Por Josh Eells, RollingStone.com
(RollingStone.com) – En la trastienda de un local de tatuajes en North La Brea Avenue en Los Ángeles, Miley Cyrus está a punto de recibir más tinta.
“Muy bien, boca abajo”, dice el artista tatuador, un tipo calvo llamado Mojo. Miley se da la vuelta y en la planta de sus pies sucios, a bolígrafo, se ven escritas las palabras ROLLING (pie derecho) y $TONE (pie izquierdo).
“La gente se tatúa la m***** más loca”, dice Miley. “¿Sabías que Alec Baldwin tiene las iniciales de Hannah Montana tatuadas? No, espera, es Stephen Baldwin. Dijo que era mi mayor fan, y le dije que mis mayores fans tienen tatuajes. Así que se tatuó ‘hm’ en el hombro”. Miley sacude la cabeza. ” La gente hace las m******* más locas”.
En su primera portada de Rolling Stone, Miley quería hacer algo divertido. “Pensé en ir a jugar laser tag”, dice. “pero el laser tag apesta. Y podríamos haber ido a jugar a los bolos, pero, ¿qué edad tenemos, 90 años”?
Naturalmente, la siguiente idea fue hacerse un tatuaje.
“Muy bien, cariño”, dice Mojo. “¿Lista”?
“Lista”, responde. Mojo enciende la aguja, la cual comienza a zumbar muy alto. “Odio ver la aguja”, dice Miley. Estira el cuello hacia atrás. “¿Duele? Duele, ¿verdad”?
Mojo: “Sí, duele”.
Estos son los primeros tatuajes de la veinteañera en los pies, sin embargo, tiene otro montón: un signo de la paz, un corazón y una cruz (todos en los dedos); las palabras “love” dentro de la oreja derecha y “just breathe” (simplemente respira) sobre las costillas; un esbozo de Leonardo da Vinci en su antebrazo derecho, y encima de este los números romanos VIIXCI, 7/91, el mes y el año que sus padres se conocieron.
Y en el interior del antebrazo izquierdo, la frase… “SU LUGAR NUNCA ESTARÁ CON AQUELLAS ALMAS FRÍAS Y TÍMIDAS QUE NO CONOCEN LA VICTORIA O LA DERROTA”.
“Es de un discurso de Teddy Roosevelt,” explica. “Es sobre cómo las personas juzgan al que gana y al que pierde, pero no son quienes están en la lucha”. En otras palabras, “Es sobre los críticos”.
Cuatro días antes, Miley actuó en los VMA. Probablemente habrás escuchado algo al respecto. Mucha gente se enfadó.
Miley hizo cosas con un dedo de espuma que hizo que el inventor del dedo de espuma la acusara de haber “degradado” un “icono”. La mayoría pensó que era culpa de Miley, pero a ella no le importó. Eso es lo que significa la frase de Teddy Roosevelt. Los que odian van a odiar.
En esta era de profunda polarización nacional, hay algo en lo que podemos estar de acuerdo: Es una época interesante para ser Miley Cyrus. Se ha enfrentado con la fama en varios grados toda la vida, primero como la hija de la estrella del country Billy Ray Cyrus, cuyo “Achy Breaky Heart” fue en 1992 lo que “Blurred Lines” es en 2013, luego como el increíblemente icono popular “tween” (que se encuentra entre la niñez y la adolescencia) Hannah Montana.
Pero todo esto era tan sólo el preludio de Miley 3.0, una estrella ya crecida que saca la lengua y se contorsiona, te guste o no.
Miley ha plantado las semillas de su gran transición a lo largo de los últimos cinco años. A los 15 años vivió su primer escándalo, cuando posó para Vanity Fair con una sábana que la hacía parecer topless. (” Me siento avergonzada”, dijo en una declaración. ” Y pido perdón a mis fans, a quienes aprecio tanto”.)
Un año más tarde fue una maniobra con un baile con un tubo en los Teen Choice Awards (el “tubo” estaba en un camión de helados; el baile fue la mayor parte del tiempo “PG”). Al año siguiente fue fotografiada en España bebiendo cerveza a los 17 años y, un mes más tarde, TMZ subió un vídeo de ella dándole un toque a una pipa. (Miley declaró que era salvia legal).
Y, a pesar de todo, a los ojos de millones, todavía es Hannah Montana, lo cual puede ser parte del problema.
La mañana después de la tienda de tatuajes, Miley envió un mensaje: “Qué hay, soy Miley”. Quería saber si podía ir a su casa. “¿Tal vez sobre las 5? ¡Podríamos pedir comida y otras m******! ¡Pasar el rato en casa!”
La casa de Miley en Toluca Lake, a mitad de camino entre Burbank y Studio City, es la misa casa a la que los Cyrus se mudaron cuando Miley comenzó a trabajar en “Hannah Montana”. Vivió ahí hasta que cumplió los 18 años, y luego compró su propia casa en Hollywood Hills, con mucho cristal y muebles guays y un acuario en la chimenea.
Pero no se sentía realmente segura allí sola, y después de que un fan trastornado saltara su cerca mordiendo el juguete de morder de su perro alrededor de su cuello, Miley decidió que era hora de marcharse. Se mudó a su antigua casa, y sus padres se mudaron a una calle de allí. Ahora vive allí con sus cuatro perros adoptados (Happy, Bean, Floyd y Mary Jane). Sin embargo, Miley dice que no puede dormir en el dormitorio principal: “¡Es la habitación de mis padres!”
También hay dos percheros de ropa en uno de sus salones que pertenecen a Liam Hemsworth, de 23 años, el actor australiano que conoció en un plató en 2010. La pareja estuvo comprometida, pero, a mediados de septiembre, anunció que se había separado.
El vecindario no es lo que esperarías: muy suburbano, muy “Valley” muy Viejo Hollywood. Bob Hope vivió en la casa detrás de la de ellos. Miley nunca lo conoció, pero sí conoció a su viuda, quien vivió allí hasta que murió en 2011. “La señorita Dolores”, dice Miley. “¡Era una rockera, fiestera hasta el fin! Algunas veces caminaba por allí y veía a toda esa gente vestidos como viejos. Era como, ‘¿Es real o son todos ustedes fantasmas? ‘”
Sus vecinos actuales son un poco más contemporáneos. “La mamá del bebé de Diddy vive justo allí”, dice Miley, señalando a la cerca detrás de su piscina. Y calle abajo vive Steve Carell, que tiene dos hijos preadolescentes y no parece ser el mayor fan de Miley.
“Siempre me ve mal porque conduzco muy rápido”, dice Miley. “El otro día, intentaba dar marcha atrás en el coche y casi le pego a mil cosas, y me estaba poniendo nerviosa porque lo podía ver”, cruza los brazos y exhala un gran y molesto suspiro. “Y estoy como, ¡ay Dios, ‘Dan in Real Life’ me está viendo!”
Acaba de volver de Nueva York, donde se quedó varios días después de los VMA. No se había dado cuenta de la gran importancia que se le había dado a su actuación hasta que vio las noticias. La instantáneamente infame mezcla de su single “We Can´t Stop” y de “Blurred Lines” de Robin Thicke estuvo en la televisión durante la siguiente semana, lanzó un millón de GIF; la FCC recibió 161 quejas.
“Creo”, dice Miley, “que es un buen momento para no buscarme en Google”.
Miley pensó que cabía la posibilidad de que la red apagara las luces a media actuación, pero no esperaba tanto escándalo y exageración. “Sinceramente, esa fue nuestra versión de MTV”, dijo. “Pudimos haber ido más lejos, pero no lo hicimos. ¡Creí que de eso trataban los VMA! No son los Grammy o los Oscar. No se espera que llegues en un vestido de gala, al estilo de Vanna White”, se refiere a Taylor Swift. ” ¡Se supone que es divertido!”
Miley admite que su actuación con Thicke se puso, según sus palabras, “tocona”. Pero tiene un buen punto: “Nadie habla del hombre detrás del c***”. Fue mucho más de ‘Miley se contonea en Robin Thicke’, nunca ‘Robin Thicke se machaca en Miley”. Únicamente hablan del que se agacha. Así que obviamente miden con doble rasero”.
Le divirtió especialmente la crítica de Brooke Shields, quien hizo el papel de la madre de Miley en “Hannah Montana” y describió la actuación en los VMA como “desesperada”. “¡Brooke Shields estuvo en una película en la que ella era una prostituta a los 12 años!”, dijo Miley riendo.
“Los Estados Unidos son tan extraños en lo que creen qué está bien y qué está mal”, continúa. “Estaba viendo ‘Breaking Bad’ el otro día y estaban elaborando metanfetaminas. Yo podría literalmente elaborar metanfetaminas gracias a esa serie. Enseñan cómo hacerlo Y luego, censuraron la palabra ‘j****’. Y yo digo, ¿De veras? Matan a un tipo y desintegran su cuerpo en ácido, pero no pueden decir ‘j****’? Es como cuando censuraron la palabra ‘prostituta’ en los VMA Mira lo que estoy haciendo ahora, y tú ¿vas a censurar ‘prostituta’? Como quieras”.
Miley admite que antes de la retransmisión, estaba un poco nerviosa. Pero entonces tuvo una visita en su camerino que la hizo sentir mejor. Kanye West había visto sus ensayos y quería hablarle antes que subiera al escenario.
“Vino y me dijo, ‘No hay muchos artistas en los que tenga tanta fe como la que tengo en ti ahora mismo’”, recuerda. “Todos en la estancia se quedaron en silencio. Yo estaba así como, ‘¿Puedes repetir eso? ¡! ’” Se ríe. “Simplemente me repetía una y otra vez esto en la mente y me ayudó a no estar nerviosa”.
Después de su actuación, Miley y Kanye se reunieron en un estudio de grabación en Manhattan para trabajar en una remezcla de su canción “Black Skinhead”. Al día siguiente envió un texto: “Decía, ‘Aún no puedo dejar de pensar en tu actuación’”, dice Miley. También cuenta que mencionó que se le estaban rompiendo un par de zapatillas de piel de la marca Céline y Kanye le compró cinco pares más.
“Kanye es la leche”, agrega. “Tengo algo así como una buena relación con él ahora. Es bueno tener a alguien que puedes llamar y ser así como ‘Oye, ¿crees que puedo vestir esto?’ ‘¿Crees que debería ir al estudio con este chico?’ ‘¿Crees que esto es guay?’ Esto es lo que se supone que hacen los colegas”.
A Miley no le molestan las personas que consideran desastrosa su actuación. “No intentaba ser sexy”, afirma. “Si hubiera intentado ser sexy, lo hubiera sido. Puedo bailar mucho mejor de lo que bailé”.
Sabe que sacar la lengua no es bonito y que esas coletas raras no son favorecedoras (“ Me veo como una criaturita”). Incluso sabe que es ridículo que se contonee.
“La gente es como, ‘Miley cree que es negra, pero tiene el c*** más plano del mundo”, dice. “¡Peso algo así como 108 libras! Ahora la gente cree que siempre saldré y me contonearé con la lengua de fuera. Probablemente nunca más haré esa m*****”.