Martín Felipe Castagnet habló de la génesis de este libro, un recuerdo vivo de su relación con una abuela muy sabia, independiente y original.

(CNN Radio Argentina)- Libros con Ñ entrevistó al escritor platensepara conocer mucho más en detalle algunos de los curioso elementos que dan vueltas alrededor de esta historia que se fue escribiendo con el correr de los años, ya que, para hacerlo, mucho del material que Castagnet utilizó, fue el mismo que había estado recogiendo, sin premeditación ni alevosía, durante los quince años ininterrumpidos de conversaciones telefónicas con su abuela. De todo eso, más la necesidad del escritor de contar algo tan personal como la amistad que los unía en ese vínculo entrañable, trata esta nueva obra que logra ir mucho más allá de la relación de un nieto y su abuela.

Martín Felipe Castagnet (en twitter @mobymartin) es novelista y narrador. Nació en la ciudad de las diagonales en 1986. Obtuvo un doctorado en literatura en la Universidad Nacional de la Plata. Es editor de la revista bilingüe The Buenos Aires Review y de la revista Orsai. Su primera novela, Los cuerpos del verano, ganó el Premio a la Joven Literatura Latinoamericana Saint-Nazaire MEET y ha sido traducida al inglés (por Frances Riddle), al francés y al hebreo. En el año 2017 publicó su segundo libro, Los mantras modernos. Ese mismo año fue incluido en la Lista de Bogotá, que se encarga de resaltar a los autores latinoamericanos menores de cuarenta años más destacados.

Un libro muy personal

Catagnet mantuvo conversaciones telefónicas con su abuela durante todas las noches a lo largo de quince años. A Castagnet la vida entera iba transcurriéndole mientras lo hacía. Se independizó, vivió solo, formó una familia; mientras todo iba moviéndose y cambiando de forma, algo no se modificaba, las charlas con su abuela (que eran mucho más que eso). Ellas siempre fueron una constante capaz de ir hilvanando a cada paso años de un vínculo fuerte y amoroso, con ciertas cuotas de ironía e impunidad; plagadas de anécdotas y ocurrentes frases que tuvieron como autora a su adorada abuela (amiga).

En cierto momento, el autor supo que había que registrar ese espíritu libre, temerario y a la vez vulnerable de su abuela sería un acierto y un tesoro. Es por eso que decidió escribir el libro, tal vez para resguardo del olvido. Así nació esta obra, distinta y entrañable; Como semblanza de una relación única, como recuerdo de una abuela especial que marcó fuertemente la vida de quien este domingo, en el Día internacional del Libro, CNN Radio tuvo el placer de entrevistar a través del conductor Gustavo Noriega.

La génesis

“Yo era muy cercano con mi abuela. Hablaba todas las noches con ella, lo hice durante quince años seguidos, de manera sistemática, todos los días. Teníamos conversaciones geniales. Lo que pasó fue que desde el 2009 empecé a tener twitter y esta es una red social muy particular porque tiene esa base que es la palabra (aunque ahora incorporó algo de imágenes). El humor de mi abuela daba solo para postearlo. Yo sentía que las ocurrencias de mi abuela las tenía que compartir ahí. Eso me trajo muchos amigos. Lo que sucedió fue que en marzo de 2021, tuve la propuesta (de la mano de Johana) de escribir el libro. Yo ya venía guardando algunas cosas que sentía que representaban su carácter. Al fin y al cabo, escribí un libro de mi relación con mi abuela, pero creo que lo que hace que el lector quiera comprarlo es la relación que un nieto puede tener con su abuela”.

“Cuando escribí el libro, sentí que describir a mi abuela con esa excentricidad tan espontánea se daba naturalmente solo en un registro que era capaz de no hacerme caer en sentimentalismos. Eso me llevó a sentir que esta relación podía ser escrita por mí. La relación con ella, lo que termina pasando es que hay como cierta amistad. Y, de hecho, yo me preguntaba si uno puede ser amigo de una abuela. Porque el tema es polémico entre padres e hijos, pero ¿Qué pasa con una abuela? Mi lectura es que se dio esa relación, así como era, porque básicamente éramos amigos, más allá de la relación abuela-nieto”.

Cuando la crudeza es una decisión a la hora de escribir

“Cuando tuve la propuesta para escribir el libro, mi abuela no estaba enferma. Es decir que yo no contaba con ese elemento a la hora de decidir escribir esta la historia. De todos modos, si lo pienso, creo que mi abuela hubiera dicho de eso y del libro ¡Qué ganas de sacar los trapitos al sol! Pero considero que, al mismo tiempo, hubiera gustado de un libro que hablara de la relación de una relación abuela con su nieto. Ella me enseñó varias cosas, entre ellas, cómo formar el gusto de ser lector. Con este libro yo la podría estar honrando como lectora, es cierto; aunque no sé si le gustaría tanto ser la protagonista de la historia. Es más, creo que no”.

“Hoy me detuve a pensar en las marcas de los libros, no en las propias, sino en las marcas que otros dejaron; otros que ya no están; en esas marcas que ellos dejaron como huellas en sus propios libros. Eso habla de cada uno como lector, como persona. Ella era una lectora voraz. Vivía sola desde hacía mucho tiempo en una casa por la que habían pasado muchas generaciones de la familia. Uno a veces hace esas representaciones de la vejez con esos seres que no pueden ser autónomos, que necesitan de apoyo permanente de otro, como una especie de padecimiento de esa soledad, y acá era todo lo contario. Le encantaba vivir sola. Eso estaba acompañado de una decisión de autonomía. Se trataba de toda una señora mayor, muy pero muy elegante, pero absolutamente desordenada, que se permitía serlo”.

“Yo empecé subiendo sus frases a twitter y terminé compartiendo sus “outfit”, porque yo la veía y decía no puede vestirse tan bien. Era verla y pensar que detrás de cada decisión de lo que se ponía había un gusto. Era de un gusto elegante, sofisticado y gracioso. Al cabo del tiempo se dio cuenta de que yo le estaba sacando fotos de cómo se vestía y, en vez de enojarse, empezó a posar; como advirtiendo que ya se había dado cuenta de que le estaba sacando una foto. Y en respuesta a ello, posaba con actitud de mirá como la intervengo”.

Respecto de la frase de la abuela: “Tomá riesgos, pero razonables”

“Cuando estaba armando el libro me di cuenta de que había un eje de dos elementos que, si bien eran complementarios y complicados, resultaban en equilibrio. Y esto sucedió porque, a pesar de no tratarse de una biografía ni de un libro en el cual se narran hechos cronológicos, sí se daba en todo el recorrido ese espíritu de mi abuela entre temeraria y miedosa. Pero esta última no aludiendo a esa imagen di viejita acurrucada y desvalida sino más bien, mas relacionada con una persona mayor que supo utilizar el miedo como una herramienta de supervivencia”.

“Ella, en ciertos momentos fue hasta temeraria con los momentos temerosos y esa que vos citas “toma riesgos, pero razonables”, es una frase que un poco muestra un poco de su espíritu. Creo que ella iba por la vida desafiando las frases y las expectativas de lo que iba a ser completado por su accionar. Esta, como otras cosas que ella hacía, las caracterizan a mi abuela por completo”.