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(CNN Español) – Está en la recta final la recolección de firmas auspiciada por el gobierno venezolano para exigirle al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que derogue el decreto contra siete funcionarios venezolanos acusados de presuntamente atentar contra la democracia y violar derechos humanos.
La medida de Obama fue interpretada por el presidente Nicolás Maduro como una “agresión imperialista”.
La delegación de Venezuela llevará a la Cumbre de Panamá un paquete con 10 millones de firmas que expresan su disconformidad con las sanciones al gobierno de Maduro y pedirá, así, su cancelación. La consigna: “Venezuela no es una amenaza, Venezuela es esperanza”.
Diez millones es un tercio de la población de la República Bolivariana.
El jefe de estado venezolano declaró el 9 de marzo como el día del antiimperialismo en Venezuela, el cual se celebrará a partir del año 2016 en recuerdo de la fecha en la cual fue firmado el decreto presidencial por parte de Obama.
“Los libros de historia recordarán al presidente Obama como el que pretendió amenazar y amedrentar a un pueblo y lo que logró fue levantar el espíritu nacionalista, patriótico”, dijo Maduro.
Los analistas coinciden en que las sanciones estadounidenses centradas en lo que Washington define como ataques a la democracia y los derechos humanos vividos en el país causaron molestia entre los seguidores de Maduro y los unieron en torno al jefe de estado.
Según la encuestadora privada Datanálisis, esto pudo incidir en un alza en su popularidad al pasar de 23,3 % en enero a 25 % al cierre de marzo.
Otros expertos, como la internacionalista Giovanna de Michele, creen se ha malinterpretado el decreto de Obama. “Se ha tergiversado por completo el contenido de la orden ejecutiva, esa orden ejecutiva en ningún momento es en contra del estado venezolano. Esa orden ejecutiva en ningún momento plantea una intervención militar en territorio venezolano”, explicó la analista.
Una delegación de la oposición conformada por las esposas de los políticos encarcelados en Venezuela viajará también a Panamá para participar en el Foro de la Sociedad Civil de la Cumbre de las Américas con el objetivo de llevar denuncias sobre derechos humanos.