(CNN Radio Argentina)- Cine Argentino tuvo la grata sorpresa de poder conversar hoy con uno de los actores que, últimamente, está en boca de todos porque, además de ser talentoso, es parte de un gran éxito. Y no es para menos ya que la manera de interpretar al personaje de Rodolfo Páez (papá de Fito) que Campilongo demostró en la serie, ha dejado a más de un despistado, asombrado por la ductilidad y la capacidad dramática que el actor ha tenido para estar a la altura de las circunstancias.
Es que Martín Campilongo tiene una larga trayectoria como actor, comediante, guionista y productor. Es un artista que construye paso a paso un universo lleno de mundos profundos. Un artesano de sus papeles, sus ideas y sus personajes. Un hacedor de máscaras (y no caretas). Un artista que se anima, que observa, se arriesga y, con verosimilitud, crea allí, donde antes no había nada.
Este sábado por la tarde, la conductora de CNN Radio, Bárbara Arroyo dialogó con “Campi” para conocer, de primera mano, algunas de las cuestiones interesantes en torno a la serie “El amor después del amor”, a su gran personaje y a toda la construcción de esta historia que llevó meses, fue atravesada por la pandemia, logró sobrevivir y, a días de su estreno, resuena y es noticia y tema de conversación día tras día. Es así que, ante la pregunta de cómo se siente ante tantas brillantes repercusiones, el actor contestó en el comienzo de la nota: “Estoy muy contento con lo que ocurre con la serie. Está primera en toda América. Es la serie más vista hoy”.
¿Cómo fue la convocatoria para este papel?
“Resulta que el director, Gómez Aparicio, estaba mirando una nota mía en la tele; Justo me enganchó cuando yo estaba hablando de mis hijos; Fue allí que se le ocurrió que yo podía interpretar al papá de Fito. La cosa es que llamó a Mandarina (la productora que junto con Netflix hizo la serie) y consultó. A ellos les encantó la iniciativa y acá estoy hablando con vos del papel que hice.
Jugar a ser otro
“Tuve que armar este personaje con su historia, con todo lo vivido; Para ello fui contando con la ayuda de Fito y de los directores; En verdad, para hacerlo, me iba llegando material. Yo trabajaba en su perfil a partir de fotos y anécdotas que me fueron llegando de ese papá. Conversaba mucho con los directores, y todo eso me fue dándome material suficiente para ir armando al padre, a Rodolfo Páez”.
“Era un papá conservador, sí. Un señor de otra época; Un hombre serio que se había casado con una concertista de piano (mamá de Fito) y a quien le encantaba la idea de que su hijo sea músico, pero no del rock, ni de la noche, ni de las drogas”.
“Creo que él quería que su hijo fuera un concertista. Pero al chico se le dio por el rock. Por eso este papá tenía esa lucha interna a partir de lo que le quedaba de familia, que era este hijo, a quien además, le empezó a ir muy bien con la música; Estaba creciendo cada vez más. A este papá, el tema del peligro del rock and roll de aquella época no le caía nada en gracia. Claro que hay que contextualizar que esto ocurría en los años setenta, los ochenta, aún en plena dictadura. Eran tiempos duros, muy difíciles; Pensemos que recién recuperamos la democracia en 1983”.
¿Cuándo y con quien viste la serie?
“La serie la vimos todos juntos en familia. Mis hijos conocen la música de acá, yo los pongo de chiquitos a escuchar tango, folklore, rock nacional; Y nunca les tomé prueba de nada; Acá se escucha todo. Lo grato de todo esto es que ellos, cuando vieron la serie, cantaban las letras de todos los temas. Eso me pareció una misión cumplida, sentí que, de algún modo, con esto pasé la posta”.
¿Cómo se relacionó con los jóvenes que interpretan a las glorias del rock nacional?
“Yo tuve poco contacto con los actores jóvenes porque mi personaje en la serie no se relaciona con el mundo de capital. Él se manejaba en Rosario y no se cruzaba con los amigos que su hijo tenía en la ciudad. Pero sí me relacioné con todos ellos durante el rodaje; Nos hemos visto, Hemos compartido momentos, almuerzos y son todos divinos y talantosos. Por otra parte, compartí muchísimo con Iván, el protagonista, quien hace de Fito joven. Con él sí tuve mucho trato, como así también con Gaspar, el actor que está tan bien en las escenas. Él hace del niño Fito”.
A pesar de los golpes duros, “Un rodaje lleno de Amor (después del amor)”
“Lo mío fue rodado acá en Buenos Aires. El tema no fue sencillo porque justo en tiempos de trabajo nos agarró la pandemia. Por eso tuvimos que relocalizar todo (conforme había sido programado desde un principio en Rosario) y mudarnos a Capital. Para la casa de Fito, por ejemplo, lo que se hizo fue todo basado en los planos y fotos de la original. Es más, el cuadro que está arriba del piano de Fito, es el verdadero, él nos lo dio, se trata de una pintura que estaba en su hogar”.
Personas que no voy a olvidar…
Cabe destacar que, hacia el final, respecto de algunas de los elementos constitutivos de la escenografía para la serie, el genial actor detalló: “En “El amor después del amor” todos los actores nos fotografiamos haciendo reproducciones actuales de esos retratos originales de los familiares que nos llegaron. Todos actuamos también para reproducir esas fotos familiares que acercó Fito Páez. Es decir que, lo que ve el público en la serie, son réplicas hechas por los actores del elenco”.
Parte del aire, la canción que Fito escribió a su papá
Con todo, tal vez con el afán de compartirnos algún elemento más a propósito de su personaje, de la historia y de la poesía hecha musicalidad al mejor estilo Páez; Y con la emoción expresada por todo lo logrado, propia de un artista sensible que supo entregarse a su personaje, Martín Campilongo concluyó: “El papá iba a la disquería a escuchar música y a comprar discos. Él trabajaba en la municipalidad, tenía un cargo ahí; Se ocupaba de tareas administrativas. Trabajaba con esos extensos expedientes que se ven en la serie, esos en los que Fito a veces debía ayudarlo. Fijate en el tema “Parte del aire”, ahí Fito habla, entre otras cosas, de algunos elementos que le dejó su padre: Los expedientes, un reloj de plata y un Samurai y tanto más que solamente él sabrá”.
“Me dejó unos discos en el placard
Un reloj de plata y un samurai
Todo detallado en un expediente.
Y allí va, parte del aire
Y allí va en libertad.
Música de grillos del Paraná
Cada enero nuevo se hacía escuchar
Como un buen presagio de las comadres”.
(Fragmento de “Parte del Aire”. Autor: Fito Páez)