Cyrano de Bergerac, con funciones agotadas hasta el 17 de diciembre, se puede disfrutar en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín. Foto: @elpumagoityok

(CNN Radio Argentina)- Este sábado por la tarde, Aduana de Palabras recibió al Cyrano más Cyrano de todos; el artista consagrado que, en su juventud, aún sin saber cuánto llegaría a adorar esta profesión, soñó con meterse en la piel de este personaje creado por Edmond Rostand, cuyo estreno tuvo lugar en aquel Paris de 1897. Hoy, feliz por las repercusiones de su protagónico, y por el nivel actoral del elenco que lo acompaña, habló con CNN Radio y, entre otras tantas cosas, aclaró que sí tuvo una discusión con el director, pero que los medios inventaron algo que nunca sucedió.

Tal vez “un Cyrano” disfrazado de Puma

El Cyrano al que estamos haciendo referencia es al gran Gabriel Goity, quien este sábado por la tarde pasó por Aduana de Palabras para compartir junto a Bobby Flores y a Mariana Mactas, entre otras cuestiones, historias, anécdotas personales y la alegría que le provoca este trabajo tan deseado y esperado a la vez.

Por otra parte, cabe destacar las excelentes repercusiones de este “Cyrano de Bergerac” que a poco de su estreno ya logró colgar en la boletería del Teatro San Martín, el cartel de “localidades agotadas”. 

Cyrano es, entre tantas otras cosas: “La obra que me hizo ser actor”

En 1977, yo tenía 16 años. Por aquellos tiempos yo le decía a mi abuelo que me gustaba mucho lo que hacía Ernesto Bianco. Él, medio de prepo, me llevó al teatro (ese fue el enganche que utilizó, porque yo no fui muy convencido). Así fue que entré por primera a ver una función. Mi primer contacto fue Cyrano de Bergerac en el Teatro San Martín”.

“Entré, me senté en mi butaca. Vi la obra. Vi lo que hizo Bianco en el escenario, y salí fascinado. Recuerdo que me sentí totalmente identificado con la historia y, sobre todo, con el personaje principal. Estaba movilizado”.

“Esa misma noche, cuando salí de la sala; una vez que ya estábamos en la vereda del teatro, miré a mi abuelo y le dije: ¡Quiero ser Cyrano! A lo que él me respondió: No se puede, pero para hacer eso que te gustó, tenés que ser actor. Y así fue”.

“Imaginate que estar hoy actuando de Cyrano, en esta misma sala donde en los años 70 vine a ver a Bianco con mi abuelo, es algo absolutamente maravilloso. Hoy entiendo que ahí fue precisamente cuando empezó todo. La vida me fue llevando por diferentes caminos, es verdad, pero llegar a este momento es, sin dudas, cumplir un sueño”.

Cyrano y todo lo que se necesita para…

“A mí me encanta el personaje… Lo que dice Cyrano, lo que defiende. Todo eso me hace adorarlo cada vez más. A la hora de componerlo, se trata de un personaje con espectro muy amplio, muy rico, maravilloso; Todo se da en el marco de una obra que cuenta con cinco actos. Mientras que cada acto constituye a su vez una obra distinta. Como actor, hay que decirlo, tenés que estar preparado para pasar de la comicidad a la comedia, de la comedia al drama; y del drama a la tragedia. Es decir que hay que estar dispuesto a tocar todas esas cuerdas. Si no estás en línea para semejante tarea, estamos en problemas”.

Cyrano es una pieza para gente que está muy comprometida con el estudio y con su pasión por la profesión. Es todo un desafío que requiere del esfuerzo de un grupo de actores que han estudiado y que trabajan de forma disciplinada. Una obra no apta para improvisados en esta hermosa vocación”.

Cyrano y yo

“Si tuviera que hablar de mis similitudes con Cyrano, bueno, yo también tengo una nariz importante, pero claramente Cyrano me gana. No obstante, y ahora hablando en serio, yo estoy en el teatro temprano, siempre, todos los días de función. Llego cerca de las 17 hs. Y sí, soy de los tempraneros, si puedo, estoy antes. Me gusta llegar antes y prepararme tranquilo. Entrar en calor; hacer los ejercicios de voz; tener ese tiempo previo que es muy importante para mí. Soy muy feliz haciendo esto que amo”.

B.F:- Quería preguntarte a propósito de algunos comentarios de tus colegas que opinaron muy bien de tu desempeño como Cyrano. ¿Qué te moviliza más de las críticas hacia tu trabajo, teniendo en cuenta el valor que hoy te están expresando los iguales, es decir, los otros actores?

Como diría Cyrano: En mi propio tribunal juzgo mis méritos. Creo mucho en eso de ganarse el privilegio de hacer lo que uno ama, porque le puso pasión y esfuerzo a todo lo hecho. En función de esto pienso y siento que (en esto también se los digo mucho a mis hijos) está bien que uno sienta orgullo por sus logros. Entonces, si luego viene la palmada de afuera, buenísimo; pero, si no viene, hay que a seguir para adelante”.

“Claro que me enorgullece estar recibiendo el reconocimiento de mis pares, sí, porque todo lo que estamos haciendo responde a muchas horas de ensayo con mis compañeros de elenco. Todos trabajamos duro para que esto salga lo mejor posible”.

Un gran elenco, con el que da gusto trabajar

Tengo la dicha de estar acompañado por grandes profesionales. Todos. Y eso me pone muy feliz. Estoy con Mario Alarcón, quien hacía sus primeros inicios en aquella puesta de Bianco. Bueno, me doy el gusto de que él también hoy me acompañe. Con todo, lo que quiero expresar es que se trata de un grupo de actores geniales. Este constituye un proyecto que no admite improvisadores”.

Cabe destacar que, acompañan al Puma en Cyrano de Bergerat, en el San Martín: María Abadi, Mariano Mazzei, Mario Alarcón, Daniel Miglioranza, Iván Moschner, Larry De Clay, Dolores Ocampo, Fernando Lúpiz, Pacha Rosso, Hernán “Curly” Jiménez, María Morteo, Pablo Palavecino, Ricardo Cerone, Horacio Vay, Pedro Ferraro, Lucía Raz, Jess Rolle, Paloma Zaremba, Tito Arrieta, Agustín Suárez, Tomás Claudio y Franco D´Aspi.

Un actor se prepara

M.M:- Cómo fue la construcción y el recorrido (para la preparación) de tu trabajo? y ¿Qué cosas nos podés contar que hacés en función de tu trabajo de cada día?

Entramos al Teatro San Martín en mayo para empezar con el armado y los ensayos. Yo necesito ir a los ensayos con la letra sabida, así que, empecé a trabajar en el texto en el mismo enero y me estudié la letra”.

Además, para este desafío era sumamente importante contar con una buena preparación, me refiero acá al entrenamiento físico, por tratarse de una obra que requiere resto y estar a la altura de ciertas destrezas, y resistir. Para eso, hubo que entrenar duro. Cada función tiene una duración de tres horas”.

-Es notable la destreza con la que lográs hacer ese “espadeo” en escena ¿Cómo fue la preparación para eso y para aguantar las tres horas de la función?

Goity y Lúpiz en pleno entrenamiento de esgrima, en el marco de los largos y duros ensayos de Cyrano en el San Martín. Foto: @elpumagoityok.

“Todo eso no es más que el producto de mucho del trabajo realizado junto a Fernando Lúpiz. Él es un maestro de esgrima y me ayudó mucho. Me enseñó. Entrené con él. Queríamos que el enfrentamiento fuera realmente virtuoso, para eso trabajamos muchos meses y eso seguimos haciendo. Me gusta ser respetuoso con la disciplina. Siento orgullo de que alguien que venga a ver la obra se me acerque y de repente me halague por este trabajo, pero, por sobre todo, porque practicamos mucho para que salga bien profesional”.

-B.F:- Quería decirte algo que noté cuando vi la obra; Y es que ahí arriba, te digo, se sintió el conservatorio. El elenco, realmente se luce en el San Martín.

“Te agradezco que lo menciones. Yo estoy muy feliz de que así sea. Creo que, en definitiva, se lo debía a mi abuelo, a ese chico de 16 años que se deslumbró viendo esta misma obra hace tiempo atrás y también se lo debía a Bianco”.

M.M:- Hoy ha salido en la tapa de muchos medios una supuesta pelea tuya con el director de la obra el día del estreno. No puedo no preguntarte ¿Qué pasó?

No pasó nada de lo que salió en los medios. No fue así. Somos actores, gente del arte. Claramente no somos bioquímicos, ni intelectuales, somos sujetos apasionados que expresan e intercambian sus ideas, a veces muy apasionadamente, porque así somos y nada más. Todo lo que sucede en torno a nuestra profesión, ocurre porque todos queremos que la obra salga lo mejor posible y a veces, no estamos de acuerdo en todo. Intercambiamos opiniones y hasta nos permitimos no coincidir. Es más, discutir en el marco de una obra es una cosa común ¡Pero salir a decir que a partir de una discusión con el director vino la policía y otras cosas más que no son ciertas, es una historia que no sé de dónde salió!”.

“En nuestro trabajo sucede que se entrecruzan las opiniones, porque no siempre estamos de acuerdo en todo. De todos modos, hablando de lo importante, Cyrano se puede ver en la Martín Coronado, “la Catedral del Teatro argentino”, y que está todo agotado hasta el 17 de diciembre”.

Tras la primera función ¿Qué le pasó a un actor como vos?

-“Luego del estreno, quedé felizmente agotado. Y creo que es lógico que así suceda. Porque uno pone todo y porque, además, cargás con los nervios de la primera. Yo estaba realmente Agotado; cuando llegué al camarín, sentí todo el agotamiento encima. En verdad es muy fuerte lo que pasa en ese momento, porque es algo que uno disfruta tanto pero tanto (aunque uno sabe que no deja de ser una locura total todo) que requiere que uno esté entero y comprometido para jugar a fondo en cada una de las funciones que van de miércoles a domingo”.

Cyrano, para seguir hacia adelante, empujando el mundo

“De todos modos, esta alegría que me da Cyrano no me estresa, en cambio sí siento que estoy cansado, al mismo tiempo que siento que estoy realmente feliz. De todos modos, aquello del cansancio no es nada que no pase con una buena siesta. Con lo cual lo que hago es acostarme y, en vez de dormir, desmayarme para luego recuperarme para al día siguiente volver a la misma sala del Teatro San Martín (donde arrancó todo). Prepararme, calentar el cuerpo, la voz, ponerme la nariz y el traje de Cyrano, y salir a escena para seguir empujando; dándolo todo a esta profesión que tanto amo”.