(CNN Radio Argentina)- El jueves pasado se estrenó en las salas del país este film de trama disruptiva y poco convencional que, además, viene haciendo un promisorio recorrido por distintos festivales del mundo, incluso tuvo un recibimiento excelente en Cannes, a la vez que fue elegido para representar a la Argentina en los Premios Oscar 2024.
La sociedad moderna nos ha empujado a vivir vidas en las que nos encontramos, muchas veces, con más dudas que certezas. Nadie parece estar del todo conforme con la manera en la que vivimos. Las obligaciones formales, los “deber ser y hacer”, parecen despojarnos de nuestras libertades de acción y elección diariamente. De ahí las angustias y la ansiedad, por vivir en un sistema agobiante, que no promete nada, que parece devorarlo, dejando siempre, para más adelante, nuestros deseos y sueños por cumplir (que parecen nunca llegar). La película de Moreno plantea ciertos puntos enlazados con la angustia humana de estos tiempos, y nos invita, con un tono disonante, amable y hasta gracioso, a hacernos preguntas en torno a nuestro propio destino.
Este domingo Cecilia Laratro conversó con el cineasta a través del aire de CNN Radio. En ese marco, Moreno explicó cómo había sido la idea disparadora para el desarrollo de esta historia que luego fue tomando forma propia, a fin de convertirse en un film de estilo más que original, que propone con encasillarse en un único género, atrapante y muy prometedor.
La idea original que creció en forma y en profundidad
“Yo partí de una vieja película de Hugo Fregonese (se trata de un clásico del cine argentino de 1949) que trabaja con la idea de un empleado robando dinero de su lugar de trabajo (no era un banco) para poder cumplir el sueño de hacerse millonario. A mí me gustaba esa historia, pero el problema que yo tenía con ese guion era justamente ese; Yo no quería contar la historia de un tipo que quería ser millonario, me parecía muy poco atractivo para mi búsqueda, para mi trabajo, para mi expresión artística, entonces lo deseché”.
“Lo que pasó con esa historia es que, años después lo retomé, para rescatar de allí algunos elementos que me gustaban y me encontré dándole una vuelta de tuerca (y varias más). Por ejemplo, en mi película el deseo del protagonista está tras el sueño de no tener que ir a trabajar más al banco y ver de qué manera lo logra. No persigue ser millonario”.
“Así que, fue a partir de retomar un poco aquella lejana idea del cine de los años cuarenta (que me sirvió como trampolín) que pude ir dándole una forma distinta, otros matices, más a fin a lo que quería contar. En fin, creo que la historia logró irse para otros muchos lados, se fue armando diferente, con otros condimentos, de modo tal que tomó otros ribetes que tienen que ver mucho más con lo que yo quiero decir y expresar”.
El sonido en el film, con toda una intención propia
Respecto a los sonidos y la música en la película, el director puntualizó: “A diferencia de lo que me pasó en películas anteriores, esta vez sentí que se trataba de una historia, por el tránsito que tiene de diversos géneros, para la que era necesaria una música que hiciera referencia a un tipo de cine”.
“Es decir, que la idea fuera capaz de encontrar unos tipos de sonidos que me hablaran de un modo diferente de lo que vemos hoy en el cine y en las series (que es casi todo lo mismo y no me gusta). Además quería convocar al viejo cine argentino musicalmente hablando. Si prestan atención, en la película suena Piazzolla; Encontré una pieza suya sin bandoneón la cual resultó siendo de cine. También está Pappo con su música. Está también Violeta Parra y otros músicos clásicos. Sí, hay una idea musical que pretende estar vinculada con gestos del lenguaje cinematográfico. Algo que yo intuyo y veo que está cada vez más en extinción”.
El valor de “Una Película de autor” y el planteo del tiempo
En referencia a algunas cuestiones como el tratamiento del tiempo en la historia, el director puntualizó: “Siento que hay una cosa ahí con el tiempo que el protagonista plantea que es interesante: Ese abordaje del tiempo. El tiempo de trabajo (que está enmarcado con ese diario marcar tarjeta al entrar y salir del banco), y qué hacer con el tiempo libre, con el tiempo de la vida y cómo abordarlo”.
“En cuanto a esto, por ejemplo, yo siempre tuve un tema con el tiempo. El planteo y la recurrente pregunta de qué hacemos con el tiempo no es algo menor. Como tampoco lo es el planteo de cuánto tiempo de la vida trabajamos. Llevándolo a la historia: Yo me decía, ¿qué onda los trabajadores del banco que se la pasan encerrados en un cuarto contando plata que no les pertenece? Bueno, algunos temas que me gustó mucho trabajar son estos que van por ahí”.
“Además, no es menor el tiempo de la película, y lo sé. Pero aun así, creo que muchas veces vemos varios capítulos de una serie y nos lleva varias horas del día o de la noche. Lo que yo propongo con la película es otra forma de consumir esas 3 horas que tal vez te las pasas viendo una serie”.
“Es una película con una narración que creo que te mantiene activo. En general, de todas las funciones que presencié, no se levantó nadie. Venimos recorriendo salas de distintos países y notamos que el público permanece en la butaca para saber cómo va a terminar la historia. Y eso que prescindimos de ciertos truquillos comunes que uno sabe que pueden ser bastante efectivos”.
Contra viento y marea. Cuando el proceso (lo bueno y malo) suma a la película
“Si tuviera que definir a la película de la película misma, creo que esta sería una aventura cómica, muy parecida a Los Delincuentes. Porque fue una especie de aventura cómica el solo hecho de hacerla. Tardamos en filmarla más de cuatro años. Yo estaba decidido a hacerla y así lo hicimos, contra viento y marea. En el medio de estos años pasaron muchas cosas: nacimientos, divorcios, pérdidas, cosas buenas y de las otras de toda gente involucrada en la película. Y aun así, persistimos y logramos realizarla”, detalló el director.
“Todo ese proceso que formó parte de la película, a pesar de lo malo, creo que fue necesariamente muy gozoso. Yo soy de los que piensa que el modo con el cual se trabaja se traslada luego al producto final. Y creo que, de algún modo, intenté transmitir ese amor por filmar, en cada tramo en el que nos juntábamos para seguir filmando; como si se tratara de amigos que se juntan año tras año para pasarla bien y para hacer lo que más les gusta, filmar historias para el cine”.
Un Director con mirada humana y profunda
Cabe destacar que la carrera de Rodrigo, como realizador, tomó envión cuando tuvo la oportunidad de trabajar en El custodio (2006). Para aquel proyecto, Rodrigo trabajó con Julio Chávez, quien interpretó a Rubén (un peculiar guardaespaldas), Aquella película tuvo un gran recibimiento del público, como así también el trabajo de solidez y gran ahorro expresivo de Chávez y la dirección de Moreno.
A través de los años, Moreno ha continuado explorando y desafiando los límites del cine, entregando obras que no solo entretienen, sino que también provocan una reflexión profunda sobre la sociedad y la condición humana. Su habilidad para crear narrativas que resuenan en un nivel profundo con los espectadores, junto con su estilo de dirección evocador, ha cimentado su estatus como un influyente cineasta en su generación.
Una peli que rompió la tradición escrita
La cinta protagonizada por Esteban Bigliardi y Daniel Elías, rompió así con una tradición no escrita en la academia del séptimo arte nacional, que suele elegir a la misma producción tanto para los Goya como para el galardón que entrega su par de Hollywood.