CAMBRIDGE, MASSACHUSETTS (CNN) — La primera imagen que se vio de los dos hermanos podría ser más que una pista esencial en el caso de los atentados en el maratón de Boston. Tal vez es una instantánea de su relación: uno dirige, el otro lo sigue.
Algunos de sus amigos recuerdan de esta forma a los hermanos Tsarnaev: Tamerlan, de 26 años, era siete años mayor que Dzhokhar, quien seguía a su hermano como si fuera un cachorro.
Como su padre estaba en Rusia, el hermano mayor pudo haberse vuelto una figura paterna para el chico de 19 años durante estos últimos meses. Tamerlan medía 1,87 metros, y muchas personas dicen que tenía una presencia intimidante y que sus convicciones acerca de la sociedad y la religión se hicieron cada vez más firmes durante los últimos años.
Sin embargo, la imagen que está surgiendo de los tristemente célebres hermanos también es turbia, tal como el video de vigilancia. Un investigador que estudió las imágenes de video después de los atentados dijo que los dos hermanos “actuaban distinto a todos los demás”: se quedaron para observar el desarrollo de la masacre y se alejaron caminando “como si nada”.
Las personas que conocen a los hermanos, quienes ahora analizan sus recuerdos, no logran entenderlo. Muchos dicen que ambos eran agradables y queridos en su vecindario y no eran ermitaños rechazados por la sociedad. La apariencia despreocupada de los hermanos parecía no tener significado antes del lunes 15 de abril.
“Un gigante amistoso”
Luis Vásquez tenía planeado ver el final de la carrera con su familia en la línea de meta, pero con la actividad frenética que implica criar a dos hijos, tuvo que cambiar de planes.
Vásquez había sido amigo de Tamerlan y de una de sus hermanas durante la preparatoria. Se reunían en cafeterías para hablar sobre boxeo, la verdadera pasión de Tamerlan. Vásquez también fue entrenador de futbol del hermano menor en la escuela Rindge & Latin en Cambridge.
Al reflexionar sobre lo que ocurrió esta semana, no pudo evitar pensar en todas las posibilidades. “¿Y si si hubiera ido al maratón? Me pregunto, si nos habrían dicho algo. Me pregunto si de alguna forma se habrían dado cuenta de que estábamos allí”, dijo Vásquez.
Tamerlan era el mayor de sus hermanos y consideraba que era su deber asegurarse de que sus hermanos no olvidaran sus raíces chechenas. Tenía unos 16 años cuando la familia llegó a Estados Unidos.
Vásquez dijo que una de las hermanas tenía que volver a Chechenia a casarse y que Tamerlan “se sentía responsable de hacer que ella cumpliera con su compromiso”. Esa hermana disfrutaba la libertad de Estados Unidos mientras que él era como una sombra, siempre la estaba acechando.
“Existía la presión de apegarse a sus costumbres, a su religión, a su cultura, a respetar esas cosas”, dijo Vásquez. Pero no creía que fuera necesario recurrir al terror. “Era un gigante amistoso. No había nada extraño sobre él, nada alarmante”, dijo Vásquez. “Nunca anduvo por ahí obligando a la gente a pensar como él”. Vásquez dijo que tenía “recuerdos muy positivos” y que “el crimen no coincide con los recuerdos”.
Es obvio que, si las acusaciones contra los hermanos son ciertas, algo cambió. Vásquez cree que alguien debe haber “influido en Tamerlan y él probablemente lo transmitió a quien pudiera reclutar”, en este caso, al hermano menor. “Con base en lo que conozco de su personalidad, quien planeó esto fue el hermano mayor”, dijo Vásquez. “Cuando se trata de los dos, él dirigía y el hermano menor lo seguía”.
El vecindario en Cambridge en donde la familia vivía es el crisol de Estados Unidos: una mezcla de familias inmigrantes de clase trabajadora e intelectuales universitarios que asisten a Harvard y al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). No es inusual que los inmigrantes de esta región regresen a sus lugares de origen cuando terminan la preparatoria.
Sin embargo, los investigadores dicen que Tamerlan se radicalizó durante sus viajes a su país en los últimos años. Poco después de haber vuelto de un viaje de seis meses, el año pasado, publicó varios videos en su cuenta de YouTube, entre ellos uno de un yijadista famoso.
En 2011, Rusia pidió al FBI que interrogara a Tamerlan “con base en información que indicaba que era un seguidor del islam radical y un firme creyente, que había cambiado drásticamente desde 2010 mientras se preparaba para salir de Estados Unidos rumbo a la región de Rusia para unirse a unos grupos clandestinos no determinados”, de acuerdo con el FBI.
Mientras los investigadores siguen revisando las pruebas y los documentos, quienes conocían a los hermanos dicen que la confusión agrava su enojo por los atentados; les confunde que dos tipos amables hayan tomado un camino tan sombrío.
“Enseño a pelear, no a matar”
A unos cuantos kilómetros de la casa de la familia, está el club de boxeo Somerville. A lo largo de los años, cientos de boxeadores han pasado por sus puertas. El entrenador Gene McCarthy ha estado allí por tres décadas y recuerda el día en que Tamerlan, quien entonces tenía 16 años, llegó con su padre.
El padre había sido boxeador amateur en Chechenia y quería que su hijo mayor tuviera un mejor entrenamiento. Tamerlan era un tipo atlético: medía 1,87 metros y pesaba 90 kilos. Tenía un alcance largo, velocidad, tenacidad y confianza: era la combinación perfecta para ser un joven Mohamed Alí.
No solo noqueaba a sus rivales: los aniquilaba. “Cuando lanzaba un golpe, siempre daba en el blanco, en el sitio justo”, dijo McCarthy. “Nadie podía tocarlo”.
Luego de ganar una pelea en enero de 2004, la estrella en ciernes dijo al diario The Lowell Sun que había crecido en Grozny, Chechenia, y que se había mudado con su familia a Estados Unidos el año anterior con la esperanza de iniciar una nueva vida.
“Me gusta Estados Unidos”, dijo. “Hay mucho trabajo en Estados Unidos. Eso es algo que no hay en Rusia. Tienes la oportunidad de hacer dinero aquí si estás dispuesto a trabajar”.
McCarthy lo cataloga entre los mejores peleadores que ha tenido. Ganó los Guantes de Oro de Nueva Inglaterra en la división abierta de peso completo. El chico podría haber ganado una medalla de oro en las olimpiadas, pero su estatus migratorio le impidió que hiciera las pruebas para unirse al equipo olímpico estadounidense.
“Pensaba: ‘Cielos, tengo un campeón olímpico, pero no cubre los requisitos’”, dijo McCarthy. No ser ciudadano fue su única desventaja. Tenía iniciativa y todo para ganar”.
En el gimnasio, el hermano menor, que entonces tenía solo 10 años, se unió a Tamerlan y hacía ejercicios de calentamiento con él. “Era un niñito tierno”, dijo McCarthy.
Recuerda cuando inscribió a Tamerlan en los Guantes de Oro. “Mientras él esperaba en la fila, vio un piano y tocó música sinfónica como si fuera el Symphony Hall”, dijo McCarthy. “Todos los de USA Boxing lo oyeron, entraron y se asombraron”.
Es común que los boxeadores que asisten a su gimnasio tengan antecedentes problemáticos: familias rotas, vecindarios asolados por el crimen, padres ausentes. Este no era el caso de Tamerlan, quien tenía un respaldo familiar sólido. Su madre, su padre y su hermano menor iban a ver sus peleas. En los dos años que entrenó con McCarthy, permaneció invicto.
Cuando McCarthy supo que los hermanos eran los sospechosos de los atentados, sintió una combinación de ira y consternación. “Yo le enseño a un hombre a pelear, no a matar”, dijo.
McCarthy aseguró que Tamerlan era una persona muy agradable y que sólo desagradaba a los tipos a los que apaleaba en el cuadrilátero. “Entonces era un muchacho y eso es todo lo que puedo decir al respecto. Sólo puedo decir cosas buenas sobre él”.
Tamerlan se cambió a otro gimnasio dos años después. McCarthy dijo que no tuvieron desavenencias. Es simplemente la forma en la que se dan las cosas en el mundo del boxeo. Los chicos vienen y van.
Sin embargo, Tamerlan no renunció a su sueño. Se registró de nuevo en USA Boxing de 2008 a 2010, pero nunca recuperó su condición de invicto. En 2009, su tío, Ruslan Tsarni, se distanció de Tamerlan. “En verdad me sorprendió escuchar —no puedo decir que lo vi— que Tamerlan había cambiado”, dijo a CNN.
El tío recordó una conversación telefónica con Tamerlan en la que lo llamó “infiel”. El joven también le dijo que no estaba preocupado por estudiar o trabajar porque Dios tenía un plan para él. Pronto desapareció de su vecindario, cuenta Vásquez. “Me pregunto qué habrá pasado en esa época en la que dejamos de verlo por allí”.
“Creo que su hermano lo persuadió”
Si Tamerlan era reservado, Dzhokhar —conocido como Jahar— era el chico extrovertido, siempre dispuesto a bromear. Una de sus metas era hacer reír, dicen sus amigos. La única vez que lo vieron enojado fue cuando perdió en un encuentro de lucha grecorromana. Incluso eso fue raro. Era un luchador de 63 kilos que llegó a las finales estatales.
Dzhokhar también era amable. Cuando no estaba luchando en la escuela, trabajaba como voluntario en un programa extracurricular en el que ayudaba a niños con autismo y síndrome de Down.
“Era un tipo cómico. Me hacía reír mucho”, dijo Peter Tenzin, quien dirigía el equipo de lucha con Dzhokhar. “Después del entrenamiento, preferíamos pasar tiempo con los niños que tienen discapacidades intelectuales en vez de relajarnos e irnos a casa”.
La ciudad le entregó a Dzhokhar una beca por 2,500 dólares y se adaptó bien con los estudiantes de la Universidad de Massachusetts en Dartmouth, en donde estudiaba Ingeniería.
Como muchas personas en el vecindario, Tenzin culpa al hermano mayor: dice que probablemente le lavó el cerebro al amigo al que conocían. “Sólo puedo decir que su hermano lo persuadió”, dijo Tenzin. “No hay forma de que él lo hiciera. Mentalmente, no es esa clase de persona”.
“Él amaba a su hermano y lo admiraba, por eso creo que (Tamerlan) lo persuadió”, añadió.
Aunque en el vecindario circulan historias similares, en los últimos dos días ha surgido otra imagen de Dzhokhar: un joven que estaba en una fiesta en la universidad después de los atentados y que presuntamente acompañó a su hermano cuando baleó a un policía, robaron un auto en Cambridge y se enfrascaron en un tiroteo con la policía de Watertown, en el que usaron bombas caseras y un dispositivo explosivo como los que se usaron para causar el caos en el maratón.
Tamerlan murió en el tiroteo. La persona que puede dar respuestas acerca de los atentados es Dzhokhar, quien fue capturado el viernes por la tarde y permanece hospitalizado con heridas en la garganta.
Catherine Soichet, de CNN, colaboró con este reportaje.