Por Larry Shaughnessy, CNN

(CNN) — Un soldado de Operaciones Especiales de Estados Unidos entra a patadas por la puerta de una casa de seguridad de un grupo terrorista. Los atacantes abren fuego con armas AK-47, pero las balas solo rebotan en la ropa del soldado mientras éste dispara de regreso.

Es una escena que fácilmente podría incluirse en cualquiera de las exitosas películas de Iron Man, pero el hombre que dirige el Comando de Fuerzas Especiales de Estados Unidos, el almirante William McRave, quiere convertirla en una realidad, y pronto.

McRaven dio luz verde al desarrollo de lo que el Pentágono llama oficialmente el Traje Operador de Luz de Ataque Táctico, pero todos se refieren a este coloquialmente como el traje Iron Man.

McRaven recientemente habló sobre perder un operador especial en Afganistán. “Me gustaría que ese último operador fuera el último que perdiéramos”, dijo.

“Si piensas en ese operador armado que tiene que abrir esa puerta, sin saber qué hay del otro lado, debe estar en posición para protegerse tan pronto como se abra la puerta”.

Muchas de las tecnologías que podrían incorporarse a la idea de McRaven de un traje Iron Man ya existen. “Pero todavía existen separadamente. Así que las están tomando todas y uniéndolas”, dijo Chris Heben, el exmiembro del fuerzas especiales SEAL de la Marina de Estados Unidos.

Por ejemplo, Raytheon y el ejército han trabajado durante dos años en un exoesqueleto que permite que una persona levante 17 veces el peso que normalmente podría cargar.

Una empresa llamada Spingactive tiene dispositivos que se adhieren a las botas de un soldado y que convierten cada uno de sus pasos en electricidad para que su equipo tenga poder.

Incluso la empresa de ropa deportiva Adidas utiliza una tecnología para los equipos grandes de futbol que fácilmente podría adaptarse a la milicia.

“Puedo ver exactamente lo que hacen todos mis atletas en la cancha”, dijo el administrador de proyectos de Adidas, Matt Hymers.

En el campo de batalla, cada soldado cargaría en su espalda un dispositivo del tamaño de una baraja de cartas, aproximadamente, que mide la frecuencia cardíaca, sudoración, velocidad y distancia y tiene un GPS para señalar su ubicación y la de sus tropas. El comandante también podría monitorear a todo el equipo en tiempo real.

Heben dijo que si todo funciona, el traje “tomará a un grupo de chicos que tienen un funcionamiento extremadamente alto en el campo de batalla y los harán completamente imparables”.