El músico argentino, Adrián Iaies pasó por Aduana de Palabras para hablar del disco Artaud, de la obra de Luis Alberto y de la emoción que siente de ser parte de este homenaje

(CNN Radio Argentina)- Adrián Iaies, es el director musical de este concierto que en unos días rendirá homenaje al medio siglo de una obra cumbre esencial del patrimonio cultural argentino, en el Teatro Colón. El tributo contará con la participación de Deborah Dixon, Sol Liebeskind, Emilio del Guercio y Santiago Aria, entre otros grandes artistas.

Adeián Iaies es pianista, compositor, arreglador y productor. La combinación de una prolífica tarea y su acercamiento al tango y a la música popular, desde una estética claramente jazzística, le han valido de una sumatoria prestigio y admiración dentro y fuera de la Argentina. Fue nominado tres veces a los premios GRAMMY latinos; Ganador del premio Clarín “Mejor Músico de Jazz del 2002” y del Konex De Platino como “Mejor músico de Jazz” (1995-2005).

Iaies se ha presentado en diferentes formatos y con muy variados repertorios. Lo ha hecho en los más prestigiosos escenarios del mundo. Ejemplo de ello lo son: sus shows brindados en: El Lincoln Center de Nueva York, el Performing art center de Miami, el Ópera Metropolitana de Tel Aviv y en el festival de Vancouver, entre otros. Además, ha compartido escenario con Brad Mehldau, Ron Carter, Stanley Jordan, Bebo Valdes, Yellowjackets, Lee Konitz, Richard Bona, Dino Saluzzi, Kenny Werner, Toots Thielemans y Pedro Aznar, por citar a algunos.

Ha estudiado con algunos de los más importantes músicos de nuestro país, entre los cuales merece destacarse su estrecha relación con Manolo Juárez, su maestro de composición y orquestación durante varios años. Desde el año 1985 se dedica, además, a la enseñanza de música, tanto en forma particular como dirigiendo talleres de perfeccionamiento docente o dando clínicas y workshops.

“Mañana es mejor” en el Teatro Colón

Este 2023 marca el cincuentenario de la aparición de un disco esencial en la música argentina: Artaud, de Luis Alberto Spinetta. Su calidad musical se complementó con la asimetría del sobre del disco, razón por la cual (entre otras cuestiones, algunas más explicables que otras) la excepcional obra y su tapa (como objeto de arte) se habrían constituido como icónica pieza de admiración, de estudio y de trascendencia artística.

A propósito de este Concierto homenaje y de lo que significa estar a cargo de semejante espectáculo, Aduana de palabras se dio el placer de recibir en los estudios de CNN Radio al músico Adrián Iaies, para conversar sobre la “a partir de ahora” doble función que este espectáculo tendrá el lunes 20 de mayo (a las 20:00hs y a las 23:00 hs).

¿Qué sentís de haber sido convocado para esta iniciativa?

“Se trata de un tributo a Artaud, aunque, indefectiblemente, un poco a su autor también; El espectáculo está inspirado en esta pieza trascendente que cumple cincuenta años y que es muy especial tanto para la carrera del flaco como para la discografía argentina. ¡Cuando me contaron que este disco fue el vinilo más vendido, yo no lo podía creer! Creo que eso me pasó porque siempre pensé que la música de Spinetta nunca fue tan masiva y menos en aquel momento. De todos modos, este es un disco que está todo puesto en un lugar exclusivo, hasta su tapa es mítica”.

“De joven uno lo escuchó como melómano y como músico también (porque uno no puede despegarse de su profesión nunca) y realmente me encantó. Sin embargo, cuando tuve que empezar a participar de este show lo que me pasó fue que, cada vez que me metía en este mundo, le encontraba algo nuevo. Artaud, cada vez que lo escuchas, es como si te diera agua fresca que baja del Manantial. Creo que es muy difícil de transcribir en términos matemáticos lo que Luis está tocando ahí. Luis no escribía ni leía música, aun así, este es un disco único, un trabajo que no tiene antecedentes; no viene de ningún lado, ni dejó legado alguno. Nadie recorrió ese camino, tal como ocurrió con Piazzolla. Para recorrer este camino, lo necesitas a él para hacerlo”.

Artaud cuenta con invenciones de Spinetta; vale decir, lo que la obra tiene, se lo inventó Luis de forma exclusiva para ella. Es como si hubiera creado un lenguaje para decir esto. Porque incluso, esas herramientas que tiene el disco son distintas a, por ejemplo, las creaciones de Almendra. No hay antecedentes dentro de lo que el flaco había hecho hasta ese momento, de una estética semejante, como son: La poética semi surrealista, la influencia de Artaud (y al mismo tiempo esa destreza de nunca mencionar la obra) lo cual habla del nivel de sutileza que maneja; más otros elementos que hacen que el trabajo se haya transformado en una pieza de arte, en mucho más que un disco del rock nacional. Además, un claro ejemplo de esto que estoy diciendo es lo que Spinetta hace con las cintas en este disco, esas, como otras, son cosas que están en su obra, que vienen de otro lado, no son del territorio del rock”.

¿Cómo se explica que un muchacho de 23 años pudiera hacer semejante disco?

¿Cómo se explica que un muchacho de 23 años pudiera hacer semejante disco?

Spinetta, cuando hizo Artaud, tenía 23 años”, contó Iaies a los conductores del programa, Mariana Mactas y Bobby Flores, al tiempo que advirtió: “Yo creo pensar eso es como increíble, lo sé. Pero también creo que, en este caso, tal como pasó con otros grandes artistas que vinieron a entregar algo muy valioso con muy temprana edad, pasó algo así. Yo defino a Spinetta como un cometa. Un ser que pasó por acá y dejó su estela, única, y nadie más pudo hacerlo como él, ni siquiera luego de su paso. Y alguna de sus obras, como en este caso, se explican porque son elementos que ya venían con él. Es un legado que no lo puede recorrer nadie más que él porque es tan personal y tan potente que no se explica de otro modo. Es de un nivel de profundidad poética y de construcción de sutilezas que, es muy difícil de abordar”.

No tenía edad para saber tanto, y aun así… Artaud

Artaud es algo único; Porque, por ejemplo, si vos decís, Almendra, bueno, ahí sabes que se trata de una obra genial, pero es más terrenal, con influencias del folk, es decir, ahí escuchas cosas de Bob Dylan, de Joan Báez, y demás influencias… En cambio, en Artaud no, es otra cosa. Es una obra creada sin influencias, y sin legado. Fue construida para entrar en la batea de la disquería que se llame “Spinetta”; ¿Y el género cómo se llama? También se llama Spinetta. Artaud, en definitiva, tiene todos los elementos que debe tener para ser considerada “Una Obra Maestra”. A propósito de esto que digo, traigo como ejemplo aquello que dijo alguna vez el Maestro Ginastera: Es el carácter de trascendencia lo que convierte a una creación artística en “Obra Maestra”. Por eso podemos decir que Artaud está dentro de esa clasificación”.

¿Qué hay detrás de la composición?

“Para mí, la obra de Luis no se trató de un trabajo experimental. Para mí, Spinetta en este disco se expresa tal como hablaba de corrido. Es así. Nosotros, para entender mucho de lo que dice, tenemos que agarrar el google translate”; él así hablaba, así decía las cosas, con esa poética, con esa profundidad; Él estaba diciendo algo que le resultaba natural nosotros debemos hacer un esfuerzo para saber de qué nos está hablando”.

La admirable facilidad para el desarraigo (el plan A)

“Si me preguntas qué me pasa cuando escucho este disco, y bueno, a mí, en verdad, todo lo que han hecho estos genios del arte me da envidia, pero lo que más envidia me da es la facilidad para el desarraigo que tienen. Spinetta lo tenía, y algo así también pasó con García (Charly) cuando ser hartó y desarmó “La máquina” (“La máquina de hacer Pájaros”, 1976), sin tener a Serú Girán en mente, sin tener otro plan, digo. Se cansó y disolvió ese proyecto”.

En otro orden de cosas y, volviendo al tema de la obra del Luis Alberto Spinetta, Iaies habló del nombre, y explicó: “Si nos ponemos a pensar bien cómo fue la cosa, cuando salió el disco casi nadie sabía quién era Artaud; Pero por supuesto sí lo supimos después de conocer la obra. Spinetta es, como algunos otros pocos nombres, es inasible. Lo tenemos que ubicar en el lugar de único, no hay otro así”.

Mañana es mejor
Artaud: 1973-2023

Letra y música: Luis Alberto Spinetta

Piano, arreglos y dirección musical
Adrian Iaies

Voces
Deborah Dixon
Sol Liebeskind

Orquesta (de 12 músicos)

Flauta: Juampi Di Leone; Oboe y corno inglés: Lis Rigoni; Clarinete en Si bemol y clarinete bajo, Emiliano Alvarez; Fagot: Julieta Di Fede; Primer violín: Guillermo Rubino; Segundo violín: Natalia Cabello; Viola: Elizabeth Ridolfi; Violonchelo: Paula Pomeraniec; Guitarra y guitarra eléctrica: Rodrigo Agudelo; Contrabajo y bajo eléctrico: Santiago Lamisovski; Batería y percusión: Carto Brandán; Dirección orquestal: Ezequiel Fautario.

Invitados especiales: Emilio del Guercio (Voz); Santiago Arias (Bandoneón y voz). Coordinación escénica: Facundo di Stéfano; Iluminación: Ariel Conde. Sonido: Nicolás Di Chiazza.

CNNE 1392287 - artaud octubre 1974

 “La importancia de Artaud en su obra”

En el marco de conversaciones que mantuvo con Juan Carlos Diez publicadas en Martropía (2006), Spinetta se explayó largamente sobre la importancia de Artaud en su obra:

Leer a Artaud y tratar de degustarlo no se trata de una experiencia inicialmente filosófica, sino que parte de una experiencia sensorial. Ver cómo las palabras danzan con un peso inconcebible. Y al razonarlas y advertir lo que él ve, ahí empieza el mundo. Yo creo que de eso no sale una filosofía, aunque él asoma como filósofo. Al advertirnos acerca de la actividad interior, parece que él quisiera escribir La literatura y el mal, que después escribe otro gran escritor como Georges Bataille. Pero es como si él lo encarnara. Artaud es un atormentado inconcebible. No era muy sano el tipo. Era meningítico, fue adicto a la morfina y a otras drogas toda su vida para tratar de evadir los dolores de cabeza y otros síntomas de su enfermedad mal curada en aquella época. Él reconoce su enfermedad y trata de transformar su lenguaje. Es increíblemente profundo. De precisión daliniana, diría, porque tiene la precisión de la pintura de Dalí, que te hace un huevo que se transparenta sobre el mármol y parece una foto de algo que uno no podría concebir. De esa calidad es Artaud para escribir sobre algo que es indecible. Solamente él se atreve a hablar de esa manera de las cosas que ve y siente, y a internarnos en el mundo de las neuronas y sus pesadillas, de la pesadilla biológica del pensar. Parece que todo el tiempo deseara extraer el mal de su poesía y ponerlo en evidencia porque no quiere ser débil. No quiere la debilidad y el tormento, entonces acusa, sentencia. Artaud sentencia, es sentencioso. Eso lo hace poético, lo hace williamblakeano, pronosticador de pesadillas. Y mucho más inocente que el inocente, porque si uno pudiera escribir con tanta calidad posiblemente lograría liberarse de sus males. Sólo momentáneamente. A la vez, se ve que el dolor vino después; antes y después de eso para él. Pero escribir ese dolor, de esa manera, le permite seguir respirando, o de otro modo se hubiera matado a continuación de un texto. Menos mal que se le ocurrió uno detrás de otro… Él tiene esos raptos, inventa el mundo. Un genio tremendo: insoslayable e inubicable. Insoslayable para la literatura, inubicable para la filosofía. Inubicable. Y grandioso por el aporte lingüístico. La visión es grandiosa. Es un mundo de células que sienten. Se introduce en el ser como la sangre de su propio cuerpo y desde ahí habla. Es mortífero, casi lo más grande que hay para leer.
Luis Alberto Spinetta