(CNN) — El gobernador de Texas, Rick Perry, anunció este lunes la creación de un “grupo de trabajo” especial que se encargará del manejo y respuesta ante el caso de ébola actual y los futuros que puedan ocurrir en el estado del sur de Estados Unidos.

El equipo de funcionarios y especialistas se encarga desde este lunes de estudiar y mejorar los planes del estado para hacer frente a un posible brote del virus del Ébola y otras enfermedades contagiosas, y mejora de la capacidad para darle respuesta a posibles casos.

En una conferencia de prensa, Perry también pidió al gobierno federal que mejore los procedimientos de revisión en los puntos de entrada de Estados Unidos para comprobar si alguien puede ser portador del virus.

Los procedimientos incluirán la recopilación de más información acerca de las personas procedentes de las zonas afectadas, como la toma de la temperatura de las personas. Hizo un llamado a establecer zonas de cuarentena con personal capacitado para atender posibles brotes.

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Un funcionario federal había dicho a CNN más temprano este lunes que “todas las opciones están sobre la mesa para fortalecer aún más el proceso de revisión”, lo que incluía revisiones con termómetro para la fiebre, algo que autoridades de África occidental ya están llevando a cabo.

Pero encontrar a los pasajeros sospechosos no es tan simple.

Los vuelos directos desde zonas afectadas por el ébola son raros. Los viajeros suelen tomar vuelos que conectan a través de otros países. “Entonces ellos vienen aquí, así que hace más difícil el trabajo”, dijo el funcionario consultado.

Los casos de estadounidenses

Este lunes, otro paciente estadounidense con ébola arribó a Estados Unidos procedente de Liberia.

El camarógrafo independiente Ashoka Mukpo —quien estaba contratado por la cadena NBC para cubrir la situación del brote en África— llegó para ser tratado en aislamiento en el Nebraska Medical Center.

Fue diagnosticado el jueves en Liberia y llegó en un avión especialmente equipado el domingo.

Thomas Eric Duncan, es el primer paciente que fue diagnosticado con ébola en territorio estadounidense. Viajó desde Liberia a Dallas, Texas, donde se encuentra en una unidad de aislamiento en estado crítico.

Patrick Sawyer, de 40 años, es el único paciente estadounidense que ha muerto. Él era un alto funcionario del Ministerio de Finanzas de Liberia, quien estaba cuidando a su hermana infectada por el ébola en Liberia antes de volar a Lagos, Nigeria, donde murió tras cinco días hospitalizado.

Kent Brantly, médico de 33 años, trabajaba como voluntario del Samaritan’s Purse en Liberia y se hizo cargo de un centro de atención a pacientes infectados en la ciudad de Monrovia. Se cree que contrajo el virus por otro auxiliar médico. Fue tratado en Atlanta y se liberó del virus.

Nancy Writebol, trabajadora sanitaria de 59 años, estaba en Monrovia desde agosto de 2013. Contrajo la enfermedad y fue atendida en Atlanta con el fármaco experimental ZMapp, al igual que Brantly. También se recuperó del virus en agosto.

Rick Sacra, médico de 52 años, pertenecía a la organización Serving in Mission que ayudaba en un hospital de Monrovia cuando contrajo el virus. Fue llevado al Nebraska Medical Center en Omaha, donde fue tratado con el fármaco experimental llamado TKM-Ebola. Se recuperó del virus.

Otro paciente cuyo nombre y edad no ha sido revelado es un médico que trabajaba para la Organización Mundial de la Salud. Se infectó del virus en Sierra Leona y también llegó a un hospital de Atlanta, pero su estado actual es desconocido.

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