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Por Pablo Manzotti

(CNN Radio Argentina) – Los Asesinos de la Luna puede pensarse como un díptico temático con El Irlandés (su anterior film) atravesado por la historia de los Estados Unidos.

Si en esa cinta el relato cruzaba el apogeo y caída de Jimmy Hoffa y sus vínculos con el poder político en el país del norte, la nueva producción va más atrás y se centra en la conformación del estado poderoso y el avance del este, del hombre blanco, sobre los aborígenes originarios.

La historia de la masacre al pueblo Osage, su intento de apropiación de la riqueza de sus tierras es la excusa de Scorsese para tejer una trama de investigación de asesinatos pero, sobre todo, una construcción de personajes notable, apoyada en la interpretación de sus dos actores fetiche: Robert De Niro y Leonardo Di Caprio.

A esa dupla se suma la “novedad” de Lily Gladstone, que ofrece el flanco indígena para cerrar el relato en el choque cultural y esa unión perversa que intenta despojar a los dueños originarios de la tierra de su riqueza y, por supuesto, de sus raíces ancestrales.