendo a las redes porque si no lo hago, siento que me pierdo de algo; que ya no soy parte”. Asimismo aseguró: “Si yo experimento que no puedo estar quince o veinte minutos sin mirar las redes, ahí ya estamos hablando de un problema”.
En este mismo sentido, Calvo explicó: “Estoy hablando de lo que hoy reconocemos con las siglas “FOMO” (Fear of missing out), que no es más ni menos que el miedo extremo experimentado de quedarme afuera; afuera de qué? De la vida en redes, como si fuera la vida real, sí.
Qué es FOMO
FOMO Son las siglas de lo que muchos padecen ante la incapacidad de poder estar al día de todo lo que ocurre en las redes; lo que genera una ansiedad social relacionada con el miedo (a veces extremo) a perderse algún acontecimiento importante y quedarse atrás, afuera, frente a lo que sí están viviendo o compartiendo amigos o familiares.
El mundo virtual/real (y viceversa)
En línea con dar una explicación un poco más en el llano de lo que ocurre con los comportamientos de los adolescentes y jóvenes, el especialista aclaró: “Es importante entender que el tema de la diferenciación de la vida virtual y la vida real en lo más jóvenes casi no existe; ese límite entre lo real y lo no real está prácticamente desdibujado, todo está relacionado y es casi lo mismo; es decir, no hay una diferencia (para ellos) de lo real y lo virtual”.
En este mismo punto, y un poco dirigiéndose a los adultos responsables de los chicos, Calvo advirtió: “Yo considero que acá prohibir no sirve, pero sí puede ser muy útil acompañar, hablar, conversar a propósito de cuáles son los límites que deben autogestionarse, aprender a diferenciar ellos mismos, y ni hablar el tema de lo que comparten; porque aquel contenido que ellos deciden compartir en redes, ya no forma parte de la intimidad, más bien, ya no me pertenece”.
Cuál sería “El uso sano de las Redes”
Con todo, y para poder encontrar una herramienta práctica a todo un despliegue de problemáticas que existen en la actualidad, Calvo concluyó: “Para hablar de uso sano de las redes debemos, primero, saber que al adolescente se le puede hablar de esto porque ya existe un canal de diálogo previo desde la pubertad”. En otro orden de cosas, el psicólogo agregó: “Además, es importante poner en juego el uso de los filtros para poder separar los contenidos que nos nutren de los que no, y los que no nos son de utilidad, desecharlos”.
“Yo tengo Instagram (@calvoflavio) y allí armé un canal de comunicación; soy Doctor en psicología y allí hablo de diferentes temas; considero que la red, utilizada inteligentemente, es muy buena para difundir información, para aprender (como herramienta educativa y formativa) y también, como vía para ayudar a otros”, concluyó es profesional.