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Por Faith Karimi y Mohammed Osman

(CNN) — La mujer sudanesa condenada a muerte por negarse a renunciar a su fe cristiana dio a luz a una niña en la cárcel, dijeron sus abogados este martes.

Meriam Yehya Ibrahim, de 27 años, tuvo a su bebé el lunes en una cárcel de mujeres en Jartum, pero a su marido no se le permitió estar presente en el parto, dijeron a CNN fuentes que pidieron no ser identificadas por razones de seguridad.

Ibrahim fue declarada culpable de apostasía, o renuncia a la fe, hace unas dos semanas, mientras ella estaba embarazada de ocho meses.

Un abogado sudanés presentó una apelación la semana pasada para revertir el veredicto de una corte menor.

Está en la cárcel con su hijo de 20 meses de edad, pero las autoridades sudanesas han dicho que el niño es libre de dejar la prisión en cualquier momento, según su abogado, Mohamed Jar Elnabi.

Su esposo, Daniel Wani, es un ciudadano estadounidense que utiliza una silla de ruedas y “depende totalmente de ella por todos los detalles de su vida”, dijo su abogado.

La apelación

La corte de apelaciones en Jartum se pronunciará sobre el caso la próxima semana, pero primero le pedirá al tribunal inferior presentar los documentos que utilizó para tomar la decisión, según su abogado.

Una vez hecho esto, se emitirá expediente, dijo.

“Vamos a seguir consultando a la corte de apelaciones, pero Inshallah (si Alá quiere)… la corte de apelaciones revertirá la sentencia y la liberarla”, dijo.

¿Cristianos o musulmanes?

Ibrahim dice que su padre era musulmán sudanés y su madre era ortodoxa etíope. Su padre se fue cuando ella tenía 6 años, y ella fue criada como cristiana.

El tribunal le había advertido de renunciar a su cristianismo antes del 15 de mayo, pero ella se mantuvo firme a sus creencias.

El presidente del Parlamento de Sudán, Fatih Izz Al-Din, dijo que el alegato de que Ibrahim fuera criada como no musulmana no es cierta.

Se crió en un ambiente islámico, y su hermano, un musulmán, presentó la denuncia en su contra, según Al-Deen.

La demanda alega que desapareció durante varios años, y su familia se sorprendió al descubrir que ella se casó con un cristiano, según su abogado.

Sin embargo, debido a que su padre era musulmán, los tribunales la consideraron como una también, lo que significaría que su matrimonio con un hombre no musulmán no es válido.

Intentos de CNN de contacto con el ministro de Justicia y el Ministro de Asuntos Exteriores de Sudán para obtener comentarios no tuvieron éxito.

100 latigazos

Además de la pena de muerte, el tribunal condenó a Ibrahim por adulterio y la condenó a 100 latigazos.

El presidente del Parlamento dijo que el veredicto no es definitivo, y pasará a través de todas las etapas judiciales para llegar a la corte constitucional.

Condena mundial

Grupos de derechos humanos y de las embajadas extranjeras en todo el mundo condenaron el veredicto.

“El hecho de que una mujer pueda ser condenada a muerte por su creencia religiosa, y de flagelación por estar casada con un hombre de una religión supuestamente diferente, es abominable y debe nunca ser incluso valorado”, dijo Manar Idriss, investigadora de Amnistía Internacional en Sudán.

Katherine Perks, del Centro Africano de Estudios de Justicia y Paz, dijo que el veredicto va en contra de la “propia constitución y los compromisos contraídos en virtud del derecho regional e internacional” de Sudán.

Las embajadas extranjeras en Jartum, entre ellas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, instaron al gobierno a cambiar la sentencia.

En los casos anteriores que involucraron a mujeres embarazadas o en lactancia, el gobierno sudanés esperó hasta que la madre destetara a su hijo antes de ejecutar cualquier sentencia, dijo la vocera de Christian Solidarity Worldwide, Kiri Kankhwende.