Por Peter Shadbolt
(CNN) — Aunque es una forma de transporte que pocos de nosotros vemos, la navegación tiene un efecto poderoso como contaminador.
Según un estudio reciente, el transporte marítimo representa más o menos el 3% de las emisiones globales de CO2. Esto no es de sorprenderse cuando consideras que los motores de los aproximadamente 90.000 buques de carga del mundo se encuentran en uso 24 horas al día mientras viajan.
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Los conceptos futuristas para los buques de carga alimentados por fuentes energía alternativas abarcan desde propulsores equipados con molinos de viento hasta hileras de velas metálicas verticales. Aunque la mayoría aún están en la mesa de diseño, un concepto está empezando a ser considerado seriamente por la industria marítima.
Diseño aerodinámico
Bajo el nombre de “Vindskip”, el diseño noruego utiliza los lados altos de sus barcos cargueros como velas; esto hace que la nave tenga un diseño aerodinámico que se mueve conducida por el viento.
Fue diseñado por Lade AS, la compañía con sede en Oslo dice que el barco mercante híbrido, el cual aún tendría un motor que funcionaría con gas natural licuado, podría ahorrar combustible en un 60% y reducir las emisiones en un 80%.
El barco es la creación de Terje Lade, quien utilizó sus habilidades como marinero de carreras para desarrollar su diseño aerodinámico. Él dice que el carguero futurista funciona más como avión que como un barco convencional de navegación.
Él dijo: “En la era de Cristóbal Colón, por ejemplo, él habría utilizado lo que llegó a ser conocido como vientos alisios, pero su barco era muy distinto al VindSkip porque él habría estado navegando con el viento… él no podía navegar de ceñida”.
“El VindSkip casi puede navegar de ceñida; en este sentido, se parece más a un avión”.
“Utiliza el viento aparente, o el viento a bordo, para generar impulso de la misma forma en la que un avión despega cuando alcanza cierta velocidad”.
El barco podría navegar a un ángulo tan alto como 18 grados de ceñida; así, el vacío que se crea en el sotavento del barco (el lado que está protegido del viento) es suficiente como para impulsarlo hacia adelante.
Las computadoras son de importancia fundamental
Un aspecto fundamental para el diseño es el software de computación que está siendo desarrollado por el Centro Alemán de Servicios y Logística Marítima de Fraunhofer, el cual calcula la ruta de navegación óptima con base en el tiempo y en los vientos preponderantes.
“Con este software, ingresas cuándo quieres partir y cuándo quieres llegar, se carga el pronóstico del clima en el programa y luego, este calcula la mejor ruta”, dijo Lade.
“Esto se actualizaría de forma dinámica todos los días. En cada waypoint haría una verificación con el tiempo de llegada y le diría a la tripulación si deben acelerar utilizando los motores o ir más despacio; esto facilita las cosas para la tripulación”.
Los algoritmos en este software también calculan el mejor ángulo al viento para lograr el máximo rendimiento a partir del diseño.
“Con nuestro modelo de planificación de ruta respecto al clima, se puede calcular la mejor ruta a fin de consumir el menor combustible posible. Como resultado, los costos se reducen. Después de todo, los gastos de combustible búnker (combustóleo) representan la mayor parte de los costos totales en la industria marítima”, dijo Laura Walther, investigadora en CML en Hamburgo.
Azúfre, el elemento que cambia las reglas del juego
Los cambios en las regulaciones en cuanto al contenido de azufre de los combustibles marinos pesados harán que el precio de los combustibles búnker —estos normalmente están entre los combustibles más pesados y sucios en el proceso de destilación— sean más costosos.
Las compañías navieras tradicionalmente estaban a favor de los combustibles búnker residuales contaminantes porque eran económicos; los grandes barcos tenían el espacio para transportar los precalentadores necesarios para hacer que el combustible fuera volátil.
Pero todo eso está a punto de cambiar.
Las regulaciones internacionales actuales establecen el límite para el contenido de azufre en 3,5%, pero se espera que esto disminuya a 0,5% para 2020.
“Esto hace que las cosas sean bastante dramáticas”, dijo Lade. “No hay muchas buenas soluciones para esto. Por ahora, pueden lavar el escape con estropajos, pero en los granes barcos esto es muy complejo y bastante costoso”.
“Aquí es donde entra ‘Vindskip’; debido al bajo consumo de combustible, solo puede funcionar con LNG, lo que significa que no hay azufre en absoluto”.
Una de las más grandes navieras de Noruega, Wilhelmsen, ya ha entrado al proyecto desde una base técnica y, si bien Lade está tranquilamente confiado en que el primer Vindskip del mundo recorrerá las aguas en 2019, él dice que la industria marítima global ha sido lenta para responder a su diseño.
“Sin embargo, la principal fuerza impulsora en el proyecto del Vindskip serán estas nuevas regulaciones en los niveles de azufre”, dijo Lade.
“El gran problema con el azufre es que se acidifica en el mar, y esto significa que los camarones y los cangrejos no pueden formar sus conchas”, dijo Lade, y añadió que la acidificación tenía un impacto en todo el ecosistema marino. “Es algo muy malo. Es necesario hacer algo… no puede seguir así”.
La línea danesa de navegación Maersk le dijo a CNN que estaba considerando implementar innovaciones en la eficiencia de la energía como una solución “aquí y ahora”.
“En general, no creemos que los diseños conducidos por el viento jugarán un papel importante en la industria de los buques de carga en el futuro cercano”, dijo la directora de sostenibilidad de Maersk, Signe Bruun Jensen.
“La tecnología permanece sin haber sido probada a una escala comercial y operacional”.
Ella dijo que Maersk estaba desarrollando sus barcos Triple-E, los cuales utilizaban motores de tiempos ultra largos, una eficiente forma del barco y sistemas de recuperación de calor avanzados para mejorar la eficiencia de CO2 en un 50% por contenedor.
“Si analizas la tecnología que ya está a bordo de nuestros navíos, es sorprendente ver lo lejos que hemos llegado”, dijo.