(CNN Radio Argentina)- Este sábado por la tarde el actor argentino pasó por Aduana de Palabras para compartir, entre otras cosas, algunas de las sensaciones que ha experimentado durante su trabajo en estas dos películas, tan distintas y tan cautivantes a la vez. Sucede que ambas ya han sido estrenadas en pantalla grande. Por un lado estamos hablando de “Los delincuentes”, de Rodrigo Moreno. Film que ha logrado cautivar a críticos y audiencias desde su estreno en el Festival de Cannes del corriente año. En tanto que, por el otro, nos referimos a “La sociedad de la nieve”, película del español J. A Bayona, que viene teniendo una respuesta arrasadora en su recorrido y que ha sido una conmoción general lo que produjo ayer tras su estreno en Madrid.
Bigliardi en primera persona
Para empezar, es oportuno recordar que este actor argentino viene de protagonizar “Manual de supervivencia” (Movistar Play), la cual está catalogada como la primera serie original argentina para esta plataforma; Trata la historia de un hombre que, como también le sucediera al propio actor en vida real, toma la decisión de abandonar su carrera de abogacía para dedicarse a la actuación. Respecto de lo que le pasa a este personaje que le ha tocado en suerte de interpretar, Bigliardi había dicho anteriormente: “La carrera de actor es un ejemplo grotesco o exagerado de la vida”.
Además, ha logrado excelentes críticas a su labor en muchos otros trabajos, entre los que podemos destacar: “Cómo funcionan casi todas las cosas” (2015), de Fernando Salem; “La Cordillera”, de Santiago Mitre (2017); “Muere monstruo, muere” (2018) de Alejandro Fadel.
Por otra parte, también se ha destacado por su papel en la serie “María Marta, el crimen del country” (2022), al interpretar a John Hurtig, para esta producción de HBO Max.
En cuanto el film “los delincuentes” ya se encuentra disponible en la plataforma Movie, mientras que “La sociedad de la nieve”, de estreno en el Argentina y en España, hará lo propio en breve por Asia; y por otros países de Europa.
Una nota con “un mensaje a título personal”
Antes de dar comienzo a la entrevista, el actor se dirigió a los conductores de CNN Radio, Mariana Mactas y Bobby Flores, y deteniéndose en este último, dijo: “Si me permiten quiero agradecer, antes que nada, a Bobby; porque yo siempre he tenido presente que, hace muchos años atrás, unos 30 calculo, cuando yo estaba bastante huerfanito, él me dio una gran mano e hizo un poco de mi padre/madre. Así fue y, desinteresadamente, me ayudó con pequeños grandes gestos tan necesarios en algunos momentos de la vida. Me refiero a esas cosas que te pasan con personas que te tienden una mano cuando vos tenés veinte años y ni sabés por dónde ir. Bueno, eso me pasó a mí, y me pasó con él. Y yo no me lo olvido. Fueron varias las veces que me dijo: ¡Es por acá nene! Y por eso le estaré siempre agradecido”.
M.M: -Sos el protagonista de dos películas que están en boca de todos hoy: “Los delincuentes” y “La sociedad de la nieve”. Qué trabajos y qué tiempos los del cine, ¿verdad? Ya trabajaste en ellas y ven la luz ahora. ¿Qué sentís con eso? y, además ¡qué dos cosas tan diferentes que te hacen lucirte en tu trabajo de actor!
-“Gracias por lo que me decís, Mariana. Yo ahora estoy de viaje, lejos, pero de todos modos a las dos películas las estoy acompañando desde acá. En cuanto a los dos trabajos: Sí, se trata de dos historias diferentes; pero si lo pienso, serían algo así como las dos puntas del espectro de producción de cine. La sociedad de la nieve, una producción española, la segunda, creo, de las que se haya hecho, entre las más grandes de toda Europa. Y por el otro lado, Los delincuentes, que es una peli que hicimos con amigos, cuando teníamos tiempo, medio Hindi, que se yo; algo más pequeño, más chico. Conviven las dos y fue un placer participar de ambas”.
-Quería saber cómo hiciste para arreglarte con el tiempo, sobre todo en la película “Los delincuentes”, ya que tardaron en filmarla alrededor de 5 años. ¿Cómo hacías con el personaje, para entrar en sintonía con él, sin perder la continuidad de su tono y de la historia?
“Creo que el cine ya de por sí es un producto fragmentado. Y en tal caso, acordate que los actores estamos con la gimnasia esa de que, tal vez un proyecto lo arrancás y te toca, primero, hacer las escenas del final y luego, las del comienzo. Es decir, arrancás de donde se puede o conviene para dar prioridad a lo que deba ser filmado en primera instancia. En este sentido, creo que uno va adquiriendo esa práctica y, por otro lado, al ser la tercera película que hago con Rodrigo Moreno, ya la comunidad con la que trabajamos (más que un gran grupo de profesionales que son), somos amigos que nos juntamos para hacer una película, lo cual hace que la cosa sea mucho más fácil, más fluida y que nos entendamos todos en un mismo criterio. Sería mas o menos lo que pasa con una banda de música que se aleja, y de repente se junta para seguir haciendo un disco; Así funcionamos más o menos nosotros. Y un poco, la cosa ha podido concretarse por motivos como estos que te cuento”.
“Además, el grupo es parte de una comunidad teatral que armoniza con uno a partir de cosas en común que tenemos a priori, como compartir ciertos códigos, referencias, gustos de cosas que nos inspiran y básicamente el entendernos mucho en varias cuestiones, más el afecto que hay entre nosotros, hace que todo sea más fácil. En resumen: Somos una banda que tiene afectividad y una cuestión humana que la mantiene unida, más allá de que por momentos se separe para hacer proyectos periféricos. La banda siempre se junta y cuando lo hace, suma herramientas adquiridas por ahí”.
-M.M:- Te llevo a la otra película, la dirigida por el español JA Bayona “La sociedad de la nieve”. Él habló mucho de lo que fue filmarla, de los años que le llevó hacerla y de otras cuestiones más como el casting y la cantidad de días de rodaje. ¡Más de 140! Qué me contás vos?
“Filmar esa película fue algo muy bueno. Tengo unos recuerdos bárbaros. Resulta que el director llevó un casting de 25 personas, contando allí con varios actores y actrices argentinas y uruguayos a Barcelona para hacer una previa que además llevaba consigo una gran tarea de mucha investigación previa y preparación. Y hablando un poco de hermandad, de pensamiento colectivo, bueno, aquello tuvo todos esos condimentos: Porque el ir con un grupo de personas a trabajar, durante tantas semanas, y bueno… Inevitablemente se genera en la vida real unos lazos muy fuertes. Eso fue algo muy lindo. Todo lo que fue conocernos antes de filmar sirvó para capitalizar cada cosa a la hora de ser y de actuar como ese equipo que teníamos que interpretar. En esto, debo decirlo, el director español, Bayona, es un profesional que suele trabajar con tiempo y esa posibilidad (que muy pocas veces ocurre) hizo, por lo menos en este caso, que fuera posible generar unos vínculos reales que luego traspasaran la pantalla”.
- Viste la película? ¿Qué te pereció?
“Sí, la vi tres veces y creo que ya no la voy a ver más porque es muy demandante emocionalmente, más allá de lo hermoso que es el trabajo. El tema adicional que además tiene, como se trata de la tragedia de Los Andes, está siempre presente y se pone un poco en diálogo con aquel trabajo que ya se hizo hace tiempo. Pero, por otro lado, nosotros teníamos línea directa con los sobrevivientes y Bayona tenía claro qué quería contar y cómo quería hacerlo. Creo que se trata de una película que los sobrevivientes querían que se filmara, porque no habla de héroes, habla de los que quedaron allá, más que de los que sobrevivieron”.
“Por otra parte, se me ocurren muchas cosas que decir, pero, ante todo, creo que, respecto a la historia en sí; allí había claramente una gran fuerza y un sólido espíritu de equipo que les permitió ser esa tribu humana que fueron (que en definitiva fuimos como especie en algún momento de la evolución humana). Éramos personas interpretando a otras personas que se encontraban unidas, como “un pack de gente” en el cual, si se caía uno, se caían todos”.
“En definitiva, más allá de lo que me toca a título personal por la maravillosa experiencia que fue ser parte del proyecto, creo que esta peli viene a saldar una deuda que ellos, como sobrevivientes, sentían que tenían con todo el grupo humano que constituyeron; porque, cuando ves lo que fueron, entendés que ellos creían que allí, hasta el que no se podía mover en determinadas circunstancias, también tenían un rol importante y crucial en el alma del grupo”.
Cuando una película es “un regalo para siempre”. Cuando el director, se la juega con valentía por sus actores
“Para mí la película esta fue un regalo para siempre porque compartí mucho, porque me encantó ser parte y porque me uní a un grupo de chicos jóvenes con una energía que te potenciaba; me sumó para bien. Hubo un trabajo de gente para el casting importante y sin dudas hay algo allí en la elección de los actores, que no se puede dejar pasar porque lo que hizo Bayona fue una jugada arriesgada para la cual me saco el sombrero. Netflix le preguntaba qué actores de Hollywood iba a necesitar o tenía en mente, y él, a todo contestaba con lo mismo: No, los actores deben ser rioplatenses, deben tener ese espíritu y ser fieles a los personajes de la historia. Yo los buscaré. Y así fue. Buscó y fue encontrando a cada uno de los intérpretes. Encontró actores espectaculares; los sacó del under, del modelaje, los sacó de todas partes. Y si ves la película, las actuaciones son sorprendentes”.
-Bueno, es una superproducción que tiene textos increíbles, una historia que respira verosimilitud y no deja de tener esas tomas intimistas, de cine cercano, más chico, ¡que es algo realmente cautivante por el contraste y por lo que arriesga en esa jugada el director! no es así? Hay momentos tremendos también. ¡Muy fuertes, conmovedores!
“Sí. Hay una escena que me tocó, hermosa escena, en la que hablo de mis hijos (yo soy Javier Methol en la historia). Yo, en el momento que estoy haciendo esa escena no veía a mi hijo hacía más de dos meses, así que la angustia que yo actúo allí, no es más que la angustia real que me invadía en ese momento. Decía la letra y hacer hablar al personaje era casi hablar de mi vida en particular, era como no estar actuando. Lo mismo me pasó en la escena del hospital, porque Lolo (mi hijo de 8 años) allí pudo ir a verme. En esa escena, las lágrimas de ese llanto fueron las más reales”.
En la tragedia, nadie sabe cómo (o sí), pero el avión esquía dos kilómetros hasta chocar con un glaciar. Es una película para cine. Es una historia para volver a ver
“Hacia el final, el actor agregó una conclusión sentida y entonces dijo: “Yo creo que lo que sucedió allí fue un milagro. Cuando uno mira lo que sucedió y cómo fueron los hechos en la vida real, no entendés cómo lograron sobrevivir! El piloto estaba volando por instrumento y, aun así, le erra al cálculo porque no puede ver. Estoy muy feliz de ser parte de esta película”.
“En definitiva, Bayona logra hacer, con su película, un cine de gestos, de primeros planos que elevan la vara de la emocionalidad y del clima de cada momento de la historia. La gente se emociona, se agarra de la butaca, se conmueve. Y esto sucede, aunque ya conocemos lo que pasó”.
Acaso sea un logro más el de este director español, que valientemente se jugó (con tiempo y aplomo) paso a paso por lo que intuía que constituiría el camino acertado para su proyecto, para lograr hilvanar las piezas y formar así un logrado modo de contar la historia. Sumado a esto, hay que decirlo (aunque sea una verdad a voces) se trata de una película para ser disfrutada en pantalla grande, al acertar contundentemente en todos y cada uno de los desafíos que una historia tan densa y frágil a la vez, requiere; erigiéndose como una producción espectacular que logra la combinación perfecta entre cine de catástrofe y tintes de cine de autor (haciendo destrezas con la cámara cercana, con planos cortos, con pequeños gestos que, de perfectos, soportan tanto que lo dicen todo); Tal vez ambos elementos se hayan logrado amalgamar y en esa tarea, se han quedado prendidos para hacer lo suyo en una tarea mancomunada, de equipo, hasta el final de los tiempos. Dejando como legado todo lo que luego decante, pero por el momento, el escudo contra el miedo que supone la tarea colectiva, el pensamiento conjunto y un mensaje esperanzador de lo importante e invalorable que significa pensar la vida en sociedad humana y colectivamente. Porque al parecer, no hay héroes en esta historia. Nadie levanta los brazos al cielo creyendo que ganó el partido. Pero sí, la historia muestra, con toda la sensibilidad que ello requiere, que sí hay allí un equipo de personas que hizo lo todo lo mejor que pudo. Y que, en todo caso, en caso de haber héroes en todo esto, esos son quienes quedaron allí, en el lugar donde ocurrieron los hechos.