Por Wilfred Chan y Yuli Yang, CNN
Nota del editor: Joshua Wong quedó arrestado la noche del 26 de septiembre en el complejo gubernamental de Hong Kong por participar en las protestas. La policía cateó su dormitorio de la universidad y confiscó varios artículos, entre ellos su computadora y su teléfono, de acuerdo con los organizadores de las protestas. Lo liberaron el domingo, según la policía y una vocera de los estudiantes.
HONG KONG (CNN) – Él es uno de los activistas políticos más aguerridos de Hong Kong, los medios estatales chinos lo han llamado “extremista” y ni siquiera tiene edad suficiente para conducir.
Conozcan a Joshua Wong, de 17 años; es un adolescente que usa anteojos y cuya frágil complexión oculta la fiereza de su ideología política. Durante los pasados dos años, el estudiante construyó un movimiento juvenil prodemocracia en Hong Kong al que un veterano disidente chino considera tan importante como las protestas estudiantiles de Tiananmen de hace 25 años.
Haciendo eco de los jóvenes activistas que llenaron la plaza central de Beijing en 1989, el activista adolescente quiere iniciar una oleada de desobediencia civil entre los estudiantes hongkoneses. Su objetivo: presionar a China para que conceda el sufragio universal total a Hong Kong.
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El movimiento de Wong surge de los años de frustración acumulada en Hong Kong.
Cuando la excolonia británica regresó al dominio de China en 1997, ambos países llegaron a un acuerdo en el que se garantizaba “un alto grado de autonomía” a Hong Kong, incluida la elección democrática de su propio líder. Sin embargo, 17 años más tarde, no se ha materializado algo que se parezca un poco a la democracia auténtica. La propuesta más reciente de China indica que los hongkoneses podrían votar por su siguiente líder, pero solo si el gobierno chino aprueba a los candidatos.
Wong está decidido a oponerse a la propuesta… y está impaciente por ganar.
“No creo que nuestra batalla se prolongue mucho”, dijo a CNN. “Si tienes la mentalidad de que la búsqueda de la democracia es una guerra prolongada y te lo tomas con calma, nunca lo lograrás”.
“Tienes que pensar en que cada batalla puede ser la batalla final, solo entonces tendrás la determinación para luchar”.
Despertar juvenil
Puedes dudar de él si quieres, pero el joven activista ya tiene una exitosa trayectoria como opositor.
En 2011, cuando Wong tenía 15 años, se sintió inconforme con una propuesta para implementar un “Sistema Educativo Nacional y Moral” procomunista y patriótico en las escuelas públicas de Hong Kong.
Con la ayuda de unos cuantos amigos, Wong creó un grupo estudiantil de protesta llamado escolarismo. El movimiento excedió sus expectativas más ambiciosas: en septiembre de 2012, el escolarismo logró reunir a 120,000 manifestantes (13 de ellos hicieron huelga de hambre) para ocupar las oficinas centrales del gobierno de Hong Kong y obligaron a los asediados líderes de la ciudad a rechazar el plan de estudios propuesto.
Fue entonces cuando Wong se dio cuenta de que la juventud hongkonesa tenía un poder considerable.
“Hace cinco años, era inconcebible que los estudiantes de Hong Kong se interesaran en la política”, cuenta. “Pero hubo un despertar cuando ocurrió el asunto de la educación nacional. Todos empezamos a interesarnos en la política”.
Cuando se le pregunta cuáles cree que son las mayores amenazas para la ciudad, las recita de un tirón: el estudiante de 17 años opina que la menguante libertad de prensa que se refleja en la alineación de los medios de comunicación con el gobierno chino y el “nepotismo” que se evidencia cuando los políticos amigos del régimen chino ganan los principales cargos provocan que Hong Kong rápidamente se esté volviendo “igual que cualquier otra ciudad china que está bajo la administración del gobierno central”.
Por eso, Wong ha puesto la mira en lograr el sufragio universal. Su grupo, al que ahora pertenecen unos 300 estudiantes, se ha vuelto uno de los grupos más activos a favor de la democracia. Además, están tomándolos muy en serio.
En junio, el escolarismo trazó un plan para reformar el sistema electoral de Hong Kong, con lo que obtuvo el apoyo de casi un tercio de los electores un referéndum no oficial que se llevó a cabo en toda la ciudad.
El grupo organizó en julio un plantón masivo con el que provocó que el vicepresidente de China advirtiera que no debían perturbar la “estabilidad” de la ciudad. Al final, arrestaron brevemente a 511 personas.
El grupo movilizará a los estudiantes esta semana para que se salgan de clase (maniobra importante en una ciudad que reverencia la educación) para enviar un mensaje prodemocracia al gobierno chino.
La huelga estudiantil ha recibido un apoyo generalizado. Los administradores y los maestros de las universidades prometieron ser indulgentes con los estudiantes que falten a clase y el principal sindicato de maestros de Hong Kong hizo circular una petición en la que declaran: “No dejen que los estudiantes huelguistas se queden solos”.
La reacción de China ha sido opuesta: los medios estatales del continente llamaron “extremistas” a los miembros del escolarismo. Wong agregó que mencionan su nombre en el Manual Técnico de Seguridad Nacional de China, en el que se identifican las amenazas internas a la estabilidad del gobierno del Partido Comunista.
A pesar de todo, el activista adolescente no retrocederá. “La gente no debería tener miedo de su gobierno”, dice citando la cinta V de Venganza. “El gobierno debería temer a su pueblo”.
Hong Kong es ‘la semilla del fuego’ para China
Comparados con los activistas en Hong Kong, los activistas de la China continental se enfrentan a una situación mucho más sombría.
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Pocos entienden esto mejor que el veterano activista por los derechos humanos, Hu Jia, de 41 años. Participó en las protestas de la plaza Tiananmen de 1989 cuando era adolescente, y recuerda haber atestiguado la masacre que siguió a la represión de parte del gobierno chino.
“A los 15 años me hizo entender mi responsabilidad y mi misión en la vida”, cuenta a CNN en entrevista telefónica desde Beijing. “La represión hizo una clara separación entre el sistema y yo”.
Inspirado a luchar por un cambio, el 2000 trabajó para dar a conocer las “aldeas de sida” en el centro de China, en donde el tráfico ilegal de sangre provocó que aldeas rurales enteras quedaran infectadas con el VIH. Sin embargo, pagó el precio: las autoridades lo encarcelaron por tres años y medio por “incitar a la subversión contra la autoridad estatal” y luego lo pusieron bajo arraigo domiciliario constantemente, situación en la que permanece.
“El miedo se ha arraigado profundamente en nuestros genes a lo largo de los pasados 65 años”, dice. “La mayoría de los 1,300 millones de habitantes de China no son ciudadanos auténticos, la mayoría de la gente simplemente se somete”.
Por eso, Hu cree que Hong Kong, con su libertad relativa, es el lugar perfecto para que los activistas inicien un movimiento por la democracia que pueda abarcar toda la China continental.
“Puedes formar partidos políticos en Hong Kong. Puedes publicar libros que están prohibidos en la China continental. Los medios pueden criticar al gobierno central y al jefe ejecutivo de Hong Kong. La China continental es un polvorín al que las autoridades han reprimido físicamente y Hong Kong es la semilla del fuego”.
“El Partido Comunista tiene mucho miedo de este pequeño pedazo de tierra porque si el sufragio universal auténtico puede florecer en Hong Kong, es muy probable que el sufragio universal termine por ocurrir en el continente”.
Es un sueño que Wong acepta tener. “No puedo decir que los estudiantes que ahora buscamos la democracia lograremos el sufragio universal en China”, dice. “Pero al menos el sufragio universal en Hong Kong podría ser una guía para la gente de Guangzhou, Shanghái, Beijing e incluso toda China; les haría saber que una sociedad bajo el gobierno de un Partido Comunista puede tener un sistema justo”.
Como desafiar a China conlleva grandes riesgos, Hu dice que los activistas de Hong Kong deberían prepararse para lo peor.
“Es probable que un día el gobierno chino envíe tropas a las calles, e incluso tanques”, dice Hu, aunque agrega que la posibilidad de que las fuerzas armadas abran fuego es “muy reducida”.
El activista veterano dice que es más probable que el Partido vaya tras individuos como el mismo Wong.
“Podrían arrestar e incluso encarcelar a Joshua Wong”, dijo Hu a CNN. “Espero que entienda que esta será una batalla de resistencia. No es un combate, ni una escaramuza; es una guerra auténtica en cuanto al tiempo que implica, su complejidad y el potencial de sacrificio que podría conllevar”.