La obra de las hermanas Marul ganó el Premio ACE como mejor comedia dramática. Foto: Instagram

(CNN Radio Argentina)- La dramaturga, directora y actriz pasó por Aduana de Palabras para brindarse en una charla en la que expresó mucho más de lo que siente por tamaño éxito.

María habló de cómo es ese transitar que activa el ejercicio de construir un mundo a partir de la escritura, para luego soltarlo (como un salto al vacío) y ver qué sucede con todo un trabajo confeccionado a dos manos (y dos corazones), con ciertos elementos de ficción y mucho de una historia real que las involucra (en primera persona del plural) a ella y a su hermana Paula. 

Cuando el río hace mucho más que mojar tus pies

“Lo que el río hace” es una pieza teatral que viene sumando premios y reconocimientos importantes y que se ha hecho más que convocante con la mejor publicidad que un hecho artístico puede tener, “el boca en boca”. La misma, pinta de manera cautivante la atmósfera particular de la vida de un pueblo y sus costumbres; las maneras propias de hablar de sus habitantes; pero también trata muy emocional y humanamente el tema de la frustración y, para el caso, también, del deseo de un cambio.

Este espectáculo es el primero que estrenan juntas las hermanas Marull,  haciendo todo juntas (dramaturgia, dirección y actuación). Pero las gemelas no están solas en esta aventura, sino que, en cada función salen a escena junto a ellas un elenco que se completa con William Prociuk, Mónica Raiola, Mariano Saborido y Débora Zanolli.

“Lo que el río hace” puede verse en el Teatro San Martín. A sacar las entradas en breve porque, el caudal de las recomendaciones es tan vertiginoso, que estas, se agotan muy rápido.

-¡Ante todo, muchas felicitaciones por todos los premios! Alguien me dijo que medio país quiere ver la obra, y creo que es así ¡Se ha generado todo un fenómeno alrededor de ella! ¿Cómo lo vivís?

Estamos muy gratamente sorprendidas por el recorrido que está teniendo la obra y, sobre todo, por “el boca en boca” que hace que, desde que estrenamos, la sala esté llena; y la gente que la ve, la recomienda e incluso a veces vuelve más de una vez. Es algo que estamos disfrutando mucho, con una inmensa gratitud porque uno sabe que en estos casos existe algún factor indeterminado, que uno nunca termina de saber bien de qué se trata”.

Creo que “el boca a boca” es lo único que funciona por lo menos a mediano o a largo plazo. A veces hay mucha publicidad en las obras, pero, aun así, uno observa la situación y la gente no sale de esa sala con ese deseo y ese impulso de que otra persona viva lo que ella acaba de presenciar. En casos así para mí es muy difícil que algo se sostenga. Por lo menos esa es la experiencia que yo tengo también en teatro independiente”.

El valor “de recomendar”, no tiene precio

“Nosotras nunca hemos invertido en publicidad. Siempre que una pieza se sostiene opera esta inquietud de quienes van a verla y luego la recomiendan. Esto mismo ocurrió y sigue pasando con mi otra obra, “La Pilarcita”; Hacen ya 9 años que está en cartel a sala llena en El Camarín de las Musas”.

“Parte de esto que sucede con la obra a nivel público es lo que hace que una historia perdure en el teatro y que en definitiva el teatro perdure. Creo realmente que la recomendación del espectador es lo que siempre funciona porque hay en el ser humano sensible una necesidad de compartir algo bello que le sucedió o un hecho artístico que le emocionó. Y es únicamente desde allí que surge este fenómeno. Yo considero que es la mejor manera, o la más valiosa en términos de contagiar las ganas, y a eso, no hay con qué darle”.

“De hecho, cuando nosotras estrenamos esta obra en la Sala Cunill del Teatro San Martín (que tiene aproximadamente 160 localidades), y, luego pasamos al Teatro Astros (para 500 espectadores) lo que nos inundó fue un miedo bárbaro. Aunque luego a la obra le fue muy bien. Es más, te digo algo: Cuando ocurrió ese paso nos preguntábamos si sería necesario hacer una inversión en la difusión del espectáculo, y hacíamos cuentas de lo que eventualmente deberíamos tener que invertir para el caso. Pero eso no fue necesario porque la sala se llenó y hasta el día de hoy no hemos invertido dinero en la difusión comercial ¡Ni un peso! Y no es que me parezca mal hacer publicidad, pero no fue necesario hacerlo”.

Lo que se estrena; Lo que se trabaja; Y en lo que se transforma una obra

Es una realidad que la obra continúa creciendo una vez estrenada. Es decir: vos debutás con una pieza y la verdad que subyace durante todo ese tiempo que esté en cartel, es que nada queda allí estático. Y no solo esa dinámica se genera porque cada función es un nuevo desafío para la historia y para los actores, sino porque todo ese universo recorre un camino en el que van fortaleciéndose todos sus elementos. Los intérpretes se van animando a probar otras cosas y en ese riesgo que se toma, el crecimiento y la solidez que se va alcanzando hace que la historia sea lo suficientemente dinámica y atrapante”.

“En definitiva la obra nunca está quieta. Todo eso que ocurre y es posible que suceda, se genera gracias al encuentro con el público. Es tan grande y único eso que allí se gesta cada vez que se produce el encuentro, que es una energía que tracciona, suma y fortalece. Cosas como estas son las que hacen que el teatro sea tan lindo de ver y también de hacer”.

-Qué podemos contarle a la gente de esta historia de una mujer agobiada por su presente, que siente que debe hacer un viaje, que vira hacia algo interno y transformador? ¿Se trata de una obra autobiográfica (o por lo menos un poco) de la historia que han vivido vos y tu hermana?”

Amelia es una mujer que está un poco en ese estado como en el que vivimos, bueno… Al menos en ese estado en el que vivo yo en el cual el tiempo no te alcanza para nada; Con las obligaciones que uno siente que la sobrepasan; Con las deudas personales; con esa sensación de que uno “no llega a ningún lado”. Porque uno vive llevando y trayendo, de repente, a las hijas a las actividades, a los compromisos y en todo eso, hay como cierta desnaturalización del personaje que se ve obligado a hacer ese viaje a Corrientes, al pueblo donde pasó momentos con su papá. Ella va para sacarse un trámite de encima y de pronto, ese viaje que parecía ser una cosa a cumplir termina siendo toda una oportunidad para experimentar una profunda transformación”.

La línea que la obra tiene es con ese padre que aparece en los recuerdos, en aquel marco escénico (que es Esquina, Corrientes). Tiene puntos muy ligados a los recuerdos de nuestra historia en vida real, por este motivo, la obra es un poco reencontrarnos con nuestro padre en cada función. De todos modos, no llega a ser una historia biográfica (porque la línea del padre hilvana algo de ficción) aunque sí trae al presente muchos de nuestros momentos vividos en la infancia”.

-Cuánto hay de laburo, de diversión y de catarsis a la hora de escribir esta obra?

“Mirá, es bueno lo que me decís. En este caso, el tema de la diversión es algo así como una palabra clave para mí, porque hay algo que me sucede cuando me pongo a trabajar en una historia (y en esto sé que a Paula le pasa lo mismo): Aquello de lo que escribo tiene que tener cierto tiempo de elaboración, en general, de lo contrario el disfrute es nada, nulo, no existe. No avanzo y abandono al día dos de haberlo arrancado”.

“Por esto mismo creo que nos fue posible escribir esta historia; Porque nuestro papá murió en el 2010. Digo con esto que, hay temas con los cuales quizás uno está muy cercano en el tiempo, y que para los cuales es necesario que medie y opere cierto trabajo interno (que viene con el paso del tiempo). No es lo mismo escribir sobre algo que uno ya atravesó, que hacerlo sobre algo que aún duele mucho”.

“Escribir la trama de la propia historia requiere de cierta distancia”

Mientras escribíamos la obra, la realidad es que nosotras no nos dimos cuenta de que se trataba de un material tan personal. De hecho, nos producía mucho entusiasmo ir de visita al mundo de Esquina (Corrientes) y trabajar en toda esa ficción del personaje principal. Por otro lado, la línea del padre, en un principio empezó como un trabajo de cierta indagación, como una iniciativa que nos traccionaba hacia ese lado, a ver qué cosa de nuestro papá aparecía o podíamos transferir a la obra. Luego lo que ocurrió es que tiramos de ahi, y todo lo demás se fue construyendo”.

El goce de escribir (nos)

Una vez que nos dimos cuenta de la presencia de mi padre en la obra, decidimos dejar todo como había salido. Y eso respondió un poco a la creencia de que, como Amelia escribe, la obra podía tener algo más narrativo. Fue así que lo dejamos, asumiendo que la pieza trata mucho de la figura del padre. Y esto que les cuento lo advertimos un poquito antes de estrenarla. Antes, durante el tiempo de escritura, no fuimos tan conscientes de esto. Es así, también recuerdo que cambiamos algunos nombres porque en algún punto era como que nos daba cierto pudor exponer algo tan nuestro. No obstante, si bien no es una obra de catarsis personal sí resulta para nosotras un trabajo en el que nos damos el gusto de visitar ese lugar tan nuestro. La gente por su parte no sabe hasta donde la historia es real o una ficción. De todos modos, siempre está en primer plano el disfrute. Y el disfrute estuvo y nos acompañó en todo el proceso creativo y está en la interpretación de la obra, a pesar de tantas preguntas que nos hemos hecho”.

Licencia para inventar; permiso para pensarnos (y conocernos) en la escritura

“Para mí la ficción es fundamental. Creo que es una herramienta que nos permite el oxígeno suficiente, que nos rescata a veces un poco de ese juego tan temido de exponer todo sobre uno mismo. Yo siento que pienso a través de la escritura, y tal vez sea así. Tal vez, y en definitiva, puede que uno escriba un poco para conocerse”.

“Considero que muchas veces es muy productivo escribir a partir de una imagen. Es algo que suele serme muy útil. A veces siento que a partir de algo que aparece, una persona o una situación que me hizo reír tal vez, si tiro un poco de ese hilo que de ahí sale, voy buscando y buscando y que se yo: ¡de repente cosas buenas e inesperadas aparecen! A veces, esta, suele ser una técnica que resulta bien”.

Yo escribo y los personajes, no sé… (¡qué sé yo lo que pasa!). De repente algo sucede y pareciera que son ellos los que empiezan a improvisar. Yo? Yo no pienso, o creo que no lo hago; Bueno, trato de no forzar, eso sí. Y si fuerzo, muchas veces lo descubro mientras lo estoy haciendo, y entonces deshago eso que escribí”.

Escribimos para saber quiénes somos

Escribo y en un determinado momento aparecen cosas. Esta es una técnica que aprendí con un maestro mío de muchos años, Ricardo Monti. Él me enseño el método de la imagen, y yo lo aplico. Es una herramienta fascinante porque uno ahí, mientras escribe, va divirtiéndose, va armando un mundo en el cual va abriendo puertas”.

-Hay un momento en el cual la obra ya no te pertenece, supongo que esto sucede al terminarla, cuando la entregas y algo de allí deja de ser de uno. ¿Eso te resulta algo difícil? ¿O te sale fácil?

Eso es todo un salto al vacío! Cada vez que le doy a alguien de mi interés un trabajo  para saber cuál es su opinión, pienso: Hay, qué vergüenza, dios mío, me va a decir que no, que está mal!! Creo que lo que me ocurre es que me da mucho pudor mostrar mi material, eso habla de mi inseguridad; pero igualmente supero el momento y lo entrego. Lo expongo al ojo de gente a la que respeto y admiro, de la que me interesa su devolución. Por ejemplo a Javier Daulte o a Mauricio Kartum, que fueron mis maestros y hoy son amigos; o bien los comparto con compañeros de dramaturgia para saber qué piensan”.

En el caso de esta obra que escribimos juntas con Paula, al hacer el trabajo de a dos, no había que esperar porque nos hacíamos devoluciones al instante. Además, con mi hermana tenemos una confianza enorme para poder decirnos muchas cosas, y eso ayuda mucho en esos momentos. Hay respeto entre nosotras y nada es tomado como una ofensa”

“Claro que también le he pedido devoluciones a mi marido (el director de cine Damián Szifron), y he tomado en cuenta mucho de lo que él me aconseja o me aporta. No obstante, justamente para esta obra no pude pedirle colaboración porque estaba filmando afuera”.

También es un salto al vacío el momento de darle la obra a los actores. Primero porque es necesario soltar lo que uno tiene en la cabeza, y hay cosas que te imaginaste mientras escribías esos personajes, que luego te das cuenta de que no se pueden concretar. Eso es algo que sucede ¡pero afortunadamente algo que también ocurre es que de pronto aparecen otras cosas inesperadas! Esas suelen ser de las que casi siempre mejoran y aportan al personaje”.

“Esto de cada vez creer menos en el imaginario que presupone cierto “fisic du rol” previo al personaje, lo aprendí con el tiempo. Y a decir verdad, me lo enseñó la cantidad de reemplazos que hemos tenido que hacer en tantos años de “la Pilarcita” y demás obras. Hoy confío mucho en la labor de cada actor, en su espectro emocional y en que esté dispuesto a jugar y sumar a la hora de construir con su universo poético. Y esto lo relaciono con lo que hablamos antes, porque uno ahí también siente cierto alivio cuando da lugar a que el grupo de trabajo haga su aporte. Hay algo de “soltar” ahí, que es muy necesario. Una especie de responsabilidad compartida, porque la obra pasa a ser de todos, no solo de quien la escribió”.

-Cómo crees que es escribir con otro? En este caso, con tu hermana gemela

-Para contestar eso voy a utilizar la misma respuesta que mi hermana Paula dio cuando le hicieron la misma pregunta: Yo sé cómo es escribir con ella”. Y es así: Escribir con mi hermana es algo así como un trabajo de confianza mutua en el cual ninguna de las dos siente que hay que pedir permiso. Y creo que eso sucede porque estamos muy alineadas, tenemos un universo poético muy parecido, nuestra confianza fluye y eso suma muchísimo a la hora de trabajar”.

-Qué posibilidad hay de hacer algún proyecto junto a tu marido?

El proyecto juntos hoy es “el familiar”, pero eso creo que responde más a que yo soy del teatro y él del cine. Pero, más allá de alguna cosa para la que nos hemos convocado mutuamente a participar en el territorio del otro, por ahora el proyecto juntos flota solo en el río de la fantasía. Tal vez algún día, eso suceda, quién sabe”.