(CNN Radio Argentina)- Mundo UBA a través de su conductor, Ricardo Braginski, se puso en contacto este sábado por la noche con la psicóloga infanto juvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas, Silvia Ongini quien habló del grooming, sus características, sus modalidades; la facilidad con la que jóvenes y niños están cada vez más expuestos a ser víctima de los abusadores de turno; en tanto, la especialista, puntualizó, entre otras cosas, cuáles serían algunos de los síntomas de alarma que los menores pueden expresar ante estas situaciones; y mencionó algunos puntos de interés en general para tener en cuenta como adultos en torno al tema.
El grooming y, en su evolución digital, el online grooming (acoso y abuso sexual online) son formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarse en una actividad sexual.
Muchas veces, este grooming, se realiza utilizando una identidad falsa y creando un vínculo de confianza, que puede ser difícil de reconocer como violencia en un primer momento. También puede ser alguien conocido del círculo íntimo, o un desconocido que no oculte su identidad.
Es importante saber que, aunque la violencia ocurra en forma virtual, el daño que produce este tipo de acosos o abusos es real y es necesario intervenir para restituir los derechos vulnerados.
Desde diciembre de 2013 el Código Penal establece que el grooming es un delito que puede tener una pena de prisión de 6 meses a 4 años.
Lo virtual, para los chicos, tiene efectos reales
“Hablamos de grooming cuando hablamos de un abuso o acoso hacia niños y adolescentes a través de cualquiera de las herramientas de los medios tecnológicos”, dijo Ongini desde el principio de la entrevista a Mundo UBA a través de CNN Radio, para aclarar: “Aunque suene fuerte, se habla de abuso porque está absolutamente comprobado que lo es en términos del real impacto que esto produce en el aparato psíquico de la víctima”.
En este mismo sentido, la profesional agregó: “Hay que destacar que, desde el punto de vista del trauma no hay abuso chiquito y abuso grande; y que, por otra parte, hoy sabemos que para los chicos no hay una línea divisoria entre lo real y lo virtual; por eso además es importante entender que lo que les ocurre en las redes, para ellos, es real”.
Además Ongini advirtió: “Es importante entender que los chicos consideran que el groomer es su amigo o un novio de verdad; y esto ocurre porque generalmente este se ganó su confianza; claro que para que esto sea posible, éste acosador viene haciendo uso de todo un despliegue de herramientas capaces de lograr la persuasión y el acercamiento necesario para poder abusar de la víctima”.
“Estamos dejando solos a los chicos en medio de las calles de internet”
Así lo subrayó la profesional con tono de alarma, al ser consultada acerca de qué herramientas tienen hoy los padres y tutores a cargo de los menores para protegerlos. En esta misma línea, la profesional puntualizó: “Nadie está prestando real atención a lo vulnerables que son los chicos ante tantas horas de pantalla; Nadie dejaría a un niño en medio de una estación de tren de Constitución, sin embargo, los chicos están en internet, en las redes, sometidos a estos groomers, muchísimas horas, en verano aún mucho más”.
En tren de dar una explicación más específica de hasta dónde llega el peligro del que son víctima los menores, la doctora explicó: “Estos sujetos acosadores trabajan y saben qué y cómo hacerlo. Inclusive el grooming se ejerce con varios fines: Para la obtención de imágenes de los chicos para satisfacción personal; para explotación sexual; o bien para extorsionar a la víctima; en algunos casos las fotos que las víctimas les facilitan (sin saber su destino) son vendidas en el “mal llamado” mercado de pornografía infantil”.
A todo esto, Ongini destacó: “Así como aconsejamos a los chicos que no hablen con extraños en la calle, es preciso darles herramientas a los chicos en cuanto a su conducta en las redes”. Además, las especialista agregó: “Los chicos, y algunos padres también, deben saber que, cuando suben a internet una foto o videos, esa imágen no se baja más. Ellos son nativos digitales y, aunque nosotros no lo seamos, debemos darles herramientas para que el grooming no abuse de la propia confianza del niño”.
Qué hacer si descubrimos a un menor siendo víctima de grooming?
En referencia a cómo actuar ante un hecho semejante, la pediatra opinó: “Creo que es importante no ponerse a chatear con el acosador, no borrar nada; lo mejor ahí, considero, es juntar toda la evidencia y denunciar; luego, por supuesto está el escuchar y contener a la víctima quitándole la culpa y responsabilidad; ahí hay que ayudar al chico explicándole lo que ocurrió, sobre todo para que logre entender la situación”.
A todo esto, la licenciada advirtió: “Los adultos debemos saber que, ante una situación así, hasta puede darse que los chicos, al ser descubiertos, protejan al groomer; y es lógico porque ellos ya a esa altura están involucrados con su abusador (sin saber de qué se trata); en esa instancia es cuando se ve cómo trabaja el groomer, quien hizo mucho para construir con su víctima un vínculo afectivo, amistoso y de complicidad”.
Las cifras que encienden la alarma (2019-2020)
“Si hablamos de las últimas cifras registradas en nuestro país respecto del tema, “Grooming argentina” hizo un estudio, meses previos a la pandemia (2019-2020) que arrojó que 6 de cada 10 chicos hablaban con un desconocido a través de las diferentes redes de internet”, destacó Ongini.
Líneas de ayuda: 102 Y 137
A todo esto, la pediatra del Hospital de Clínicas, especialista en temas de grooming recordó: “Es un tema serio y es fundamental que estemos informados. Hay líneas para comunicarse (102 y 137), y está ahora en funciones la “Ley Micaela” para poder hacer algo útil con el problema, y para poder avanzar en estas cuestiones desde diferentes áreas, pero aún así, hay que informarse”.
Señales de los chicos para “no subestimar” (como adultos)
“Es importante que, como adultos, fomentemos siempre el diálogo con los chicos; acompañar, y así estar al tanto a propósito de qué cosas vieron, con quién hablan por internet; con quienes juegan en red”. En este mismo sentido, la profesional agregó: “Sin atropellar la intimidad de los adolescentes, debemos estar cerca también de ellos; además, tanto en niños como en los más grandes, es necesario prestar atención a cambios de conducta fuera de lo común; si los notamos inquietos, de un humor cambiante, ansiosos, preocupados por demás; o si tapan el celular al acercarnos. Es un tema delicado, debemos estar atentos”.