El cantante, autor y escritor pasó por  "Aduana de Palabras", para hablar con Bobby Flores y Mariana Mactas.

(CNN Radio Argentina)- Bajo el título: “Memorias de la Diva argentina que triunfó en la Ópera de Viena”, el líder de la agrupación Baccarat, recorre la vida de Margarita Kenny, la cantante de Ópera Lírica que supo brillar en los grandes escenarios del mundo durante la segunda mitad del siglo XX. Según cuenta en este trabajo el autor, a partir de ciertos “malos entendidos” con Eva Perón, la artista debió continuar su carrera en Europa y en los EEUU, donde brilló con luz propia conquistando al público más exquisito de la época. A la distancia de los hechos, aquí pocos recuerdan su talento y su nombre.

Sergio Pángaro es músico, escritor y actor argentino nacido en Comodoro Rivadavia, Chubut. Aunque es modelo 65, y es el líder de una consagrada banda, hoy, no se bajó en la estación de su barrio, sino que prefirió contar cómo fue y qué le significó escribir este libro que habla de la vida de Margarita, su profesora de canto; la estrella de la Ópera Lírica del viejo continente.

A decir de Pángaro

Su estilo tan particular lo pinta como un tipo clásico que reivindica los modos de otros tiempos. Así, con su hablar sereno, como si al hacerlo lograra reivindicar formas y expresiones de un pasado (no tan lejano, o sí…) en donde el tiempo suponía ir un poco más lento que en la sociedad pos moderna, el artista visitó los estudios de CNN Radio Argentina este sábado para compartir en Aduana de Palabras, cómo fue la experiencia de escribir una biografía de una vida prestada.

De la mano de Margarita

Margarita Kenny fue su profesora de canto; durante décadas le enseñó a este autor mucho de la música, de la técnica y demás cosas de la vida. Según Pángaro, fue el marco de sus clases y del tiempo transcurrido, como pasa en la mayoría de los vínculos donde el afecto y la admiración crecen, que la relación de Maestra-alumno fue cambiando y adquirió un matiz de amistad y acompañamiento, al punto tal que, desde la complicidad y fascinación por su historia personal, el artista logró descubrir el deseo que Margarita tenía de contar su vida, y lo hizo realidad.

De la admiración a la escritura

En un clima íntimo donde supo hacerse lugar la emoción y la sinceridad para hablar de la Diva, el también actor, contó que su fascinación por ella fue creciendo conforme pasaban los años y que, cuanto más la descubría como artista, lograba confirmar que todo aquello constituía una historia que merecía ser contada en un libro.

En este contexto, el entrevistado aclaró: “Una vez que decidimos hacer su biografía yo pasaba horas y horas conversando con ella. Hablaba de todo; Yo la escuchaba atentamente, tenía una forma perfecta de contar lo vivido; su sintaxis al hablar hizo que yo, cuando escuchaba los audios grabados, no tuviera que hacer prácticamente correcciones. Además Margarita poseía un fiel registro histórico de los acontecimientos; la cronología de los hechos, los contextos, todo lo contaba a través de párrafos enormes y con una sintaxis impecable”.

Vivir para contarlo

Ella siempre quiso dejar plasmada su vida, tenía la necesidad de contar lo que vivió; y siempre fue humilde al hacerlo”, dijo con un dejo de ternura y nostalgia Pángaro, al tiempo que destacó: “Una vez que ella murió, investigando algunos hechos a través de registros como artículos de la época o testimonios de gente que la vio, tomamos conocimiento de la dimensión que tenían las cosas que contaba. Todo la ubicaba en un lugar mucho más magnífico aún de lo que imaginábamos, sobre todo, internacionalmente”.

Quién era Margarita Kenny

“Margarita era una cantante de Lírica, argentina, de familia irlandesa; de chiquita vivió en Barrio Norte. Sus padres trabajaban con caballos pura sangre, los comercializaban, y se codeaban con personalidades de talla internacional”, comentó Pángaro para dejar al paso, y como ejemplo que, nombres como Bill Crosby, o magnates de la época, aparecían en su casa de familia a tomar el té.

Además, respecto a la formación de Kenny, el artista invitado dijo: “Ella había trabajado en la revista El Hogar; sobre todo estaba encargada de la sección de sociales, con lo cual, al tener mucha vida social era la encargada de organizar eventos y fiestas en aquella Buenos Aires”.

Aquí se puso a cantar

A mediados de siglo pasado, Margarita empezó a estudiar canto y se lanzó a cantar”, contó el entrevistado. Así, el autor confesó que esta situación supo ser posible porque ella fue bien asesorada por quienes sabían de su talento y de sus posibilidades para el Lírico, y un poco también, como respuesta toda una real oportunidad de la época que fue testigo y motor de la formación de artistas locales capaces de hacer proliferar sus carreras”. Cabe recordar que estamos hablando de lo que sucedía en el contexto de la segunda guerra mundial; y a las claras se trataba de una Argentina que ya no recibía con tanta frecuencia cantantes de ópera (ni otros tantos artistas), producto de la castigada y diezmada Europa.

El circuito de Arte de aquella Argentina: Nadie es profeta en su tierra

Según contó el autor de esta biografía: “Acá había un circuito de Ópera muy importante. Ella tuvo un malentendido y circunstancias confusas con Eva Perón, y decidió continuar su formación afuera una vez que fue convocada por un cantante norteamericano quien sabía de su talento y de algunas circunstancias públicas que demostraban que estaba siendo cancelada por aquella época”.

Además, el escritor contó: “Kenny supo abrazar las oportunidades que se le presentaron. Como fue el caso de aquella beca que tomó para ir a formarse a Filadelfia”. Con todo, Pángaro subrayó: “Evidentemente era una época en la cual los EEUU prestaban atención a los acontecimientos políticos locales y de nuestra región”. Así mismo reflexionó: “Pensemos también que se trata de una época en donde se estaba organizando la geopolítica del mundo; esa instancia de fin de la gran guerra, principio de la posguerra”.

De su carrera (y en breve)

Margarita Kenny. Venado Tuerto, Argentina, (1915-2008).

Cantante de ópera, debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1943. Al tiempo que se producía el ascenso de Perón al poder, partió a Filadelfia a perfeccionarse y de allí saltó a una Europa de posguerra que, conforme ella demostraba su talento, supo abrirle paso a los escenarios más prestigiosos de la lírica internacional, especialmente, el de la Ópera de Viena, que la aplaudió por dos décadas.

En definitiva, en esta invalorable tarea, Pángaro logra correr el foco de su arte (y su propio canto y escenario) para hacer foco y tomar por un rato prestada la vida de esta gran Diva, una talentosa cantante argentina, que su país, por diferentes circunstancias, tal vez no supo o no pudo aplaudirla y tomar como propia.

Un libro para zambullirse en la vida de esta mezzosoprano y luego brillante soprano dramática, de repertorio wagneriano (lo que fue su marca distintiva); Un trabajo biográfico, interesante y atrapante, para reivindicar como aporte cultural a la historia de la segunda mitad del siglo XX; Y toda una celebración del Arte como salvación.