(CNN Radio Argentina)- Este domingo Compañía de Radio tomó contacto con la actriz quien se encuentra poniendo el cuerpo a este exitoso unipersonal de la autoría de Tamara Tanenbaum (El Fin del amor), el cual actúa bajo la dirección de Andrea Garrote, en el Teatro Caras y Caretas.
Una casa llena de agua cuenta con el diseño de escenografía e iluminación de Santiago Badillo; diseño de vestuario a cargo de Lara Sol Gaudini; diseño sonoro y música original de Federico Marquestó. Además, la pieza es producida por la Compañía Teatro Futuro. Y cuenta con la producción ejecutiva de Carolina Castro.
El programa de Cecilia Laratro conversó con la brillante actriz a través del aire de CNN Radio de su presente laboral, de la obra que, como proyecto angelado, logró su cuarta temporada con un éxito rotundo y espera salir de gira próximamente. Por otra parte, Violeta también mencionó uno de sus futuros proyectos (en el cual ya se encuentra trabajando desde hace meses). Según sus dichos: Se trataría de una súper producción local, con más de veinte capítulos, para la más importante plataforma audiovisual a la que se accede en el país|.
-Quiero contarte, y a los oyentes también, que el viernes te fui a ver al teatro, y que aprovecho la oportunidad para decirte que estás genial. Aprovecho además a contarle a la gente que se trata de una obra en la cual la niñera que está a cargo de un bebé, va contando aspectos personales y que tienen que ver con su vida, romances, fantasias, la vida en tiempo real. ¿Cómo te llegó la propuesta y en qué momento fue?
“Gracias. No sabía que estabas ahí. Te agradezco haber ido. Bueno, se trata de una obra que me llegó cuando mi hija tenía 4 meses. Fue en verano de 2020 (previo a la aparición del COVID). Me llamó Mariano Tenconi Blanco que es un director y dramaturgo con quien yo he trabajado varias veces, me encanta lo que él hace.. En ese momento él me ofreció hacer esta obra. Eso fue una sorpresa para mí, porque yo pensé que se trataba de algún proyecto personal suyo, pero no, era esta de Tamara Tanenbaum, que ella la había escrito un poco bajo su supervisión para teatro”.
-La dramaturgia de la obra es impecable; y todo lo que sucede como recurso para contar la historia, sobre el escenario, ¡está muy bien!
“Eso es mérito de Andrea Garrote. Tuvimos una súper suerte de que ella accediera a agarrar el proyecto porque tiene una mirada y una forma de trabajar que hace un aporte espectacular”.
“Al principio de la convocatoria que me hizo Mariano, me agarró un vértigo pero luego, esto fue pasando. Yo estaba con Lila recién nacida, estaba transitando ese momento de la maternidad en ese preciso instante, lo que me permitió entender muy bien no solo esa labor de maternar, sino, mucho a lo que refiere la obra. Por otro lado, por mis mismas circunstancias sabía que solamente un proyecto distinto, algo que fuera realmente un desafío profesional me iba a hacer salir de casa. Yo creo que la maternidad me dio esa fuerza, de modo tal que eso, siento que me ayudó a animarme a probar algo que nunca antes había pensado. Luego de parir, me sentí con más fuerza que nunca”.
En el cuarto del bebé, de repente, un mundo
-Toda la obra sucede en el cuarto del bebé y desde allí, la protagonista, que es la niñera que interpretás, cuenta la historia y le habla a esa criatura. ¿Qué encontrabas de punto cercano en esa instancia y qué crees que te ayudó a encontrar una manera tan verdadera para actuarla?
“Bueno, tal cual ocurre en la obra, así mismo era como yo estaba en esa etapa con mi bebé. Haberlo transitado, no es poco para poder armarse una de recursos y poder ponerlos al servicio de la actuación”.
“Yo creo que el momento en el que me llegó la obra fue justo; no se si de haber tenido antes la oportunidad de este unipersonal hubiera podido entender tan desde mi persona, desde mi actriz todo lo que la obra cuenta y desde dónde lo hace. Es decir, a veces siento que la temática de la obra se ajustó a lo que a mí me estaba pasando en esa etapa de la vida. Yo había sido mamá recientemente, estaba súper sensibilizada por todo; todo me hacía llorar, o de repente, me enojaba y luego, la miraba a mi hija y se me dibujaba la sonrisa, en esa cara empapada de lágrimas. Parecían conductas esquizofrénicas, pero no, era la etapa que estaba transitando, que es hermosa, pero difícil en muchos casos: Es que eso de tener un bebé al que cuidar las 24 hs. y seguir atravesando la vida, en la que pasan además las mismas cosas que pasaban antes, y otras, es una cuestión muy loca que hay que pasar. Y la pasamos, pero esa fue mi primera experiencia, con todo lo que eso implica”.
-En cuanto a tu trabajo. ¿Dónde queda el rito de la cena luego de la obra? y, por otra parte: Te dio vertigo estar sola en escena y, de repente, olvidarte la letra?
“Sí! Yo soy muy de la vida en compañía de mis amigas. Siempre me hago un amigo donde voy. Trabajo en un proyecto, y me llevo amigos. No me gusta transitar la vida sola, no concibo la vida si no es para compartir con un otro. De todos modos, me animé a esta aventura en singular en escena y te digo que, una vez que arranqué, siento que le encontré también la pasión a algo hermoso que hay en esto de actuar sola, cosa que nunca antes había experimentado porque siempre lo he hecho con otros. Es lindo entender que uno, ahí, es como un niño en trance, en su propio mundo, también descubrí que tiene algo que es muy bello”.
“Cuando apareció la pandemia yo me dediqué a estudiar la letra. Por supuesto ahora lo cuento así, pero en su momento fue algo medio caótico. Plena pandemia, yo encerrada todos los días junto a mi primera bebé y estudiando. Cada semana me tomaba la legra una chica, estudiante de teatro, que en ese momento estaba en el sur vía zoom. Así que me obligaba a tener incorporado lo más posible un capítulo en esos siete días de estudio. Claro que el vértigo está ahí en, como vos decís, no tener la red de un compañero que te de un pie en el marco de situaciones donde hay un ida y vuelta. Pensaba si iba a poder y me enfocaba en estudiar para que ese temido blanco no me pase. Otro recurso que utilicé es tener en escena un cuaderno con la letra de la obra toda pegada. Esa es una herramienta que me dio mucha seguridad al principio, sobre todo. Nunca la tuve que usar, pero el solo hecho de saber que lo tengo ahí, me dio más tranquilidad”.
-En la obra está presente la metáfora del océano. Quería preguntarte por qué se presenta ahí la imagen del pulpo?
“Yo entiendo como que Milena, mi personaje, viene de toda una historia familiar fuerte y eso hizo que su vida fuera un tanto compleja y que cargue con ciertas cuestiones. En ese sentido que ella viene a hablarnos y a contarnos qué es eso que puede hacer el pulpo. Cuya naturaleza responde mucho en función de lo que le toca vivir que a partir de lo que le es heredado. Con lo cual, creo que eso de hacer tu propio ARN adaptándose a todas las condiciones del océano es toda una metáfora. Con lo cual, entiendo que el relato de mi personaje en cuanto a lo que me preguntás, tiene que ver con esa capacidad del pulpo que nos encantaría tener a los humanos, de adaptarnos a lo que nos propone la vida y poder sacarnos de encima de lo que estamos construídos por herencias y aprendizajes familiares”.
-Tenés en vista algún proyecto que puedas contar, además de esta obra que estás haciendo en este momento?
“Creo que esta obra saldrá de gira en breve a hacer funciones. Creo que el fin de semana del 22 de marzo y, por otra parte, estoy ahora grabando una serie que en breve se enterarán, pero no puedo hablar porque es todo muy secreto. Se trata de un proyecto para una plataforma. Es una propuesta linda y vamos 24 capítulos. Estamos con esto desde noviembre, y se extenderá hasta julio de este año. Estoy contenta porque estoy grabando con compañeros argentinos. Ya se enterarán, no puedo decir mucho más, igual si averiguan… no se están grabando muchas series acá”.
“Una casa llena de agua”, un fenómeno angelado que copa la sala en esta cuarta temporada
Es de público conocimiento que el teatro se ha convertido en un fenómeno que parece resistir al desánimo y a la amargura que convidan la coyuntura y otras penas de la contemporaneidad. La ciudad de Buenos Aires tiene entre sus atracciones artísticas muchísimas propuestas para cultivar, entretener y hacernos pensar y sentir, como refugio necesario donde guarecernos y para hacernos, sobre todo, un necesario y aconsejable bien.
El teatro es cultura, es arte, es catarsis, es entretenimiento, es la expresión de la condición humana en carne viva. El teatro es acción, es verdad y es mentira piadosa. El teatro es reírnos de nosotros mismos en carcajadas colectiva. Es también llorar y emocionarnos con un otro por cosas que nos pasan, es conmovernos por eso que vemos que sucede allí arriba, en escena (y acá también) y de repente; para cambiarnos el eje de repente.
El teatro es el pueblo viéndose a sí mismos, o mirándose al espejo de la vida cotidiana. El teatro es la magia que alivia; y es también protagonista exitoso de muchas cosas, pero, por sobre todo, el teatro es la viva expresión de los temas que preocupan al hombre de algún tiempo con sus inquietudes y preocupaciones, en un determinado tramo de la historia. Con todo, el teatro es antídoto para ayudar a conocernos, entendernos y sabernos más humanos, más sensibles y menos solos en el camino de la vida.
Esta obra, entre otras cosas, se sumerge en la profundidad de los miedos, fantasías y ciertas disyuntivas personales que atraviesan a esta joven estudiante de biología de clase media, quien es empleada como niñera por una familia de clase alta, situación que no será menor para ella, ya que operará de disparador para una serie de conflictos, procesos imaginarios, construcciones propias y posturas personales, que serán problematizadas y compartidas dentro de ese mismo cuarto, con un ser tan pequeño que no puede aún ni entenderle ni contestarle. Pero el público sí. ¡Y cuánto de eso sucede!
La cita (de esta cuarta temporada) es en el Teatro Caras y Caretas, todos los viernes de febrero a las 21 hs. (las entradas van desde 3 mil a 6 mil pesos).