(CNN) — Secuestradas. Vendidas en el umbral de la libertad. Convertidas al islam y casadas… a pesar de las afirmaciones y las contestaciones, la suerte de las más de 200 niñas que Boko Haram secuestró el 14 de abril es más incierta que nunca.
Las autoridades nigerianas anunciaron el 17 de octubre que habían negociado un alto al fuego con Boko Haram que contemplaba la liberación de las niñas.
Hassan Tukur, secretario principal del presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, dijo que se llegó a un acuerdo tras meses de negociaciones con los representantes del grupo en Chad.
“Acordamos la liberación de las estudiantes de Chibok y esperamos concluir el acuerdo en nuestra siguiente reunión con los representantes del grupo la semana próxima en Chad”, dijo.
El anuncio revivió las esperanzas de que liberaran a las niñas e hizo resurgir la etiqueta #BringBackOurGirls en Twitter.
Sin embargo, los analistas cuestionaron la veracidad de las afirmaciones del gobierno y Boko Haram guardó silencio sobre el alto al fuego… además de que siguió activo en el noreste de Nigeria, en donde perpetró más ataques y secuestros.
Finalmente, el 1 de noviembre, surgió un video del líder del grupo, Abubakar Shekau, quien dijo que no se había negociado alto al fuego alguno.
En cuanto a las niñas, Shekau dijo que las habían convertido al Islam y casado. En el video, reía mientras decía: “están en sus hogares conyugales”.
¿El gobierno de Nigeria realmente creía que había negociado una tregua con Boko Haram?
Isha Sesay, de CNN, ha cubierto el secuestro de las niñas desde que se las llevaron de Chibok y viajó a Nigeria luego de que se anunciara su liberación en octubre. Sesay dice que todo indica que las negociaciones sí se habían estado celebrando.
“De acuerdo con la gente con la que he hablado en el lugar, parece que había en marcha un esfuerzo por liberar a las niñas”, dijo.
Sin embargo, Sesay dice que algunas fuentes creen que el gobierno nigeriano tal vez estaba negociando con las personas equivocadas.
En un artículo que escribió para CNN, el analista Darren Kew señaló que muchos periodistas nigerianos habían cuestionado que el hombre que supuestamente estaba negociando en nombre de la dirigencia de Boko Haram fuera un representante genuino del grupo.
En su video, Shekau ciertamente indicó que no lo haría y negó que conociera al hombre. Agregó: “no lo perdonaremos y lo asesinaremos si lo atrapamos”.
Tras el mensaje del líder de Boko Haram, el gobierno nigeriano reiteró que las negociaciones se habían efectuado y señaló que los comentarios de Shekau contradecían lo dicho en las conversaciones con las autoridades nigerianas.
“Supimos del video y podemos decir que el camino es difícil… y no se podría esperar otra cosa”, dijo un portavoz. “Nigeria ha estado librando una guerra y las guerras no terminan de la noche a la mañana”.
¿Hay pistas sobre el paradero de las niñas?
Esta es una pregunta crucial que aún no tiene respuesta.
Nima Elbagir, de CNN, visitó Chibok en mayo y se reunió con una de las niñas que logró escapar de Boko Haram la noche del secuestro.
La niña le contó a Elbagir que corrió por su libertad luego de que los rebeldes las hicieran subir a unos camiones y las condujeran al cercano bosque de Sambisa. El presidente Jonathan dijo que las niñas estaban en el bosque, que en ese entonces era el bastión de Boko Haram.
Sesay dice que eso creyeron por mucho tiempo, pero que ahora creían que los rebeldes (y por ende, las niñas) ya no estaban en esa zona.
“La sensación que reina entre los funcionarios nigerianos con los que he hablado es que dividieron a las niñas en varios grupos y las dispersaron a lo largo de la frontera con Chad, Camerún y Níger… que están en esas zonas fronterizas”, dijo Elbagir.
¿Qué hay de las declaraciones de que las casaron?
Human Rights Watch publicó el 27 de octubre un reporte sobre los actos violentos de Boko Haram contra las mujeres y las niñas en Nigeria luego de entrevistar a varias víctimas de secuestro, entre las que estaban 12 de las niñas de Chibok.
“Las víctimas estuvieron entre dos días y tres meses en ocho campamentos distintos de Boko Haram que se cree que están dentro de los 518 kilómetros cuadrados de superficie de la Reserva Forestal de Sambisa y en los alrededores de los montes Gwoza”, según el reporte.
“Las mujeres y las niñas dijeron a Human Rights Watch que por negarse a convertirse al Islam las sometieron (a ellas y a muchas otras a las que vieron en los campamentos) a abusos físicos y psicológicos; trabajos forzados, participación forzada en operaciones militares tales como cargar municiones o atraer hombres a emboscadas; matrimonios forzados con sus captores, y abuso sexual, incluso violación”.
HRW documentó ocho casos de violencia sexual por parte de los combatientes de Boko Haram y señaló que “la mayoría de los casos de violación ocurrió luego de que obligaran a las víctimas a casarse”.
Sesay dijo que el reporte indica que es probable que las niñas se hayan casado con los combatientes de Boko Haram, que se cree que ascienden a 10.000.
“Si las declaraciones de Shekau resultan ser ciertas, es probable que las hayan casado con los combatientes o los partidarios de Boko Haram”, dijo.
¿Quién lucharía en nombre de Boko Haram?
Human Rights Watch señaló que los testigos habían relatado que Boko Haram secuestró a hombres y niños, especialmente en edad de combatir.
“A menudo dan a los niños y los hombres la opción de unirse al grupo o morir. Al parecer secuestraron a otros hombres por sus habilidades u ocupaciones en específico ya que satisfarían una necesidad en los campamentos de los insurgentes”, señaló el grupo en su reporte de octubre.
Sin embargo, no todos los combatientes están allí por la fuerza.
“Una de las cosas que no dejo de escuchar cuando estoy en Nigeria es la pregunta: ‘¿quién es Boko Haram?’”, dijo Isaha Sesay. “¿Son ideólogos? ¿Son jóvenes de esas mismas comunidades que parecen mercenarios que se involucraron porque les van a pagar, para ganar algo de dinero? De acuerdo con unos expertos en seguridad con los que hablé, no todos son nigerianos: algunos provienen de países vecinos y algunos son combatientes a sueldo”.
¿De dónde proviene el apoyo al grupo?
La noción del apoyo a Boko Haram es complicada, dice Sesay.
“Cuando Boko Haram surgió, trataban de abordar las desigualdades entre el norte musulmán (en el que ha escaseado la inversión y que tiene altos índices de pobreza y bajos índices de educación) y el resto del país. Se trataba de los males sociales, eso era lo que manifestaban cuando surgieron en escena”.
Pero en 2009, su lucha se hizo violenta. La policía mató al fundador de Boko Haram, Mohammed Yusuf, a quien reemplazó el actual líder, Abubakar Shekau.
“Cuando eran una ‘campaña contra los males sociales’, por llamarlo de alguna forma, contaban con cierto apoyo de los nigerianos comunes que sentían que estaban hablando en su nombre, que decían que necesitaban más apoyo del gobierno y que los habían ignorado desde hacía mucho”, dijo Sesay.
“Las cosas cambiaron cuando se volvieron un grupo radical violento que empezó a destruir, a quemar y a matar gente. Creo que en el noreste, particularmente en esos tres estados que se encuentran en estado de emergencia, solo hay temor, temor absoluto”.
“La gente ha huido de sus hogares, hay grandes campamentos con miles de personas desplazadas en todo el país. La inestabilidad que esto ha llevado al norte, en términos de economía y vida cotidiana, ni siquiera puede cuantificarse. Así que creo que en el norte en general la población civil no apoya a Boko Haram”.