Por Lateef Mungin y Dave Alsup
(CNN) — Ariel Castro, quien recibió sentencia de cadena perpetua más 1.000 años más por secuestro, violación y mantener en cautiverio a tres mujeres en Cleveland, apareció ahorcado en su celda la noche del martes.
El doctor Jan Gorniak de la oficina del forense del condado de Franklin confirmó tras la autopsia completa de Castro que se ahorcó con una sábana.
Los guardias encontraron a Castro, de 52 años, ahorcado en su celda en el Centro Penitenciario de Orient, Ohio, cerca de las 21:20 horas (local), indicó el Departamento de Correccionales del estado. El personal médico de la prisión trató de revivirlo, pero no lo lograron.
Castro fue llevado al Centro Médico Wexner de la Universidad del Estado de Ohio, donde se declaró su muerte a las 22:52 horas (local).
Juan Alicea, cuñado de Castro, dijo a CNN que la familia recibió la notificación de la muerte alrededor de la 01:00 hora (local) de este miércoles. Alicea agregó que la familia está molesta porque supo del deceso por los reportes de los medios.
Otra integrante de la familia, Maria Castro Morales, dijo que lloró al enterarse de la noticia. “Lloré por muchas razones. Mis primeros pensamientos fueron si las mujeres ya lo sabían, me refieron a las víctimas”, dijo Montes, sobrina de Castro. “Pensé en ellas y sobre lo que pasaría por sus mentes. Quizá esto fue lo mejor. No creo que tuvieran paz mientras él viviera”.
Castro no era parte de la población general de la prisión, según las autoridades.
“Él estaba en prisión preventiva, lo que significa que estaba solo en una celda y los guardias hacían rondas cada 30 minutos con intervalos escalonados” dijo JoEllen Smith del Centro Penitenciario, en un comunicado para CNN.
“Una revisión exhaustiva de este incidente está en proceso”, agregó.
Sin lugar en el mundo para él
Durante la audiencia de sentencia contra Castro el mes pasado, el juez Michael Russo dijo que “no había un lugar en el mundo para él” por su estilo de criminal.
Castro se declaró culpable de 937 cargos, incluyendo asesinato y secuestro, a cambio de que no le fuera dictada pena de muerte, una sentencia que estaba sobre la mesa.
Los cargos se derivaron por el secuestro, la violación y la agresión a tres mujeres: Knight, secuestrada en 2002, Georgina DeJesus, en 2004 y Amanda Berry, en 2003. Castro es el padre de la niña de seis años de edad que procreó con Berry, confirmaron las pruebas de ADN.
Sylvia Colon, un miembro de la familia DeJesus y vocera de la misma, dijo que durante las primeras horas del miércoles Georgina no sabía de la muerte de Castro y que tampoco la familia comentó al respecto.
“Morirás un poco cada día”
Las tres mujeres escribieron sus vivencias en sus diarios con el permiso de Castro, notas que proporcionaron más detalles del abuso.
“Lloré toda la noche. Estaba tan sola. Me preocupaba lo que sería de mí y las otras chicas todos los días”, dijo Knight, de 32 años, mientras se dirigía a su secuestrador durante su sentencia. “Voy a vivir. Tú morirás un poco cada día”.
En cada caso, Castro atrajo a las mujeres hacia su coche con la promesa de realizar un viaje, de acuerdo con documentos de la corte. Las mujeres y la niña fueron liberadas en mayo después de que Berry gritó pidiendo ayuda, mientras Castro no estaba.
Los vecinos oyeron sus gritos y acudieron en su ayuda, mientras trataba de romper una puerta. Un vecino le dio un teléfono celular para que llamara a las autoridades.
“Ayúdeme, soy Amanda Berry”, dijo a un operador del 911. “He sido secuestrada desde hace 10 años. Y estoy aquí, soy libre”.
Juega a la víctima y culpa a las víctimas
En su sentencia, Castro jugó a la víctima, al presentarse como un adicto a la pornografía y la masturbación. En su declaración se refirió a sí mismo como “muy emotivo” y “una persona feliz por dentro”.
Castro pareció culpar a las víctimas y las acusó de mentir acerca del trato que les daba. Dijo que ninguna de las mujeres era virgen cuando las secuestró, que querían sexo y había “armonía” como en una “familia feliz”.
Castro reconfiguró los 130 metros cuadrados de su casa para mantener en secreto el paradero de las mujeres, declaró el agente del FBI, Andrew Burke. La puerta de atrás estaba equipada con un alarma, colchas y cortinas oscurecidas partes de ellos de origen, y un columpio estaba colocado en frente de las escaleras que conducían a las habitaciones, donde Castro tuvo a las mujeres y las niñas como rehenes.
La policía también testificó que Castro encadenaba a sus víctimas a varios objetos, incluyendo un poste de soporte en su sótano.
En la sala donde estuvieron Berry y su hija, se retiró la perilla de la puerta, la parte exterior estaba bloqueada y la puerta tenía un agujero como ventilación debido a que las ventanas fueron tapiadas desde el interior, dijo Burke.
También describió una carta manuscrita en la que Castro confesó un abuso sexual cuando era niño, y agregó: “Soy un depredador sexual”.
“Nos has salvado”
La primera oficial de policía que llegó a la casa de Castro, Barbara Johnson, recordó al tribunal que ella y otro oficial escucharon el golpeteo de las pisadas en un cuarto oscuro donde estaban atrapadas Knight y DeJesus.
Cuando las mujeres cautivas se dieron cuenta de que eran policías Knight “literalmente se lanzó” a las piernas, los brazos de un policía y casi lo asfixian. “Ella repetía: ‘Nos has salvado, nos has salvado’”, dijo Johnson.
Según la oficial, las mujeres parecían asustadas, pálidas, desnutridas y deshidratadas al momento de su rescate. El doctor Gerardo Maloney, quien se encontraba en la sala de emergencias cuando llegaron las víctimas, dijo que Knight pidió que ningún médico varón la asistiera.
Martin Savidge y Kait Richmond contribuyeron con este reporte.